En plena recta final de la campaña, el candidato a senador Jorge Carlos Ramírez Marín obtuvo extraordinaria respuesta en un recorrido que realizó por el mercado de la Alemán, símbolo de una de las colonias de gran tradición en Mérida.
El aspirante al Senado recibió el saludo de numerosos vecinos del rumbo y la aceptación de los locatarios a la cruzada «¡Salvemos a las abejas!», una causa social que promueve en su campaña para crear conciencia sobre la pérdida de las abejas que afecta la producción de miel y la polinización del campo.
Los locatarios de frutas, verduras y flores accedieron a colocar pequeños letreros de: «Sin abejas no hay zaramullos», «Sin abejas no hay plátanos», “Sin abejas no hay manzanas” y así sucesivamente dependiendo del tipo de productos que expenden al público.
En el marco de esta visita, Ramírez Marín afirmó que la dignidad de Mérida está en sus colonias de gran tradición y de ahí la importancia de gestionar recursos para rescatar estos sitios emblemáticos de la ciudad.
«Tenemos que recuperar estas colonias y apoyar proyectos que les den vida, mejoren los servicios y ofrezcan nuevas opciones de equipamiento urbano. Es un patrimonio que debemos preservar», subrayó el candidato, quien recorrió todas las áreas del mercado, recibió muestras de apoyo y solicitudes para tomarse fotografías con vecinos y locatarios.
«Me parece excelente que combine su campaña con este tema de las abejas, tenemos que levantar la apicultura y apoyar el campo en general. Muy bien licenciado Marín», expresó Martín Magaña Alvarado, con 41 años en la venta de frutas, el primero en aceptar que se coloquen letreros de «Sin abejas no hay zaramullos» y «Sin abejas no hay pitahayas».
En el área de flores, Elsy Domínguez Canché no solo aceptó colocar el letrero correspondiente sino también repartir entre sus clientes unas macetitas con plantas melíferas que le ofreció el candidato: «Desde luego que estoy de acuerdo en regalarlas porque sin las abejitas no habrían flores, es una muy buena idea candidato», indicó la oferente con 13 años en el negocio.
«Es un gusto saludarle licenciado, ¡vamos con todo, cuenta con mi voto!», expresó, a su vez, Rafael Guilermo Angulo, de 56 años, quien se topó con Ramírez Marín en los pasillos.
En el área de aves, locatarios y trabajadores de la «Pollería Marín» bromearon con el candidato por coincidir en el apellido: «Bienvenido a territorio Marín», expresó Roberto Marín, originario de Hocabá: «Espero que el ‘primo’ se acuerde de nosotros cuando llegue al Senado», indicó, seguido de las risas de sus compañeros. Fue el ambiente que prevaleció en el recorrido.