EL MAL DE LA FEA
Las Reliquias del Hombre Ave por: Adán Echeverría
Las Reliquias del Hombre Ave por: Adán Echeverría
Ante todo habrá que apuntar la definición de «El Mal de la(o) Fea(o)”: Dícese del enojo que causa a un pobre miserable, todo aquel personaje que tiene talento para cualquier cosa, y que además es físicamente estético(a). Dicho enojo impulsa, a quien padece el mal de la fea, a hablar mal de dicho personaje, y engrandecer todos los errores que como humano comete, y a jamás poder aplaudir ni reconocer virtudes y logros.
El ejemplo más claro para esta sociedad del siglo XXI es la rencilla que se ha dado entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, ambos jugadores de futbol soccer en la Liga Española. El primero es un argentino que jamás jugó soccer profesional en su país, el segundo un portugués. Los que padecen el mal de la fea para este caso específico, son todos aquellos que no saben mirar las condiciones de ambos, y los logros y talento que los dos poseen. No se conforman ni valoran la oportunidad de poder ver a dos jugadores de soccer romper uno tras otro todos los récords de un jugador profesional. Ninguno de los dos ha triunfado en los Campeonatos Mundiales, ninguno de los dos ha triunfado en las Copas de sus Confederaciones: Cristiano no ha ganado la Eurocopa, apenas logró en su debut como seleccionado nacional, un subcampeonato, ni porque el torneo tuvo su sede en Portugal. Y Messi no ha podido ganar la Copa América, solo subcampeonatos. Aún así ambos jugadores son considerados por uno y otro grupo como El Mejor Futbolista del Mundo. Pero los que apoyan a Cristiano no dejan de validar los logros de Messi, sin embargo, los que valoran a Messi, se lanzan a pitar y criticar cada acto del portugués, descalificándolo cual si fuera el responsable de todos los fallos de su equipo o de su selección, no valorando que el soccer es un juego de conjunto. Si pierde Argentina, el equipo no apoyó a Messi. Si pierde Portugal, es culpa de Cristiano. Lo mismo ocurre con sus equipos de la liga profesional, los logros del Barcelona se los deben a Messi, las fallas del Real Madrid son culpa de Cristiano Ronaldo.
En México el «mal de la fea», es aún más crónico, está más a flor de piel. La gran mayoría que tiene posibilidad de escribir una columna lo hace desde el podio del Todopoderoso Gran Inquisidor: “yo lo dije, se los advertí, yo estaba seguro, de que ustedes y todos son unos idiotas” .
De esta forma, todo personaje mexicano que parezca tener talento y capacidad para triunfar, es totalmente vilipendiado de la peor manera, pero si además es rico y de apariencia estética agradable, “sería bueno lincharlo”. Este extrema enfermedad del Mal de la Fea en la mayoría de los mexicanos viene de los ideales de la religión católica. Desde 1521 que cayera Tenochtitlan, los pastores católicos sembraron en el nativo, en el criollo, en el mestizo el ideal de que “ser pobres es ser de dios” y “ser rico es ser del diablo”. Basados en aquella lectura bíblica que dice algo más o menos como: “Que difícil será para un rico entrar en el reino de los cielos”. Y con base en este pequeño texto han creado toda una honda idea de “odio primigenio” en el mexicano promedio. “Ser pobre es ser de dios” y “ser rico es ser del diablo”. Los ricos son los malos, los pobres son los buenos. El que tiene el poder es el malo, el que no lo tiene es el bueno. ¡Qué cosa tan equívoca!
Por ello la prensa mexicana es fanática de la “causa de los pobres”, aunque en sí mismo “la pobreza sea algo contra lo cual luchar”. En vez de que construyamos para salir de la pobreza, estudiando, creando, trabajando, luchando todos los días por salir de ella, nos dedicamos a evitar que el otro salga. “Si estoy hundido te hundiré contigo”, parece ser el mecanismo actuante.
La prensa deportiva camina siempre en esos términos: Ganaron de cagada. No ganaron, el otro perdió, el otro jugó mal. Y de esta forma se dedican a minimizar todo logro de nuestros deportistas. Fundados en aquello de “No ser patrioteros”, “No ser porristas”, viven el equívoco de no poder sentir orgullo de los logros de todo personaje del deporte mexicano. Chávez, debió retirarse a tiempo, es un payaso ignorante ridículo, nuestro máximo exponente del boxeo. Ana Gabriela es una maldita marimacha, se le dio todo, y ahora solo causa lástima como corrupta en la política. Hugo Sánchez, no es nadie, todo lo hacía su equipo, Hugo solo es un boca floja. El Chícharo, es un pobre tronco, todos sus goles son puras cagadas, pero es el segundo mejor anotador de la Selección de Soccer de México. Ah, pero lo es porque ahora se juega más, se juega contra equipos mediocres, por eso puede meter goles, hasta un cojo le metería goles a ese equipo.
De esta forma, azuzado por la prensa, un gran sector de la sociedad mexicana camina en los mismos parámetros para la cultura, la política, la literatura, la ciencia, el arte, los artesanos, las mujeres que logran trascender.
Si un hombre trasciende, es un imbécil lame botas. Si una mujer trasciende es una miserable prostituta.
Habríamos de saber si padecemos o no de El Mal de la Fea.