El talento de dos mil niñas, niños y jóvenes de Semilleros Creativos de todo el país se une en el Auditorio Nacional

En la quinta edición de Tengo un sueño, los lemas fueron Es tiempo de florecer y Es tiempo de mujeres
En un mundo onírico, ubicado en el Valle de los Fantasmas en Sierra de Álvarez, San Luis Potosí, la protagonista, Coa, busca su camino entre sombras que le hablan de ideas machistas, prejuicios y violencias

Ciudad de México, a jueves 31 de octubre de 2024.- Infancias y juventudes de México que son parte de los Semilleros Creativos subieron al escenario del Auditorio Nacional para manifestarse y decir, a través del Magno Evento de Cultura Comunitaria Tengo un sueño 2024, que “Es tiempo de mujeres” y el momento para cumplir los deseos.

Los Semilleros Creativos son grupos de formación artística gratuita con enfoque comunitario, conformados por niñas, niños y jóvenes en condiciones de vulnerabilidad social en todo el país y que han encontrado en el arte una herramienta de transformación y construcción de paz.

Con múltiples y coloridos cuadros, dos mil noveles artistas –700 en escenario y mil 300 encargados de la escenografía–, provenientes de 150 municipios de toda la república, mostraron los conocimientos que han adquirido en los Semilleros, y también los lazos de amistad que han forjado con sus compañeras y compañeros con quienes compartieron durante más de dos horas el escenario.

La muestra anual reunió en escena a talentos representantes de 53 Semilleros Creativos seleccionados de los diferentes lenguajes artísticos, a partir de la conformación de los Semilleros Nacionales de Circo, Teatro, Danza, Literatura, Títeres, Lengua y Radio, así como a los Semilleros Banda Nacional Comunitaria, Orquesta de Música Tradicional Mexicana, Coro Nacional Voces en Movimiento y PIA Armónicos.

En esta, la quinta edición, las y los artistas presentaron al público la historia de Coa, una niña que, con ayuda de su abuela y seres oníricos, calla a las sombras que le hablan de ideas machistas, prejuicios y violencias.

En una atmósfera ubicada en el Valle de los Fantasmas en Sierra de Álvarez, San Luis Potosí, el público en el Auditorio Nacional, y el que siguió la transmisión a través del Facebook de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y de Canal 22, presenció un universo multicolor en el cual se hicieron presentes aves, venados, jabalís y ardillas voladoras; pero también se manifestaron sombras y ecos en medio de la bruma.

A lo largo de la trama, Coa se cuestiona sobre diversos estereotipos de género con una búsqueda de un mundo más justo y equitativo.

Tengo un sueño 2024 contó con la dirección escénica de Cecilia Sotres, la dirección musical de Roberto Rentería Yrene y la dirección de arte de Gala Sánchez-Renero; también con la participación de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, y como directores invitados de Rocío Román Figueroa, Leticia Gallardo Martínez, Eduardo García Barrios, Óscar Argumedo y Santos Medel.

Para lograr el montaje, las tutorías de Talia Loaria, Itzia Nieves, Valerio Vázquez, Malcom Méndez, Nora Huerta, Nadia López, Julia Arnaut, Nohemí Espinosa, Emilia Reneé, Ariesna González y Martín Corona fueron fundamentales.

Repertorio

Por primera ocasión, Tengo un sueño contó una historia conformada por 12 cuadros escénicos en las que convergieron todos los lenguajes artísticos que aportaron sus particularidades como un títere monumental, versos en 12 lenguas indígenas, actos aéreos y musicalización de principio a fin. El guion fue escrito por integrantes de los Semilleros Creativos de Escritura creativa en colaboración con Nora Huerta, Cecilia Sotres, Érica Islas y Nadia López.

De forma envolvente, durante la presentación se interpretaron  las piezas Te quiero, dijiste, de María Grever; Fantasía en jazz, de Gina Enríquez; Sahuaro, de Nubia Jaime Donjuan; La Fuerza de las mujeres y Resurgiendo, de Rocío Román Figueroa –directora del Semillero Banda Sinfónica Comunitaria “K’eri Tinganio”–; “Poj Suun”–; Flor de río, de Carlos Ibarrola y Emilio Lome; Alas (a Malala), de Arturo Márquez; El poder de la cultura, de Sergio Durón, y Tiempo de mujeres, obra basada en el son jarocho La Guacamaya, con textos creados por el Semillero de Laudería, Son y Jarana de Cosoleacaque, Veracruz, además de la música incidental creada por Claudia Arellano.

Las dos últimas piezas, Los capires, de Jorge Rincón Cárdenas, arreglos de Joaquín Mejía; y Suun’u’nk (Pequeño son), de Leticia Gallardo Martínez –directora del Semillero Banda Sinfónica Comunitaria- hicieron al público levantarse de sus lugares y bailar a ritmo de la música. Al término del evento, las y los artistas gritaron al unísono Tengo un sueño.

La identidad visual

La escenografía corrió a cargo de mil 300 artistas visuales provenientes de 66 municipios de 28 estados del país, en la que, a partir de los lemas Es tiempo de florecer y Es tiempo de mujeres, se brindó un homenaje a las mujeres que han dejado huella por todo el país, pero en especial en las familias y comunidades de origen de las y los integrantes de Semilleros.

Se trató de un gran telón para el escenario de 22 x 10 m, y seis piernas de 3.20 x 9.20 m cada una, conformado por 460 lienzos con forma de pétalo.

La propuesta seleccionada como imagen oficial fue creada por Héctor de 10 años, integrante desde 2022 del Semillero Creativo de Pintura y Escultura en Mexicali, Baja California.

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