Mérida, Yucatán, jueves 9 de enero de 2020.- Los trastornos de la conducta alimentaria son un problema de salud complejo, por lo que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) brinda tratamiento multidisciplinario e integral con la participación de personal de Nutrición, Psicología, Área Médica y Trabajo social.
El nutricionista y dietista del HGR No. 12, José Fernando González Guardia, mencionó que aproximadamente el 8 por ciento de cada 100 mil mexicanos puede presentar algún trastorno de la conducta alimentaria. La anorexia y bulimia nerviosa son los más comunes.
Aunque la anorexia se presenta mayormente en adolescentes, también gente adulta e incluso niños podrían padecerla. Al ser un trastorno que también se considera nervioso, debe ser tratada por especialistas en Nutrición con planes alimenticios saludables, así como en Psicología y Trabajo social, para llevar puntual seguimiento de los pacientes.
El especialista destacó que la mala nutrición y la pérdida progresiva de peso tienen consecuencias que pueden llegar a ser graves, tanto física como psicológicamente. Entre éstas se encuentran problemas renales, cardiovasculares (presión baja o arritmias), estreñimiento, aumento de vello corporal, deshidratación de la piel, caída del cabello y pérdida de densidad ósea.
Además, de no tratarse oportunamente, puede provocar que el adolescente no crezca lo suficiente y que sufra osteoporosis; en el caso de las mujeres, pérdida o menstruación irregular.
En cuanto a las consecuencias psicológicas, la persona puede tornarse irritable, con episodios de ansiedad y puede sufrir depresión o fobias.
Por ello, es importante que los padres de familia estén alertas ante las señales de esta enfermedad: se salta comidas con el argumento de que ya comió; las raciones que se sirve son cada vez más pequeñas; evita algunos alimentos considerados muy calóricos; pérdida de peso sin causa aparente; realiza ejercicio o deporte en exceso y muestra mucho interés por cuestiones de nutrición, como las calorías de cada alimento, por citar algunas.
El Seguro Social brinda información y tratamiento sobre este padecimiento tanto al adolescente como a los padres de familia, por lo que no deben dudar en informarse sobre la enfermedad y buscar atención en su Unidad de Medicina Familiar.