La senadora Rosa Adriana Díaz Lizama hizo un llamado a los tres niveles de gobierno y a la sociedad en general para que se tomen urgentes medidas de prevención que eviten cualquier modalidad de violencia en el seno familiar.
—Con el tema de la violencia, hay dos cosas que las autoridades deben hacer: prevenirla y contenerla. Estamos todos atentos a la parte de la contención y le estamos dando poca atención a la prevención, en especial al interior de la familia —destacó.
De acuerdo con la legisladora federal, el Senado de la República ya tomó medidas en ese sentido, al reformar esta semana la Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia. Se espera que la Cámara de Diputados avale a la brevedad esta iniciativa.
La senadora por Yucatán precisó que los cambios a la ley buscan fomentar la creación y recuperación de espacios de expresión en las comunidades, la prevención del acoso escolar y urbano y la prevención de adicciones al alcohol y al tabaco.
—Hay una alta probabilidad de que las niñas, niños y adolescentes que crecen en un contexto de violencia cotidiana se convierten en adultos víctimas de violencia física, sexual o psicológica, discriminación y abandono, o que se conviertan ellos mismos en agresores.
—La violencia empieza desde casa. Por ello es importante inculcarles a nuestros hijos el respeto entre ellos mismos, sean hombres o mujeres —aseveró.
—También es importante la solidaridad de la familia ampliada, de los vecinos, de la misma comunidad y centro escolar —añadió.
BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA
Al reiterar la importancia de la prevención social para frenar la violencia, Rosa Adriana Díaz subrayó que «la violencia no debe ser consentida bajo ninguna circunstancia, pero sobre todo, debe ser prevenida, en el propio seno familiar».
—La familia es el núcleo principal en donde se trasmiten valores e influye en el desarrollo de conductas delictivas y comportamientos de riesgo por parte de adolescentes y jóvenes —aseveró.
—Debemos trabajar en el empoderamiento de todos los miembros del núcleo familiar y las reformas a la Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia promueven el diálogo, la tolerancia y el principio de no discriminación, como mejores formas para la prevención social de la violencia y la delincuencia.