Egresado de la UAG diseña innovador brazo robótico

Jorge Velasco, egresado de Ing. en Electrónica Biomédica, hizo un brazo mecánico especialmente para su mejor amigo de la infancia

Cuando Jorge Luis Velasco García, actual egresado de la carrera en Ing. en Electrónica Biomédica de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), presentó la defensa de su tesis sobre la creación de una mano robótica, el momento más emotivo de la exposición tomó por sorpresa a todos los presentes.

Entre el público se encontraba Beto, su mejor amigo de la infancia, usando la prótesis que Jorge había diseñado especialmente para él. No solo eso: Beto realizó una impresionante demostración en vivo, mostrando cómo esta herramienta tecnológica había transformado aspectos de su vida cotidiana.

Un amigo como inspiración

“Fue un momento increíble”, recuerda Jorge, “Beto estaba allí, demostrando todo lo que la prótesis podía hacer. Fue muy emocionante para mí. Desde niños jugábamos a que algún día le diseñaría un brazo cuando creciera, y verlo usar la prótesis en ese momento fue la culminación de un sueño hecho realidad”.

Aunque Beto no necesita la prótesis para ser autosuficiente, ya que ha aprendido a adaptarse perfectamente a su condición, Jorge decidió crearla como un acto de agradecimiento por su amistad y como una herramienta adicional para facilitarle ciertas tareas.

“El objetivo no era darle algo que necesitara, sino diseñar algo que pudiera hacer su vida aún más fácil y darle una nueva herramienta para su día a día”, explica Jorge.

 

Recrear la complejidad de la mano humana

El desarrollo de la prótesis representó un desafío, tanto técnico como personal. “La mano humana es un mecanismo increíblemente complejo, y lograr reproducir sus movimientos con tecnología no fue tarea fácil”, comparte Jorge Velasco.

Uno de los mayores retos fue crear una prótesis funcional que no solo imitara los movimientos de la mano, sino que también fuera accesible y cómoda para Beto.

La innovación clave de este proyecto radica en que la prótesis no se limita a movimientos básicos, como muchas tradicionales. En cambio, permite a Beto controlar hasta tres movimientos distintos a través de la contracción de músculos específicos.

Por ejemplo, al flexionar el bíceps, la mano se cierra; al extender el tríceps, la mano se abre. Esta funcionalidad le da la posibilidad de realizar tareas más complejas con mayor autonomía.

Jorge no planea detenerse aquí. Su próxima meta es incorporar retroalimentación sensorial en la prótesis, de manera que Beto pueda percibir la temperatura de los objetos que manipula, la presión que aplica y el peso de lo que sostiene.

“Quiero que la prótesis no solo sea funcional, sino también sensorial, para que Beto pueda tener una experiencia más completa”, comenta Jorge con entusiasmo.

Más que una solución técnica, un acto de empatía

Más allá de la tecnología, este proyecto representa un ejemplo de gratitud y empatía. Jorge, al ver el impacto positivo que la prótesis tiene en la vida de Beto, se siente motivado a seguir trabajando en soluciones similares para otros.

“No solo se trata de diseñar prótesis para personas con amputaciones”, afirma, “sino también para quienes nacen con condiciones congénitas, como la de Beto, quienes muchas veces son marginados por la falta de soluciones accesibles”.

Con la esperanza de que su trabajo inspire a otros, Jorge Luis Velasco García concluye que este proyecto es solo el comienzo de su visión para mejorar la calidad de vida de muchas personas más.

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