Iglesia celebra misa sin fin para impedir la deportación de una familia
Comenzó la tarde del 26 de octubre y, hasta ahora, no ha parado; la policía no puede entrar a inmuebles durante celebraciones religiosas
Comenzó la tarde del 26 de octubre y, hasta ahora, no ha parado; la policía no puede entrar a inmuebles durante celebraciones religiosas
Después de enterarse de que una familia de refugiados enfrentaría una inminente deportación, una iglesia en Países Bajos decidió emprender una acción radical para impedirlo: celebrar una misa que ha durado más de un mes.
Bethel, una iglesia cristiana y un centro comunitario en la ciudad de La Haya, ha elegido una dramática solución para proteger a la familia armenia Tamrazyans, integrada por cinco miembros, quienes han vivido en Países Bajos por nueve años y son formales peticionarios de asilo.Hace unos meses, el gobierno neerlandés negó a la familia Tamrazyans su petición de asilo y aprobó su deportación, pese a que hay una ley que permite dar un permiso de residencia permanente a los niños que han vivido en Países Bajos por más cinco años, si cumplen con varios requisitos.
A sabiendas de que la policía de Países Bajos no puede entrar a inmuebles durante celebraciones religiosas, los integrantes de la iglesia Bethel decidieron celebrar una misa interminable que permita a la familia Tamrazyans refugiarse en el templo, mientras explora cómo evitar su regreso a Armenia.
Esta misa comenzó el 26 de octubre a la 1:30 de la tarde y no ha tenido un punto final, hasta el momento.
Para lograrlo, la iglesia Bethel ha tenido que echar mano de una serie de sacerdotes que se van rotando en el púlpito y de miembros de la comunidad que alternan funciones: a veces son asistentes a la misma, a ratos compran víveres, en ocasiones sirven la comida y en otras más, buscan a más voluntarios. Según la iglesia, más de 3 mil 500 visitantes de todo Países Bajos ha llegado hasta Bethel para apoyar a la familia de refugiados.
En un comunicado de prensa, la iglesia Bethel aseguró que respeta los fallos de las autoridades, pero se encuentra en un dilema: «elegir entre respectar al gobierno y proteger los derechos de los niños».
Grupos a favor de los migrantes aseguran que hay, al menos, otros 400 casos de niños solicitantes de refugio que viven en Países Bajos desde hace más de cinco años.
«El propósito de convertir la iglesia en un asilo es crear un ambiente de descanso y seguridad para la familia y ofrecer tranquilidad a los Tamrazyans mientras invitamos a los políticos a discutir con nosotros el destino de esta familia y los efectos de una amnistía para los niños», continúa la iglesia en su comunicado de prensa.
Hasta el momento, la iglesia sigue ofreciendo una larga misa y no se sabe cuándo terminará.
dre