La Inteligencia Aumentada, el siguiente nivel de la Inteligencia Artificial
La IA debe ser usada como una herramienta para potenciar las capacidades intelectuales de la humanidad y cambiar el presente y futuro de la misma, destaca especialista
La IA debe ser usada como una herramienta para potenciar las capacidades intelectuales de la humanidad y cambiar el presente y futuro de la misma, destaca especialista
Ha llegado la tecnología que necesitábamos para ser más creativos, rápidos y comprender mejor las estructuras, ahora toca utilizarla para beneficiar a la humanidad a niveles nunca antes vistos; y es que, la Inteligencia Artificial (IA) puede hacer más que ayudarnos en distintas tareas, producir imágenes, textos o videos con un simple clic.
Además, puede solucionar problemas, perfeccionar la seguridad, aprender, entender y prevenir riesgos, conocer, registrar y entender patrones, programar, automatizar, educar mejor, más rápido y de una manera más estructurada.
Todo esto es llevar al siguiente nivel a la IA y convertirla en Inteligencia Aumentada, según la Dra. Anna Akhmedova, académica de la Universidad Internacional de Cataluña, quien mira el presente con esperanza, ya que, dice, esta tecnología llegó para quedarse y podría ser impulsora y una herramienta disruptiva de paradigmas.
Esto lo expuso en su clase “De la Inteligencia Artificial a la Inteligencia Aumentada”, que impartió en el Doctorado en Dirección Empresarial, o Doctorate of Business Administration (DBA), de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
“Podría ser la oportunidad para las empresas y escuelas para potenciar la creatividad, detección de riesgos y solución de problemas de manera más precisa, rápida y potenciar el talento e inteligencia humana”, describió.
La Inteligencia Aumentada trata que la inteligencia humana se mejore mediante tecnologías basadas en IA, adaptadas a un propósito de mejorar a la sociedad que la usa, por lo que se entiende como la continuidad del uso responsable de las tecnologías y herramientas con las que cuenta el ser humano y tiene a su disposición.
A su vez, trata de hacer equipo entre la tecnología y el ser humano y no de que las personas serán sustituidas por las máquinas, como muchos piensan.
No se trata, explicó, de que la tecnología nos “suplante” o sea una “vivencia artificial”, sino de que nos haga más listos, sea un complemento, para ser un mejor “hombre”, por eso debe ayudar a fortalecer y mejorar nuestra capacidad cognitiva, para la toma de decisiones y el aprendizaje.
“Hace un par de años se hablaba de que la Inteligencia Artificial nos podría ayudar con tareas intuitivas y podría automatizar el trabajo, ahora se entra a otro paradigma: ser más creativos, más listos, más precisos, por lo tanto, mejorar nuestras vidas”, añadió la Dra. Anna Akhmedova.
No obstante, el paradigma de la IA regresa, expuso, y es el temor de que esta herramienta “aprenda demasiado” por uso de datos masivos que puede adquirir y poner en peligro el lugar del hombre en el presente y futuro.
“El problema es no poder controlar el proceso de aprendizaje y cuánto conocimiento adquiere y qué podría desarrollar en el futuro. Por ello el humano debe controlar este proceso de aprendizaje”, agregó la experta.
Aunque estas ideas no son nuevas, desde el 2018 o antes este concepto ya se había establecido, sin duda la IA presenta nuevas oportunidades para potenciar estas herramientas en el entorno y beneficio humano, por desgracia, estos conceptos aún están bajo investigación y se verán cada vez más resultados aplicados en los campos de la vida humana.
Sobre la experta
La Dra. Anna Akhmedova, es profesor de la Universidad Internacional de Cataluña. Recientemente, completó un Doctorado en Filosofía con mención Cum Laude de la Universidad Internacional de Cataluña, Barcelona y una estancia de postdoctorado en IESE Business School, Universidad de Navarra (España).
Obtuvo una doble Maestría en Negocios Internacionales de CEMS Global Alliance en educación gerencial (FT 2nd para 2011/2012), estudiando en GSOM SPbU (Rusia) y en la Escuela de Negocios de la Universidad de Sydney (Australia).
Tiene un historial comprobado de éxito en las industrias de consultoría y marketing en Rusia, España y Australia. Está involucrada en varios proyectos europeos.