LA IMPUNIDAD Y LA IMPROVISACIÓN AÚN ESTÁN PRESENTES.
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Al cumplirse las dos terceras partes de la gestión del actual titular del ejecutivo del estado, Rolando Zapata Bello, la Coordinadora de la Comisión Operativa Estatal de Movimiento Ciudadano en Yucatán, Silvia A. López Escoffie, consideró que el discurso triunfalista, auto apologético y acrítico, muestra de cuerpo entero a un gobernante que mediante costosas campañas mediáticas el culto a la personalidad es su componente fundamental, soslayando situaciones como las siguientes:
– Evidente protección y expedición de carta de impunidad a quienes en la administración pasada saquearon los recursos del ISSSTEY y dejaron inconclusas obras como la del hospital de Ticul o el Palacio de la Civilización Maya en el municipio de Yaxcaba..
– Total sometimiento de la Dirección de Transporte del estado de Yucatán a los intereses y afán de lucro de los concesionarios del transporte público, ignorando, menospreciando, desconociendo u olvidándose de las dificultades que día con día tienen que pasar cientos de miles de hombres y mujeres por toda la geografía estatal para satisfacer su necesidad de movilidad o desplazamiento.
– La improvisación y la habilitación como funcionarios de instituciones educativas de nivel superior como un mecanismo de compensación, premio, castigo, cuota u operador político, de personas totalmente ajenas a lo que implica la formación de profesionistas (tal y como sucedió con los nombramientos realizados en semanas pasadas, para ocupar las RECTORIAS en varias instituciones educativas de nivel superior de la entidad, tales como, la Universidad Tecnológica del Sur, la Universidad de Oriente, la Universidad Tecnológica del Centro y la Universidad Tecnológica Metropolitana, asi como también en las DIRECCIONES GENERALES de los institutos de educación superior de Valladolid y del Sur de Yucatán).
– Incapacidad, indolencia o complicidad para evitar el despojo de su patrimonio a familias mayoritariamente mayas en diversos municipios de la entidad, recurriendo al uso desproporcionado de la fuerza pública para satisfacer las ambiciones de particulares, tal y como sucedió en Chablekal en meses pasados.
– Decisión impuesta de hipotecar a futuro parte de los recursos que la federación transfiere para su ejercicio en la entidad, para imponer mediante la mayoría priista y sus aliados incondicionales el llamado “Escudo Yucatán”, cuando está más que claro que solamente la sustancial mejoría económica de la mayoría de yucatecos y yucatecas, contribuirá a erradicar las tentaciones delincuenciales en la entidad.
– Imposición de la construcción de faraónicas obras en el primer y segundo cuadro de Mérida, sin consultar a los vecinos y sin considerar el tendencial impacto en el tránsito y movilidad de las zonas aledañas, y lo más grave, sin cubrir plenamente los requisitos de carácter formal administrativo ante las autoridades correspondientes.
Concluyo señalando que es un gobierno que aún tiene mucho que avanzar en los procesos de transparencia, la priorización real de los intereses del grueso de la sociedad yucateca y la erradicación del culto a la personalidad mediante costosas campañas de carácter mediático.