Se conoce el resultado de un músico en poder de una pluma: la canción. Pero cuando el objetivo es la literatura la tinta se vuelve juguetona, más desde una posición como la de Joselo Rangel, guitarrista de Café Tacvba, columnista y escritor, cuya imaginación creadora de su primera novela, Los Desesperados, inquietó a otros músicos que, como dicen por ahí, se pusieron (o le pusieron) el saco (a otros).
El músico hace su debut en el género a través de Los Desesperados, que versa sobre una banda de rock capitalina formada por Roto, Teto y Chalo, tres músicos que definen al rockstar a través de su amorío con diferentes mujeres, las bebidas, las drogas (en este caso, la de la verdad), los congales, la traición, las discusiones, la envidia, las expectativas y los chingadazos.
Como lector uno pensaría que Joselo retrató su imagen, la de sus compañeros Rubén, Meme y su hermano, Quique, o la de otros músicos de la escena; pero no, todo fue creado bajo la ficción y todos los hilos que personas ajenas a su imaginación puedan atar, son mera coincidencia, nada real.
“Es inevitable”, arranca en entrevista con Excélsior, casa editorial en la que ha colaborado con una columna cada viernes desde hace más de una década. “Hasta mi esposa (la actriz Lumi Cavazos) lo cree por más que le digo que no me pasó ni a mí ni a nadie. Ni es la biografía de Café Tacvba, si lo fuera y estuviera contando secretos del grupo ya me hubieran reclamado, y a lo mejor ya no festejaríamos los 30 años del grupo”, ríe antes de continuar.
Joselo se clava mucho en la explicación, con unos ojos reclamando la oportunidad de cerrarse, pero con un ánimo excepcional, tomando sorbos del té verde que se ha vuelto su bebida predilecta desde que abandonó el alcohol hace una década. Vestido totalmente de negro con un pin amarillo, muy acorde con el fanatismo que tiene por la sombría naturaleza del postpunk.
Asegura que Rubén y su hermano ya lo leyeron; no sabe si Meme ya terminó. Hasta ahora todo en orden. Nada que relacionar con el grupo, cuya biografía y visión de la banda sí está en sus planes a desarrollar, pero habrá que esperar muchos, muchos años. Y ejemplificó con Pete Townshend, guitarrista de The Who, quien escribió sus memorias hasta casi entrados los 70 años. Joselo tiene 51.
Las suposiciones vinieron de otros lados, de sujetos que quedaron sin rostro.
“Como escritor eres una especie de Dios y creas un mundo. El mundo donde sucede esto ya existe, es tangible. Cosas que suceden en la Condesa, Coyoacán, Tepoztlán o España. Hay muchos músicos que ya la leyeron y ya llegaron conmigo a decir: ‘Ya vi los retratos. Ya sé quién es tal y tal’, pero no es cierto.
“Muchos se identifican y me advierten que ‘se va a enojar tal y tal’, pero yo les digo, que pues se enojen porque ni hice nada. Mi intención no es ni balconear ni hacer una crítica, lo único que hice es contar una historia que conecte de manera divertida porque, para mí, leer me entretiene. Y eso quiero con mis libros: que la gente se la pase bien leyendo mi libro”, confesó.
Las 222 páginas de Los Desesperados, que ya está a la venta por 228 pesos y que será presentado el jueves en El Hijo del Cuervo, también desnudan las aficiones de su autor: a lo largo de la trama uno recrea en su cabeza un soundtrack con rolas de The Libertines, Los Planetas, Black Sabbath, Iron Maiden y Gustavo Cerati; pasajes en su vida, la intervención de Jaime Maussan y los Objetos Voladores No Identificados tiene una razón de ser, no es que haya fumado algo como sus personajes.
“Sí creo en los ovnis. Mi hermano dice que no lo ventile porque se ve mal, pero desde muy chico mi papá leía mucha ciencia ficción, lo cual heredé, y compraba una revista semanal que se llamaba Duda, que tocaba temas de extraterrestres y conspiraciones.
“También he visto dos ovnis en mi vida. Cosas inexplicables, porque eran luces que se movían diferente a un avión o satélite, nada que yo conozca. Vivo en Tepoztlán (se dice que en el Cerro del Tepozteco descienden naves extraterrestres y hay buen número de avistamientos); soy una especie de hippie de clóset y es por eso que creo en los ovnis”, aseguró.
Otra cosa que no es real son las drogas, porque no existe droga de la verdad. También detesta las expectativas, aunque cae en ellas.
Se le cuestiona por qué al ser músico está a la deriva de que los fans y periodistas —que erróneamente caen en este vicio de la profesión— le pregunten por las expectativas de tal disco de Café Tacvba. Y, por casi tres décadas, ha lidiado con ello.
Utiliza un capítulo entero en el que los integrantes de Los Desesperados se decepcionan al ver tocar en vivo a su grupo favorito: The Libertines, y concluyen en que está mejor andar ebrios cantando las rolas de Pete Doherty y Carl Barat que tenerlos en plena ejecución.
En la charla también cuenta que una amiga suya no la pasó bien en las fiestas decembrinas por predisponerse a vivir cosas que no sucedieron, y se ríe porque efectivamente son las consecuencias de esa maldita palabra.
“Las expectativas matan la mitad de poder vivir. Pierdes dimensión cuando hay muchas. Me he encontrado con gente que llega y me dice que tal concierto de Café Tacvba no le gustó porque esperaban que tocaran tales rolas. ¿Por qué esperaban algo? Tienes que llegar al momento y dejarte ir. Me ha pasado a mí también con tantas bandas que veo en vivo. Puedo mencionar a Tame Impala, me encantan sus discos, los he visto sólo una vez en Coachella y me encantaron. Sin embargo, ahora que son headlinersestoy esperando que se conviertan en Led Zeppelin y no, ésa es una expectativa, y no sé si va a pasar. Igual y Kevin Parker es lo que es, y no será más que lo que hace Tame Impala”, relató.
En el camino, en su casa en Tepoztlán, en tour, en un camión o de gira, donde caiga nacerá la segunda novela de Joselo Rangel, cuya trama mantendrá en secreto, porque cada que la cuenta, se traba.
¡FELICES 30 AÑOS, CAFÉ TACVBA!
El músico y escritor Joselo Rangel confirmó que la celebración de su grupo, Café Tacvba por su 30 aniversario, será con una gira que pronto darán a conocer y con la grabación de su segundo MTV Unplugged en marzo próximo.
Sin embargo, dejó entrever que los fans deben quitarse las expectativas de un show kilométrico, porque eso no va a pasar por una razón en particular.
“Queremos compartir con el público que nos ha acompañado desde los inicios, pero también hay muchos jóvenes de 15 o 16, lo que se me hace interesante porque el grupo les dobla la edad.Habrá una sorpresa que no diré.
“Antes tocábamos cuatro horas tipo The Cure, pero vi que mucha gente lo sufre. Recuerdo que muchos de los fans de The Cure se salieron (del Foro Sol en 2013) a la hora o dos horas, ya no aguantaron. Entonces, sí le das gusto, pero mucha otra no lo disfruta”, comentó Joselo.
Los Tacvbos ya están ensayando el acústico en Satélite y definiendo la fecha en la que lo grabarán.