Mérida, Yucatán, 14 de agosto de 2023.-En medio de una tradicional y multitudinaria vaquería yucateca, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín levantó la mano para buscar la gubernatura de Yucatán en 2024.
«Mientras haya sueños, deseos de justicia y nos indigne que la gente no tenga lo que debe tener. Mientras nos brille en el corazón el deseo de que Yucatán sea más grande, seguiremos, buscaremos y nunca descansaremos hacia un mejor futuro», subrayó.
“Muchos creerán que son tiempos difíciles … siempre lo han sido», dijo en un discurso en el que se repitió constantemente la palabra fe.
“Hoy no son tiempos de bajar los brazos. Son tiempos de fe. Yo creo. Y cuando crees, es posible superar dificultades”.
«Y yo voy a ser gobernador de Yucatán un día, no les quepa duda».
Emocionado, vestido totalmente de blanco a la usanza regional, y escuchado por asistentes venidos de todo Yucatán y de distintas partes del país, el Senador de la República apeló a la fe inquebrantable que tiene y que es uno de sus principales motores para buscar y procurar un Yucatán mejor. El otro motor es la gente, a la que ha escuchado en cada rincón de Yucatán.
Con motivo de celebrar junto a su familia, amigos y miles de yucatecos, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín congregó a más de 1,500 personas, ante las cuales ha reafirmado su inquebrantable compromiso con el estado y su decidida intención de liderar la transformación que la entidad merece.
Claro, directo, reiteró que no lo mueve algún afán patrimonial, ni de servir o atender a grupo empresarial alguno, pues no tiene compromiso con ninguno, sino con Yucatán, al que quiere sacar de su estado actual y proyectarlo a mejores estadios de vida para sus más de dos millones de pobladores.
Al hacer un viaje retrospectivo por su vida personal y política, en tono anecdótico, pero jovial, alegre, recordando sucesos pretéritos, junto con personalidades como su compañero de bancada en el Senado de la República, el guerrerense Manuel Añorve Baños, presente en el acto, Ramírez Marín criticó el hecho de priorizar las facilidades empresariales a capitales externos, en detrimento del empresariado local.
A estos, les externó su agradecimiento por lo hecho por Yucatán y por su gente y señaló que deben formar parte de la evolución que él busca para Yucatán y los yucatecos.
En tono enérgico, cuestionó, también, el hecho de que los territorios de esta capital del estado sean vendidos al por mayor, en detrimento de la reserva y de la economía, pues ello, explicó, encarece la vida de los meridanos y de los yucatecos.
En un templete, usado previamente por jaraneros de varios municipios para celebrar la vaquería yucateca con jaranas como el infaltable “Chinito Koy Koy” y la nueva jarana del “Gordito Marín” que lo identifica, Ramírez Marín resumió en 33 minutos de discurso sus ya más de 30 años de vida política al servicio de los yucatecos.
El alguna vez regidor del Ayuntamiento de Mérida, diputado local, federal, secretario estatal, secretario de Estado federal y Senador, aseguró que la fe “inquebrantable” que le ha permitido recorrer este trayecto es la garantía de que continuará en ese sendero, porque, insistió con voz enérgica, convincente, quiere ver un Yucatán, verdaderamente y en los hechos, mejor al que hoy experimentan sus coterráneos.
Y así lo haré, prosiguió, aunque me cueste mil años, seguiremos buscando, trabajando, apoyando a este estado.
Mientras recibía miles de aplausos de mestizos, mestizas, personas de todos los estratos sociales de Yucatán y de otras partes de México y del extranjero, venidos a la vaquería en su honor y con la bandera yucateca de fondo en un monitor gigante, el legislador y aspirante a la candidatura para Gobernar Yucatán, reconoció y agradeció a quienes con él han estado.
Un momento muy emotivo ocurrió cuando, con voz entrecortada, quebrada por momentos, se dirigió a su señora esposa, María Elena Granados Castellanos, a sus hijos, Jorge Carlos de María, Silvia y Guillermo, a quienes agradeció ser parte de esta historia que tiene el rumbo trazado.
Ramírez Marín dejó en claro que no detendrá sus aspiraciones políticas, porque «El día que deje de soñar con que la gente pueda salir adelante, curarse, educar a sus hijos, acabar con la injusticia», me rendiré.
“Si no viera el peligro me rendiría. Si no viera a donde vamos, me rendiría”.
De otros aspirantes, dijo que no han resuelto los problemas principales y que, incluso, los esconden debajo de la alfombra.
«Somos la entidad más cara del país porque no producimos, solo vendemos terrenos.
Queremos un Yucatán donde todos sean prósperos. Que la prosperidad dependa del esfuerzo, de la creatividad».
En su discurso también se mencionó la Bandera Yucateca, que enarbola desde hace años y, al respecto, pidió a los legisladores locales aprobar su uso general.
También dijo que celebra 62 años de vida, pero también la enorme riqueza de tantos y tantos amigos.
«Celebro la vida, la familia, la salud» reiteró en medio del aplauso de la concurrencia en el Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI.
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