Mérida, Yucatán, 24 de septiembre de 2016
Buenos días a todos los que están aquí y que hoy van a recibir este merecidísimo estímulo. Yo les hago una pregunta: ¿están contentos? Ma, no les escuché, ¿están contentos? Más fuerte, ¿están contentos? Pues que bueno realmente que estén contentos y les voy a decir por qué: porque yo sí estoy muy contento.
Yo me siento muy contento, particularmente esta mañana en esta actividad en la que ustedes van a recibir, repito, un merecido estímulo y les voy a decir por qué me siento contento, porque yo siempre he visto el deporte como una forma de vida. Una forma de vida porque en la vida hay que ser constante, hay que ser valiente, hay que ser disciplinado, hay que fijarse metas y luchar para alcanzarlas.
Hay que disfrutar los triunfos, pero también hay que aprender de los fracasos, revisar errores, por qué no salieron bien las cosas, hacer que salgan bien la próxima vez, nunca dejar de luchar, siempre tener entusiasmo, siempre tener alegría, tener una vida sana y bueno.
Podría pasarme acá mucho rato diciendo características del por qué lo que te enseña el deporte principalmente en la niñez y en la juventud van a ser virtudes que les van a acompañar toda la vida y que van a hacer de ustedes hombres y mujeres de bien para su estado, para su país, para orgullo de sus familias, para orgullo de sus padres, para esperanza de todo el pueblo.
Y por eso particularmente me siento contento el día de hoy, porque en esa lógica de vida, en esa visión de vida que a mí, y lo digo con toda humildad porque nunca fui un gran deportista; me gustaba practicar el deporte y practiqué mucho béisbol. Me acuerdo que en la primaria fui en lanzamiento de bala a unos nacionales, los Juegos de la Revolución, profesor Wilberth, del 79.
Pero, con toda humildad y modestia, les digo que nunca alcancé un nivel de excelencia como el de todos ustedes, pero sí el deporte me dio todas esas enseñanzas y he tratado de aplicarlas todas en la vida. Y dentro de esa lógica de vida y ese paralelismo que les trajo hoy aquí, porque son deportistas, porque son atletas, porque son triunfadores, hay una parte que también es importante.
El que lucha, el que trabaja, el que se esfuerza, el que compite con lealtad, el que aplica todas esas virtudes, el que supera las adversidades, el que le echa muchas ganas y trabaja fuerte, merece. Y ustedes han luchado, se han esforzado y por eso, hoy, merecen.
En primer lugar este estímulo económico que en realidad lo que simboliza es el reconocimiento a cada uno de ustedes por todo, no por la medalla en sí, si no por lo que representa la medalla, lo que hay detrás de la medalla, todos esos días de entrenamiento, todo ese doble esfuerzo, estudiar y entrenar, todo lo que hay detrás de esa medalla, y ustedes lo saben mejor que yo, porque ustedes lo lucharon, porque ustedes se esforzaron.
Este estímulo económico, es un sencillo estímulo, porque se lo merecen, y yo espero que lo disfruten mucho. Yo sé que muchos de ustedes lo van a utilizar para algo que necesitan en la escuela, o para algo que necesitan para la práctica del deporte, o también se vale si se quieren comprar alguna prenda para ustedes o si quieren llevar al cine a su novia a comer un helado, a ver una película, también se vale, porque se lo merecen, verdad, porque le han echado muchas ganas.
El que trabaja, merece, y este es el reconocimiento que se les entrega, pero hay algo más importante que viene acompañando ese estímulo económico que, como siempre decimos, en nuestro Gobierno no hay entregas simbólicas, todas son entregas efectivas.
Ahora que termine este evento, y me decía el director si podíamos tomarnos una fotografía, pero una vez que termine esto, de inmediato, de manera organizada, ya están las diferentes disciplinas, cada atleta, cada entrenador, pasará y recibirá el estímulo correspondiente, porque las entregas así deben de ser, no simbólicas, efectivas, ésta es la entrega para todos, hoy.
Pero acompañando ese estímulo económico, yo quiero que sientan ustedes que junto a ese estímulo económico, están recibiendo también el reconocimiento de todos los yucatecos, más de dos millones de yucatecas y yucatecos.
Imagínense que estamos poniendo nuestra firma ahí, en ese estímulo que estarán recibiendo, porque como se los he dicho antes y hoy se los repito: cada medalla que ustedes le han dado al pueblo de Yucatán es un mensaje de triunfo, es un mensaje de éxito, es un mensaje de decir “claro que es posible”, “claro que podemos estar siempre en los primeros lugares”.
Claro que Yucatán siempre merece estar en los primeros lugares, como en este año, que estamos en sexto lugar, por supuesto que podemos hacerlo, lo podemos hacer como pueblo, siempre que seamos constantes, que seamos valientes, que seamos disciplinados, que trabajemos, que luchemos con lealtad y, fundamentalmente, que siempre tengamos ese espíritu de lucha y de triunfo que ustedes nos han dado siempre, como gran lección de vida.
Muchas, muchas felicidades y muchas gracias, en nombre de todo Yucatán.
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