El uso de plataformas de software ‘Frankenstein’ está llegando a su fin en las organizaciones. Similares al famoso monstruo de la literatura, estas soluciones unían de forma rudimentaria aplicaciones y tecnologías de diferentes proveedores, que en muchos casos no estaban diseñadas para trabajar juntas, y que buscaban dar una respuesta a las necesidades de cada empresa.
Muchas pequeñas y medianas empresas (Pymes) acudían a estas estructuras por su falta de planificación estratégica, que las llevaba a buscar programas independientes para resolver necesidades puntuales de cada área, sin contemplar qué datos podían compartir ni cuáles tareas se duplicaban. Como es lógico, terminaban perdiendo recursos, tiempo y dinero de forma innecesaria.
«En la medida en que las empresas crecían, agregaban más componentes e integraciones, lo que hacía más compleja y difícil la gestión de las plataformas Frankenstein. Los equipos técnicos destinaban enormes recursos en resolver problemas causados por las malas integraciones, en buscar formas para unir alguna herramienta, en depurar los datos de cada área, o en aplicar parches de seguridad en cada equipo», comenta Fernando Sotelo, Director de Customer Success para América Latina en Zoho.
Los componentes de software dispares a menudo no lograban integrarse fácilmente, lo que llevaba a interrupciones en la comunicación, pérdida de tiempo y flujos de trabajo ineficientes. A esto se sumaba que, al tener datos distribuidos en múltiples sistemas, existía gran inconsistencia entre ellos. Los líderes de las organizaciones preferían evitar esta información en su toma de decisiones.
Para completar, las empresas terminaban gestionando decenas de proveedores, con costos muy elevados y una enorme carga administrativa.
Por suerte, las cosas han cambiado en los últimos años y la utilización de estas estructuras improvisadas ha caído drásticamente. Gracias al surgimiento de plataformas de software en la nube, como Zoho One, las organizaciones pueden acceder a las aplicaciones que necesitan para cada parte del negocio y totalmente integradas. «Las empresas pueden implementar estas soluciones rápidamente al estar basadas en Internet. Cada usuario accede a las herramientas y a los datos de la operación que requiere para sus actividades», dice Sotelo, de Zoho.
Las soluciones basadas en la nube además ofrecen flexibilidad y eficiencia en sus costos, invaluables para el ambiente económico actual. Las organizaciones pueden aumentar o decrecer el número de usuarios cuando lo requieran, siempre acceden a las versiones más recientes de los productos y pagan solo por su uso, de forma mensual o anual.
Para completar, responden a un solo proveedor, lo que ayuda a simplificar la gestión de TI.
La caída de las plataformas Frankenstein es un cambio fundamental en el panorama de la tecnología empresarial. Al adoptar soluciones integradas y basadas en la nube, las empresas desbloquean nuevos niveles de eficiencia, escalabilidad y seguridad. Esta evolución optimiza las operaciones y habilita a las empresas para innovar y crecer en un mercado competitivo.
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