Gana premio de la AMIC tesis de egresada del ITESO

Rosalía Orozco, egresada del Doctorado en Estudios Científicos y Sociales del ITESO, se llevó el galardón con la tesis doctoral “Comunicación y relaciones de poder en el contexto de las conferencias matutinas de Andrés Manuel López Obrador”, en la cual hizo un análisis sobre la dinámica entre la Presidencia y los medios de comunicación.

Una investigación realizada por Rosalía Orozco, en la que analizó los cambios trascendentales en la relación entre la Presidencia de la República y los medios de comunicación y los periodistas que cubrieron dicha fuente durante el sexenio que recién concluyó, se llevó el premio a mejor tesis doctoral de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC).

El reconocimiento fue entregado el viernes 11 de octubre dentro del XXXV Encuentro Nacional e Internacional de la AMIC, celebrado en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.

La egresada en 2023 del Doctorado en Estudios Científicos y Sociales del ITESO se llevó el galardón con el trabajo “Comunicación y relaciones de poder en el contexto de las conferencias matutinas de Andrés Manuel López Obrador”, en el cual realizó una investigación etnográfica en 19 mañaneras –seis in situ y 13 en modo virtual–, analizó las versiones estenográficas de otras 40 conferencias, hizo análisis documental y monitoreo de medios, y entrevistó a 11 periodistas de la fuente presidencial y a dos directivos de comunicación de la Presidencia.

“Me interesaba mucho analizar cómo esas relaciones podrían estarse transformando precisamente en un contexto tan relevante como las conferencias de prensa matutinas, pues durante el sexenio de López Obrador se convirtieron en un medio de comunicación muy trascendente”, explicó la también periodista y quien ha sido coordinadora de la Licenciatura en Periodismo y la Maestría en Periodismo Digital de la Universidad de Guadalajara.

El primero de los hallazgos que Orozco reveló durante su investigación fue que desde la Presidencia se planeó intencionalmente construir y sostener una confrontación con actores relevantes de los medios comunicación, principalmente con los que eran más críticos hacia el gobierno —medios como Reforma, El Universal, Proceso o Animal Político, que fueron continuamente estigmatizados y señalados.

“Lo que explico en mi investigación es que esa confrontación fue intencionada y planificada, se invirtieron bastante recursos en construir y sostenerla. Una de las evidencias es precisamente la sección de la mañanera Quién es Quién en las Mentiras, que al paso del tiempo se convirtió en una sección de la agenda de la Presidencia. En los sexenios pasados esa confrontación no era pública, generalmente eran pocos los medios críticos y si había confrontaciones, no nos enterábamos, se quedaba entre los jefes de comunicación, los periodistas y los medios. En este caso, esa confrontación fue completamente pública, eso es algo muy novedoso en las relaciones de poder entre los actores”, mencionó.

El segundo hallazgo relevante es que esto develó cambios en la relación con una Presidencia que ya no le tiene miedo a dejar en claro que hay un grupo de medios con los que no comulga y que, a su vez, un grupo de medios está en contraposición del proyecto gubernamental. Mientras que, en sexenios pasados, por diferentes razones —ya fuera por los apoyos en publicidad, por relaciones de complicidad marcadas por convenio, apoyos directos y otro tipo de dádivas —, pocos eran los medios críticos.

“Con Andrés Manuel siguió habiendo convenios y recursos para publicidad oficial, pero disminuyeron muchísimo, yo no analicé las relaciones desde ese enfoque, sin embargo, sí menciono que sí hubo publicidad oficial para los medios, incluso los medios marcadamente críticos. Esto significó un cambio, si lo comparamos, por ejemplo, con el sexenio de Felipe Calderón, los medios fueron muy afines a los proyectos gubernamentales porque existía un convenio detrás, marcado por el dinero, pero también porque les convenía por muchas razones. Esto es un rompimiento de esa complicidad histórica que había”, añadió.

Orozco señaló que no obstante esto, también hay que decir que hubo un grupo de medios con los que la Presidencia construyó una relación de afinidad o de interdependencia, sin decir que fuera una relación intencionada, porque a partir de las preguntas a los reporteros encontró que había muchos comunicadores y medios que tenían afinidad con el proyecto gubernamental o que admiraban al presidente: “eso también se vuelve algo interesante, porque antes, los periodistas no podían decir abiertamente que apoyaban un gobierno, todo mundo nos dábamos cuenta, pero no lo decían abiertamente”.

En ese sentido, otro de los descubrimientos interesantes fue que dentro de la conferencia matutina se pudieron ver toda esa gama de intereses tan diversos que respaldan los medios. Así, la especialista encontró que hubo reporteros que comercializaron su capacidad de interlocución con la Presidencia, es decir, que vendían sus preguntas.

“Eso evidenció que actuaban por interés económico propio, pero que también respondían a intereses externos de actores fácticos, como la Iglesia, el poder económico, grupos de empresarios, sindicatos, o a veces hasta el crimen organizado, probablemente. Yo afirmó en mi tesis que realmente no hay medios neutrales, no hay actores mediáticos que no tengan intereses, ya sea que apoyen al propio proyecto gubernamental, al medio donde trabajan, o en otros casos que respondan a intereses externos”, dijo.

El trabajo de entrevistas con reporteros se hizo cuidando la representatividad de todo el ecosistema de medios en México, el cual que es híbrido, y se incluyó a periodistas de cadenas nacionales de TV, de medios capitalinos con alcance nacional; de radio, prensa e incluso de comunicadores de redes sociales. Y en todos los casos los periodistas coincidían en que habían cambiado sus prácticas a partir de la conferencia, y que todos los días tenían que estar atentos a cubrir lo que decía el Presidente, por lo que fue evidente que este modelo sí marcó la agenda de los medios.

“Otra de las cosas en la que coincidieron todos los reporteros que entrevisté es que nunca, en la historia de haber cubierto la fuente presidencial (las reporteras y reporteros que entrevisté habían cubierto a tres presidentes, incluso a uno le tocó cubrir a Salinas) habían tenido la libertad de preguntar lo que quisieran en el momento que quisieran. Las preguntas generalmente habían estado vedadas, y que cuando se podían hacer, eran generalmente palomeadas, autorizadas o dirigidas por el área de comunicación social. Ese es un cambio muy trascendental, porque por primera vez los medios pueden poner sobre la mesa, en un canal público, cuáles son sus intereses y sus agendas”, concluyó.