La lucha contra los trastornos alimenticios

Cómo una app puede ayudar a quienes los padecen y a sus padres

Superar un trastorno alimenticio a menudo puede suponer años de lucha. Habiendo superado uno ella misma y con el apoyo de dos apps, Ekaterina Karabasheva espera ayudar a las personas que padecen o están en riesgo de desarrollar la afección.

Todo comenzó cuando Ekaterina tenía 16 años. Empezó dejando solo un poco de comida en el plato. Suprimió la mantequilla, evitaba los dulces y todas las bebidas calóricas. A medida que pasaba el tiempo, la cantidad de alimentos que faltaban en su dieta iba creciendo, hasta que apenas podía decidirse a comerse una manzana sin sentirse culpable.

Ekaterina Karabasheva siempre había sido la hija perfecta: amable, le iba bien en la escuela y tenía éxito en todo lo que se proponía. Sin embargo, cuando esta joven búlgara de nacimiento se propuso alcanzar la «figura perfecta», se vino abajo: la anorexia dominó su vida durante media década.

Cientos de miles de personas viven con un trastorno alimenticio

En Alemania, las vidas de varios cientos de miles de personas están dictadas por un trastorno alimenticio. Según la Oficina Federal de Educación para la Salud, alrededor del 1,5 por ciento de las mujeres y sólo el 0,5 por ciento de los hombres se ven afectados, según solo los casos registrados.

Contar calorías, renunciar a los alimentos, morirse de hambre, obsesionarse con la comida, sentimientos de culpa, autodesprecio, ejercicio excesivo, atracones, tomar laxantes, vómitos: la mayoría de los pacientes descubren que toda su vida está a merced de la enfermedad. Muchos se aíslan de sus amigos y familiares para evitar la vergüenza de comer con los demás. Las víctimas pueden malgastar muchos años de su vida de esta forma.

Ekaterina fue relativamente rápida en darse cuenta de que la anorexia no resolvería su falta de autoestima. A los 19 años, hizo los primeros esfuerzos para superar su trastorno alimenticio. Ahora, ocho años después, ha recuperado el control de su vida, terminado sus estudios, ha sido madre recientemente y se ha comprometido con proyectos que espera que le permitan ayudar a otras víctimas.

Cómo los que sufren documentan su lucha en Instagram

Las víctimas están documentando su lucha en Instagram bajo #edrecovery (ED = eating disorder [desorden alimenticio]). Ya hay más de 3 millones de publicaciones con el hashtag #edrecovery, principalmente fotos de comida. Un plato de fideos, tostadas, una tarrina de Ben & Jerry’s, panqueques con Nutella, tortillas, tacos, muesli -para quienes no lo padecen, combatir un trastorno alimenticio debe parecer, literalmente, un pedazo de pastel.

Pero al comienzo de la recuperación, cada comida es una batalla. Tomemos como ejemplo el comentario que @kams_recovery ha agregado a una foto de su helado: «¡Victoria de recuperación! ¡La primera vez que he disfrutado de un helado sin vomitar en más de un año!»

Este y otros muchos millones de post similares en Instagram son un elemento popular y fundamental que dan un enfoque conductual al tratamiento: mantener un diario de alimentos. Durante meses, Ekaterina documentó cada comida que tomaba. Mantuvo un registro no solo de lo que comía, sino de cómo se sentía al respecto. ¿Se sentía como una perdedora por comerse un panecillo? ¿O tal vez ella se sentía positiva por nutrir su cuerpo? Esto fue importante porque permitió a Ekaterina erradicar las conexiones que había desarrollado entre comer y las emociones negativas a lo largo de los años y finalmente pudo disiparlas.

La idea de la aplicación surgió de su propia recuperación

Cuando se trataba de su diario de comidas, Ekaterina se enfrentaba a un problema: ¿se sentiría cómoda sacando un cuaderno A4 en la universidad, en el comedor o en una cafetería, anotando sus sentimientos a la vista de los demás? Fue complicado. Como resultado, a menudo no documentaba sus comidas hasta la noche y, para entonces, ya habría olvidado cómo se sentía en ese momento.

Instagram representa una buena alternativa. Los bloggers suben fotos de su comida y después escriben un poco al respecto, por lo que mantener un diario de alimentos se convierte en una parte discreta de sus vidas diarias. Pero, ¿y si las víctimas no quieren exponerse públicamente? ¿Qué pasa si una persona despistada ve una de las imágenes, escribe un comentario estúpido debajo («¡Guau, ese helado es enorme!») y molesta a la víctima?

Ekaterina ha desarrollado una solución ideal que combina lo mejor de Instagram y de un cuaderno A4: la aplicación «Jourvie». Usando sus teléfonos móviles, «Recovery Warriors» puede documentar fácilmente sus comidas, incluida la situación y el estado emocional, guardarlas y comentarlas con sus terapeutas si es necesario. También se pueden añadir fotos. La aplicación es gratuita: Ekaterina no tiene ningún ánimo comercial.

Ekaterina, ahora con 27 años, dice: «Para mí, era importante transformar mis experiencias negativas con esta enfermedad en algo positivo, para proporcionar a los afectados las herramientas necesarias para superar su condición».

La aplicación quiere evitar que los trastornos alimenticios lleguen a desarrollarse

El año pasado, en colaboración con AOK Nordost, Ekaterina pudo desarrollar y lanzar una segunda aplicación: «Elamie». Esta app está diseñada para ayudar a los padres y pediatras a reconocer los signos de que una persona está en riesgo de desarrollar un trastorno alimenticio. Ciertos rasgos de personalidad, como el perfeccionismo que experimentó Ekaterina, pueden indicar una posible falta de autoestima o un trastorno alimenticio.

Los padres usan la aplicación para documentar el comportamiento de sus hijos durante una semana de acuerdo con unos criterios específicos. Esta información permite a los médicos determinar si un niño requiere observación o tratamiento. «Nos complace poder trabajar para promover el reconocimiento temprano de los trastornos alimenticios junto con AOK Nordost y los médicos. ¡Juntos somos más fuertes!

Los trastornos alimenticios nos preocupan a todos

Si bien cada trastorno alimenticio es muy personal y complejo a su manera, existen factores en nuestra sociedad que los alientan. Estos podrían ser las modelos delgadas y de talla-cero que los medios han pasado décadas sosteniendo como el ideal estético, la presión económica por triunfar, o la creciente atención prestada a las fotos retocadas de las redes sociales, combinadas con una tendencia creciente hacia el aislamiento en la vida “real”. La sobreabundancia de alimentos que se ofrece también proporciona un terreno fértil para que se desarrollen los trastornos alimenticios. Por eso, nuestro trabajo como sociedad es ayudar a combatir estos trastornos. Podemos hacerlo asegurando que no excluimos a los que los sufren y demostrando que respetamos y creemos en ellos. Nadie con un trastorno alimenticio es una causa perdida. Todos pueden ganar la batalla contra un trastorno alimenticio, como Ekaterina.