México, a 4 de septiembre de 2020.- La pandemia de Covid-19 y el aislamiento social han dado aún más luz a la importancia de los cuidados, de la información de calidad y del debate sin tabús cuando se trata de la salud mental. Los trastornos emocionales como la depresión y la ansiedad han ganado un nuevo giro en el escenario de inseguridad y distanciamiento, y la llamada “nueva normalidad’ presenta desafíos en varios frentes. La alerta se enciende especialmente porque la depresión es el principal factor de riesgo de suicidio en el mundo.
Con el objetivo de concientizar sobre el tema y estimular un ambiente propicio para las personas que, a menudo, no buscan apoyo por falta de información, miedo, inseguridad o vergüenza de ser estigmatizadas, Upjohn México, a través de las campañas digitales de responsabilidad social (RS) #Desahógate y #HablemosYa, buscan ayudar a pacientes, familiares y profesionales de la salud a tomar decisiones informadas para el manejo oportuno y adecuado de estas condiciones mentales, las cuales son altamente prevalentes en país[3].
En México, 15 de cada 100 habitantes sufre depresión, y la cifra podría ser mayor, ya que algunas personas jamás han sido diagnosticadas y viven hasta 15 años sin saber que tienen esta afección que se manifiesta por un estado anímico de nostalgia profunda1. En cuanto a la ansiedad, “el 14.3% de la población4; es decir, más de 15 millones de mexicanos3, viven con algún tipo de trastorno de este tipo, lo cual también es preocupante”, indicó la Dra. Georgina Chi Lem, Gerente de Sistema Nervioso Central de Upjohn México.
Ante el escenario actual y en este momento en que se contabiliza casi seis meses en el distanciamiento social, los desencadenantes y las señales de alerta se disparan aún más. “Cualquier individuo es vulnerable a las reacciones psicológicas frente a un escenario tan incierto, con cambios impuestos y de magnitud global como en el que nos encontramos. Adultos, jóvenes, ancianos e incluso los niños pueden presentar algún sufrimiento psíquico frente a tanta carga emocional, por lo que contar con información confiable y clara que ayude a prevenir riesgos fatales como conductas suicidas es crucial”, explicó la Dra. Chi.
Con respecto a las cifras de suicidio, los jóvenes también se destacan en el ranking mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 800 mil personas terminan con sus vidas cada año en el mundo. Por cada adulto que muere de esa manera, otras 20 personas están tratando de seguir ese mismo camino sin regreso. Entre los jóvenes de entre 15 y 29 años, el suicidio es la principal causa de muerte5.
En México, según datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2015 se registraron 6 mil 285 suicidios, lo que representa una tasa de 5.2 fallecidos por cada 100 mil habitantes. La tasa de suicidio fue de 8.5 por cada 100 mil hombres y 2.0 por cada 100 mil mujeres6.
Es por lo que, el 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la prevención del Suicidio y durante todo el mes, varias empresas, entre ellas Upjohn, se suman al llamado “Septiembre Amarillo”, iniciativa establecida por la OMS desde el 2003, que tiene como finalidad dar más visibilidad a los trastornos mentales, como la depresión y la ansiedad, las cuales están estigmatizadas y pueden ser detonantes para el suicidio6.
“Upjohn ha lanzado en Latinoamérica la campaña “En dirección a la vida – Depresión sin tabús”, en la cual se llevarán a cabo diversas acciones durante el mes de septiembre en los diversos países de la región, por ejemplo, webinars dirigidos a médicos, con el fin de dar más visibilidad a los trastornos mentales, como la depresión y la ansiedad, y la prevención del suicidio. Dicha campaña tiene como símbolo un girasol, una flor que, de joven, gira hacia el sol cada mañana, incluso en los días nublados. Es decir, ésta siempre está buscando la vida”, agregó la especialista de Upjohn México.
Expresó, además que, “esta es una excelente oportunidad para fortalecer el trabajo de sensibilización en población mexicana en torno a la depresión y ansiedad como enfermedades que, como tal, necesitan, pueden y deben ser diagnosticadas y tratadas oportunamente para evitar que evolucionen a casos extremos como el suicidio. No es solo un momento de tristeza… y la búsqueda de ayuda es necesaria y el punto de partida”.
Finalmente indicó que la atención de la depresión y la ansiedad, junto a campañas de sensibilización y aprendizaje, requiere de la voluntad de todos los involucrados: industria, gobierno, profesionales de la salud y sociedad. “Tener intervenciones oportunas, romper el silencio y empezar a hablar de estos trastornos son el primer paso hacia sociedades con mayor bienestar psicológico, calidad de vida y contribuyen de manera significativa en la prevención de intentos de suicidio2”.