Inteligencia Artificial impulsa potencial de la Mercadotecnia
Diversas herramientas impulsadas por la IA cada vez se usan más en diversos sectores, y la mercadotecnia no es la excepción
Diversas herramientas impulsadas por la IA cada vez se usan más en diversos sectores, y la mercadotecnia no es la excepción
Por el Dr. Rodolfo Hernández Jiménez, Académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
Conforme se aproximan los últimos días del año, es habitual que diversos medios y consultoras de negocios comiencen a especular y a presentar sus hallazgos sobre las tendencias que marcarán el rumbo en el año venidero. En esta ocasión, resulta notable que prácticamente todos los análisis coinciden en un aspecto clave: la incorporación intensiva de la Inteligencia Artificial (IA) en distintos procesos empresariales, entre los cuales la mercadotecnia no es la excepción.
Aunque la mercadotecnia ha sido históricamente una función estratégica de gran relevancia en las organizaciones, en la actualidad muchos ejecutivos observan cómo su potencial y eficiencia se incrementan gracias a diversas herramientas impulsadas por IA. En particular, es relevante destacar cuatro áreas en las que la IA está transformando los procesos de mercadotecnia.
1.- Generación de ideas, creación y optimización de contenidos
Es bien sabido que gran parte de las tareas de los profesionales del marketing están estrechamente vinculadas al trabajo creativo. Hoy en día, tecnologías como la inteligencia artificial generativa son capaces de asistir a los equipos de marketing en la formulación de ideas para campañas, productos, eslóganes y conceptos creativos, partiendo de una serie de insumos específicos para cada caso.
Además, existen herramientas avanzadas y especializadas que facilitan la generación de contenido en formatos variados, como texto, audio, video e imagen, actuando como auxiliares en la labor de copywriting y creación de contenido.
2.- Ventas, atención y servicio al cliente
Es probable que la mayoría de los lectores de este artículo hayan interactuado al menos una vez en el último año con algún tipo de chatbot. La presencia de respuestas automáticas en interacciones con bancos, comercios en línea o empresas de servicios es cada vez más común.
En beneficio de las organizaciones, ahora existen numerosas herramientas que simplifican la creación y configuración de chatbots, permitiéndoles mantener conversaciones a gran escala, responder a las consultas más frecuentes de los clientes, automatizar ciertos procesos e, incluso, realizar un primer filtro y segmentación de prospectos.
3.- Inteligencia de mercados y predicción de demanda
En los últimos años, las empresas alrededor del mundo han invertido de manera significativa en la creación, alimentación y mantenimiento de grandes bases de datos sobre sus clientes, ventas, comportamiento de consumo y demanda, así como sobre los precios en sus respectivas industrias.
Las redes sociales también han contribuido a esta acumulación de datos al registrar información sobre preferencias, opiniones y comunicación entre consumidores. La IA permite a las empresas organizar y aprovechar el valor de estos extensos y complejos conjuntos de datos. Gracias a ciertas soluciones, por ejemplo, es posible prever cuáles productos o servicios serán demandados en el futuro, basándose en el análisis de tendencias tanto históricas como actuales. Esto facilita la optimización de inventarios, reduce costos de almacenamiento y distribución, y previene la falta de stock.
4.- Personalización dinámica de la mezcla de mercadotecnia
Estamos familiarizados con los sistemas predictivos que emplean grandes empresas como Amazon o Netflix, que recomiendan productos o contenidos basándose en el comportamiento previo de los usuarios. Lo que antes era un privilegio de grandes compañías, hoy se encuentra al alcance de una amplia gama de empresas.
Con la IA, es posible personalizar la experiencia de cada usuario, ofreciendo productos y servicios adecuados a su perfil, implementando precios dinámicos de acuerdo con la demanda, y presentando anuncios y promociones personalizadas. Esta personalización contribuye a incrementar la satisfacción del cliente, al anticiparse a sus necesidades y preferencias.
En cada uno de estos casos, resulta pertinente subrayar que la IA sigue siendo una herramienta auxiliar, no un sustituto de la inteligencia humana. Autores como Ethan Mollick han acuñado términos como «cointeligencia», destacando que la IA no opera de manera autónoma sin la intervención, supervisión y validación humana.
Es, por tanto, indispensable que adoptemos una postura activa respecto a la integración de la IA, y que, como profesionales, cultivemos las habilidades necesarias para interactuar con ella de manera ética y eficaz, maximizando su potencial para mejorar tanto nuestro desempeño como el de nuestras organizaciones.