«La felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra consciencia y el prójimo.» Con esa guía he actuado y seguiré en los nuevos retos que vengan.

Con fundamento en el artículo 19 de la Constitución Yucateca, subo a tribuna para emitir unas breves consideraciones alusivas al cierre de los trabajos ordinarios de la Sexagésima Tercera Legislatura:

«La felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra consciencia y el prójimo.”

Esa frase se le atribuye a Andrés Manuel López Obrador y cuando sean capaces de entenderla, será una constante en su vida pública y privada.

Pasaron 3 años, y estar conforme con uno mismo y lo hecho, es esencial para finalizar los trabajos ordinarios del Pleno.

Como integrante de una fracción y como diputada sin partido legítimamente parte de MORENA he actuado con la convicción de que en la pluralidad está el camino para lograr cambios sustanciales.

Absolutamente todo lo hecho ha sido buscando lo mejor para el pueblo de Yucatán.

Hace más de 2 años, mis decisiones legislativas fueron motivo para juzgarme, al grado de prácticamente terminar con una militancia en una de las fracciones de este congreso.

A la fecha puedo expresar que adquirir el estatus de Diputada sin Partido ha sido muy complicado, pero también liberador para tomar decisiones sin presiones, ni chantajes.

Al día de hoy, orgullosamente digo que soy de MORENA, y para pertenecer a MORENA no es necesario estar en una fracción, pero respeto a quienes tienen la nomenclatura de origen.

Ser parte de MORENA es cumplir y ser congruente, incluso cuando todo es adverso.

Soy parte de MORENA de la calle, de la que ha abarrotado espacios y reconoce el coraje de quienes luchamos por ser agentes de cambio y ofrecemos lealtad a sus principios.

Llegué a MORENA no por un cargo, ni por una postulación. Llegué porque es imposible no seguir los postulados del bienestar hacia los que menos tienen.

Llegué a MORENA y ahí en reencontrado lo que debe ser el pelear por la justicia social y sus metas.

Como dije al inicio de este último tramo, llegué a MORENA a sumar y a trabajar el doble o el triple, porque los que allanaron el camino no merecen menos que eso.

Ahí están las más de 30 iniciativas presentadas. En cada una de ellas, estuvo el ánimo por cambiar, por combatir males y acabar con desigualdades.

Más de 30 modificaciones y propuestas de ley que tuvieron un estudio legal y constitucional.

Por mencionar algunas, está aquella para que las multas a partidos políticos se destinaran al tratamiento del cáncer; para crear un parlamento de mujeres; para replicar la ley Alina y salvaguardar la legítima defensa de mujeres víctimas de violencia; una ley para proteger a las jefas de hogar; crear un reconocimiento a las mujeres policías; instaurar la presea jurídica Toto Jiménez; crear un instituto indigenista, crear comedores comunitarios; actas de concubinato y divorcio notarial; licencias de conducir permanentes, así como ajustes a nuestra ley de gobierno entre otras muchas.

Incluso ayer he puesto a consideración del Pleno la reforma al ISSTEY para proteger los derechos laborales de nuestros compañeros trabajadores.

Quizás haya algunos por aquí a quienes les pareció mal; a diferencia de ellos, muchas personas respaldan los cambios propuestos y recibí muestras de solidaridad porque se reconoce más la valentía que el discurso gris de quien traicionó sus ideales primigenios. Que cada quien luche con sus demonios.

Continuando, y llegando a este día en el que se finalizan los trabajos de este pleno, me siento satisfecha de todo lo actuado.

No puedo dejar de mencionar los sin sabores; tristemente he acudido a las instancias judiciales para hacer valer los derechos parlamentarios que considero se han dejado de observar en mi perjuicio.

Lamento que haya tenido que acudir a los tribunales para denunciar hechos que más que agraviarme, sientan un mal precedente para todas aquellas diputadas que piensen distinto y se les quiera censurar desde la junta o la mesa directiva.

La legislatura más feminista de toda la historia ME NEGÓ DARLE TRÁMITE A UN PUNTO DE ACUERDO PARA GARANTIZAR LA DEMOCRACIA EN YUCATÁN, la legislatura más feminista de la historia ME NEGÓ RECONOCER PLENAMENTE MIS DERECHOS COMO DIPUTADA SIN PARTIDO.  

Las autoridades judiciales de la federación habrán de resolver en definitiva en las próximas semanas.

Pero cada quien con su conciencia y su responsabilidad política y legislativa; cada quien habrá de ser recordado por sus acciones, pero la historia parlamentaria recordará a los que pudiendo hacer más no lo hicieron.

A tres años de haber iniciado la Legislatura, muchas cosas han cambiado; nunca dejaré de ser agradecida con todas y todos, incluso uno se forja a la medida de las tribulaciones, pero con la empatía se crean lazos fraternos.

Amor con amor se paga, reza el dicho.

Soy afortunada de contar con el cariño de muchas personas, de la gran mayoría de los que con su confianza depositada me permitieron servirles desde este poder legislativo.

He sido una diputada de territorio, de cercanía y ayuda mutua con las mujeres y hombres de todos los municipios de Yucatán. A todos ellos les guardo un gran respeto porque me han brindado su afecto y consideración y más en los momentos más difíciles.

A unos días de la jornada más grande de la historia, le digo a las y los yucatecos cumplan con su deber cívico. Emitan su voto, confíen en que ustedes son dueños de sus ideales.

La democracia es tolerancia, la democracia es el medio y es el fin para conservar lo bueno y cambiar lo que ya no sirve.

Solo de esa manera seremos capaces de crear una sociedad más consciente y politizada; hagamos que la democracia sea la medida más justa para alzar la voz y exigir lo que merecemos como pueblo.

Han sido tres años intensos, tres años que tuvimos la responsabilidad de cambiar el marco normativo yucateco en diversas aristas.

Cómo lo dicho y hecho hasta el último momento de la Legislatura seguiré trabajando y conduciendo mis actos bajo los principios de no mentir y no traicionar.

La historia nos juzgará, el pueblo de Yucatán nos va a juzgar por lo que hayamos hecho o lo que les hayamos negado.

En ambos sentidos, debemos ser autocríticos y asumir la parte que nos corresponde, pero intentar cambiar y mejorar todo lo que podamos si aún está en nuestras manos hacerlo.

Desde esta tribuna donde se han dado los más grandes debates del devenir yucateco le digo y le repito a las y los yucatecos:

«La felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra consciencia y el prójimo.” Con esa guía he actuado y seguiré en los nuevos retos que vengan.

Ha sido el más alto honor de mi vida servir a mi estado, a mi gente y a esta bendita tierra del Mayab.

Finalizo con una frase popular que resume lo que significa mi agradecimiento:

“Fuimos bendecidos con dos poderes: luchar por lo que queremos y estar agradecidos por lo que tenemos”

En ambos casos, he cumplido, porque la alegría de saber que hice todo lo que estaba en mis manos, se hizo; no hay mayor bendición que agradecer por todo lo conseguido para las y los yucatecos.

Es cuánto.