La “edad de hielo” puede volver al Reino Unido en solo 15 años
Probablemente sea en 2030 o 2035. Los ríos estarán cubiertos del hielo, advierten científicos.
Probablemente sea en 2030 o 2035. Los ríos estarán cubiertos del hielo, advierten científicos.
Estas antiguas ilustraciones de los siglos XVII y XVIII muestran algo que ahora parece increíble para los británicos y los turistas que vienen a Londres: “Las ferias sobre el río Támesis totalmente congelado”.
Podemos ver esta mini-ciudad entera con sus puestos de patinaje sobre hielo, pequeños circos, o tiendas de comida.
Y no es ninguna ciencia ficción, sino una realidad histórica.
Entre los años 1683 y 1814 la capital del Reino Unido sufrió en 20 ocasiones muy bajas temperaturas.
Como consecuencia de esta pequeña “edad de hielo”, el famoso río Támesis y todos los canales de Londres se congelaron por completo durante los meses de enero y febrero.
Según profesora Valentina Zharkova, de la Universidad de Northumbria, un fenómeno similar a la “edad de hielo” puede volver al Reino Unido en solo 15 años.
“Probablemente sea en 2030 o 2035. Los ríos estarán cubiertos del hielo, la gente patinará encima”, advirtió la profesora Valentina Zharkova.
El equipo de matemáticos y astrofísicos británicos liderado por la profesora Zharkova estableció que el Sol tiene dos ondas magnéticas que varían el campo magnético de nuestra estrella más cercana.
Estas variaciones tienen una directa influencia sobre el clima terrestre.
Así que la disminución de la actividad solar hacia los años 2030 o 2040 significará que la atmósfera de nuestro planeta se enfriará más.
Pero el actual proceso del calentamiento global puede ser un factor importante que reducirá el impacto de esta mini ‘edad de hielo’.
“Si no va a hacer frío, entonces algo anda mal. Pues tal vez efectivamente el calentamiento exista y lo supere. De hecho, tenemos poco de tiempo y revisaremos quién tiene razón”, dijo la profesora Valentina Zharkova.
Los climatólogos y astrofísicos no dudan que la actividad solar afecta al clima en nuestro planeta.
Por ejemplo, una muy ligera variación de solo uno por ciento en la actividad solar provoca cambios medibles en la distribución de temperaturas y del flujo del aire en toda la Tierra.
Con información de Vytas Rudavicius.
RAMG