Herencia de mediocres
Adán Echeverría
Lo que el clan Monreal ha perpetrado en México es infame. Se han repartido municipios, gubernaturas, curules, senadurías, y contratos con los múltiples empresarios que se han pegado a ellos en cada puesto de poder. Pero no son los únicos.
En muchas columnas he escrito sobre el Teatro de la Democracia Mexicana, sobre la Monarquía mexicana disfrazada de Democracia y sobre los dipubabys; todos esos temas justo tienen que ver con el nepotismo. Personajes de muchas familias que se han heredado puestos de gobierno.
No es privativo de México, dos Bush fueron presidentes de los gringos; pero Tamaulipas padre e hijo han sido gobernadores del estado. La diferencia es que no se heredaron el puesto. Sino que Américo Villareal hijo, dejó pasar muchos gobiernos, hasta consolidar carrera como médico, carrera como político, y coronar su aspiración e ideal siendo elegido por el pueblo como gobernador. Son cosas muy diferentes.
Pero lo que los Monreal pretenden es similar a lo que hicieron los Moreira. Una práctica totalmente priísta, prianista y hasta panista.
Que Claudia esté trabajando para que el nepotismo se acabe en la política mexicana es de celebrarse. Es una pena que los personajes de la 4T en el senado: Adán Augusto, Noroña y otros, como en cámara de diputados, mediante Monreal, hayan desafiado el deseo de la presidenta de nuestro país. El desaseo y el desafío para enviar la ley contra el nepotismo hasta el 2030 habla mucho de su machismo: “está en sus días, la doña; es su menopausia, quiere quedar bien, no hay que hacerle caso, luego se contenta, no pasa nada si no hacemos caso”.
Y eso porque Claudia envío una ley que debía tener aplicación inmediata: en las elecciones intermedias, es decir en el 2027. Pero a Adán Augusto, Monreal, y Noroña, se les hizo fácil evitar esa discusión, y dejar que la votaran con los acomodaticios cambios que beneficiaban a los Monreal y también a Salgado Macedonio, familias que quieren perpetuarse en gobiernos de Zacatecas y Guerrero, respectivamente.
¿Quiénes estos personajes? Bueno, los tres primeros son quienes buscaron la candidatura presidencial para Morena en la elección interna del partido, donde fue elegida Claudia. ¿Acaso se trata de una ruptura? ¿Tú qué piensas, querido lector? ¿Acaso Monreal está midiendo la capacidad de Claudia para dominar en el partido y no solo en el país? No hay que olvidar que hay una división de poderes. Claudia es la representante del poder ejecutivo, los otros tres son parte del poder legislativo. Deben ser, y desde luego, independientes. No deben seguir sus ordenamientos. Pero se trata de ideologías por los que el pueblo los eligió.
Sin embargo, la propuesta de Claudia no es un capricho de presidenta, menos de mujer, como lo han querido plantear los legisladores. No es un tema de fuerzas. En este tiempo de mujeres, se le escapó a la presidenta y a todo el partido Morena, entender que le entregaron a “machitos irredentos” la presidencia del Congreso. Ahí los que rifan son los mismos hombres de siempre, esos machos insufribles que lamen sus heridas del fracaso de querer contender por la silla presidencial, y por ello ahora intentan dar un golpe en la mesa y decir: “Tú sigue jugando a ser Presidenta con A, y déjanos las leyes del país a los hombres”.
La mesura vino desde la presidencia del partido Morena. Luisa María Alcalde ha dicho que se alineará a lo que la presidenta había propuesto inicialmente, y el partido no pondrá en ninguna boleta electoral a parientes de quienes hoy están gobernando los municipios y las entidades de este México aún federalista. ¿Será que estamos asistiendo a la ruina del partido Morena? ¿Será que quienes se dicen de “izquierda” volverán con sus guerrillas internas hasta desbaratarse como ha ocurrido antes con el Partido Comunista de México o con el PRD? ¿Tú qué opinas, querido lector?