La debacle del Califato; a 5 años del Estado Islámico
La derrota de esa ideología está cerca, de acuerdo con especialistas, no así la caída del grupo terrorista
La derrota de esa ideología está cerca, de acuerdo con especialistas, no así la caída del grupo terrorista
Mucho se ha comentado sobre la inminente derrota del Estado Islámico (EI), el mismo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el pasado 7 de febrero que era cuestión de una semana para anunciar la caída del grupo yihadista. Sin embargo, es el Califato el que está dando sus últimos respiros.
Carlos Igualada, director del Organismo Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET), dijo a Excélsior que “por mucho que se esté afirmando que el EI se está acabando, la realidad no es así”.
De hecho, señaló que “se está viendo cómo ha sabido sobrevivir y que la red que ha establecido con otros grupos a escala global va a hacer que, de una forma u otra, las siglas EI permanezcan con el paso del tiempo”.
El Estado Islámico es un grupo insurgente que formó parte de Al-Qaeda entre 2004 y 2014, está integrado por radicales fieles a Abu Bakr al-Baghdadi y desde su escisión se planteó como objetivo la instauración de un Califato internacional. Su territorio de partida para lograr eso fue la ciudad iraquí Mosul.
La definición de Califato dice que es un proceso de elección del líder religioso y político de los musulmanes en el mundo, el califa. Ese año, Al-Baghdadi se consagró como tal y se enfocó, en primera instancia a expandir su ideología a Irak, Siria y Afganistán.
“Si es cierto que la ideología del Califato ha sido derrotada, pero no se puede afirmar que el EI ha sido vencido, porque el EI representa mucho más que la idea del Califato”, destacó Igualada.
Manifestó que sus últimos territorios cayeron a finales de 2017, pero en 2018 se vio que sigue teniendo un comportamiento insurgente, un campo en el que se mueve muy bien.
Los fundadores del EI supieron aprovechar la crisis vivida por la guerra civil en Siria y en 2013 instauraron Estado Islámico de Irak y el Levante.
La cantidad de los combatientes en sus filas no es exacta, no existen cifras oficiales, pero sí aproximaciones de centros especializados en su estudio. Se habla de que llegaron a tener entre 50 mil y 420 mil insurgentes.
El mejor ejemplo de que EI sigue con gran capacidad es que Irak fue el segundo país con mayor número de atentados y víctimas en 2018, puntualizó el director del OIET, vía telefónica, desde España.
La rápida expansión del EI y los atentados que fueron cometiendo en poco tiempo desataron la ira de la comunidad internacional que, liderada por Estados Unidos, en agosto de 2014 inició una guerra para acabar con el grupo yihadista.
La gota que derramó el vaso fue un video que publicaron en YouTube en el que un representante yihadista decapitó al fotoperiodista estadunidense James Foley, en represalia, dijo, a los ataques aéreos que Washington les había lanzado.
A finales de 2015, el grupo subió un video a internet en el que ubicó, mediante banderas, a 60 naciones que consideró su fuerza enemiga, entre ellas, 37 europeas, 12 de Oriente Medio y algunas de África y Norteamérica.
Varias potencias se sumaron al combate contra el EI, pero en marzo de 2016 Rusia anunció el retiro de sus tropas, pues dio por concluido el avance de la célula terrorista. En diciembre pasado, Estados Unidos tomó la misma decisión y en enero el Pentágono dio a conocer que las primeras tropas salían de Siria.
El especialista del OIET hizo hincapié en que “lo que demuestra la capacidad de un grupo es su dominio sobre un determinado territorio, que su fuerza sea tal que sean capaces de arrebatar a un gobierno determinado una porción de territorio, como fue el EI en Siria e Irak”, pero no es lo mismo vencer una ideología a la que miles de personas de todo el mundo se sumaron, que acabar con una organización terrorista.
El EI ha conseguido que miles de personas que comparten su ideología, a través de la propaganda yihadista, consiguen radicalizar y llamar la atención a cualquier persona de cualquier parte del mundo, comentó.
El desarrollo tecnológico le abrió muchas puertas para instaurar el Califato y también para perderlo, pues su surgimiento, a diferencia de otros grupos terroristas, coincidió con el auge de las redes sociales.
Igualada aseguró que el “EI ha sido capaz de adecuar su propaganda a cada destinatario y ha sabido diseñar un mensaje para cada una de las regiones en las que se encuentran sus seguidores” y así logró adoctrinar a miles de personas. Diez por ciento de sus integrantes son europeos.
“En Europa preocupa el retorno de combatientes que en su momento se desplazaron al Califato y ahora quieren volver a su país de origen, con mayor experiencia y conocimiento militar para poder perpetrar un atentado”, dijo.
La idea del Califato está decayendo, pero el Estado Islámico sigue teniendo combatientes en muchos territorios, agregó el especialista.