Discurso en el Encuentro con dirigentes de las organizaciones que conforman el Congreso del Trabajo del Estado de Yucatán
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Mérida, Yucatán, 20 de diciembre de 2017
Muchas gracias don Pedro Oxté, don Pedro, muchísimas gracias siempre por ese gran respaldo, por ese trabajo tan fuerte que se realiza hombro con hombro con los trabajadores; muchas gracias Flor, líder de la FSTSE, digna representante de las mujeres en las dirigencias sindicales, muchas gracias, Florecita; muchas gracias, profesor José Luis Flota, muchas gracias, profesor, siempre el sector educativo es esencial para el crecimiento y el futuro de nuestro estado y de nuestro país.
Doctor Eulogio Piña, muchísimas gracias, doctor, una gran aprecio y una gran amistad, como con todos los líderes, pero siempre la salud es uno de los elementos esenciales para el desarrollo de toda sociedad; agradezco mucho la presencia de la maestra en Derecho Celia Rivas Rodríguez, la presidenta del Congreso del Estado, muchas gracias Celia.
A don Enrique Castillo Ruz, secretario del Trabajo, a don Ricardo Béjar, muchas gracias a ambos, reconocerles cómo se ha hecho aquí ese gran trabajo que se ha hecho de manera conjunta para que hoy Yucatán pueda reportar resultados tan positivos en materia de empleo. Pentacampeones como Brasil, cinco años consecutivos Yucatán ha obtenido ese premio nacional de las acciones y los programas vinculados con la generación de empleo.
Por supuesto, a mi amigo, el maestro Víctor Caballero Durán, secretario de Educación, reconocer que la educación es la piedra angular del desarrollo y se ha hecho un gran trabajo que hoy permite que los niños, los jóvenes y los papás de niños y jóvenes vean el futuro con optimismo. Muchas gracias, Víctor.
Muchas gracias la magistrado César Antuña Aguilar, muchas gracias César; al licenciado Mario Buenfil Martín, procurador local de la Defensa del Trabajo; así como a Armando Aldana Castillo, muchas gracias Armando, y a todas y todos ustedes, compañeros.
Miren, esta no es la primera ocasión en la que tengo el altísimo honor de estar con ustedes en este Encuentro anual; de hecho, es la sexta ocasión que vengo como Gobernador. Antes, había venido como amigo, como diputado, en diferentes facetas que el servicio público me ha permitido o la actividad pública me ha permitido, pero en estos seis años he venido como Gobernador.
Y miren, los primeros años veníamos y hablábamos de qué es lo que íbamos a hacer; en este año, que ya es el último porque el próximo, cuando se celebre este Encuentro anual del Congreso del Trabajo para estas épocas, yo ya no voy a ser Gobernador, pero voy a seguir siendo amigo de ustedes toda la vida.
Y cuando ya nos encontramos en, por decirlo así, en el último año de mi Gobierno, pues ya nos e vale tanto hablar o decir qué vamos a hacer porque, realmente, son meses los que quedan. Es válido también hablar de qué es lo que se ha hecho durante estos cinco años. Yo le agradezco mucho a don Pedro, porque en su intervención hizo un repaso puntual, amplio, y qué bueno que haya sido amplio, les voy a decir por qué.
Qué difícil y qué triste sería para un Gobierno que, en tres minutos o en un minuto, se pueda decir todo lo que hizo. ¡Mare, pues entonces no hizo mucho! Y es que le faltó a don Pedro. En cambio, un amplio informe quiere decir que se han hecho muchas cosas y eso es bueno para Yucatán, porque aquí se habló de obras, de empleos, de infraestructura, se habló de todo.
Aquí, don Pedro hizo una apretada síntesis pero, repito, faltaron muchas cosas por decir pero, como dijo Jervis, tampoco tiene caso que nos quedemos aquí hasta la tarde, pero eso es bueno y miren, yo no repetiría o reiteraría las diferentes acciones que se han hecho, porque ustedes lo saben bien, se han hecho muchas obras, ha venido mucha inversión.
Algo que yo quisiera subrayar es cuál es la verdadera función del Estado, del Gobierno, de la autoridad, cuál es su papel en el desarrollo: es muy claro, es muy concreto e inclusive está escrito en la Constitución, su función es generar un crecimiento económico y una justa distribución de la riqueza. Eso es a lo que a mí la Constitución me obliga, me manda, me dice “para eso eres Gobernador”.
Y hoy podemos decir que Yucatán es un símbolo a nivel nacional de crecimiento económico, porque nuestra economía está creciendo bien; y también de una justa distribución de la riqueza, porque no se vale que únicamente haya un crecimiento económico para unos cuantos, lo importante es que junto con él venga esa distribución de la riqueza.
¿Y cómo se da la distribución de la riqueza? Con los empleos, porque ese crecimiento económico que se da, permea en los miles y miles de empleos que se han generado; no es una generación de riqueza golondrina, donde se genere la riqueza y se vaya a otro lado, no, es una generación de riqueza y de ingreso que se convierte en empleo.
Y al contrario, la inversión viene de otros lados, se asienta en Yucatán, se generan los empleos y no sólo los empleos de la gente que trabaja allá, la gente que participa en la construcción de las grandes fábricas, de las grandes empresas, de las grandes inversiones.
Luego, los empleos formales de quienes allí van a trabajar y luego los empleos indirectos, de empresas yucatecas que le van a proveer de bienes y servicios a esas mismas empresas y grandes inversiones; por eso se habla de empleos directos e indirectos. Todo eso está sucediendo en Yucatán y no sucedía en densidad como sucede ahora.
Se habla de temas muy importantes, como las Zonas Económicas Especiales, es algo que quiero subrayar porque, apenas hace unos dos días, el lunes, el Presidente de la República firmó el decreto, y esta Zona Económica Especial que van a estar aquí en la carretera a Progreso va a ser un espacio que, entre los próximos cinco y 10 años, estará generando alrededor de 30 o 40 mil empleos directos, de alta calidad y vinculados con el sector de las tecnologías de la información, comunicación, innovación, inclusive manufactura vinculada con la tecnología.
Yo estoy seguro de que cualquiera de ustedes diría “bueno, y eso, ¿a mí, qué?” La respuesta es muy sencilla: ese es un espacio que va a albergar no dudo que a muchos de ustedes, pero fundamentalmente, va a albergar a sus hijos, a sus hermanos, a familiares, a amigos, a nuevas generaciones que hoy están estudiando.
Porque les voy a hacer una pregunta, ¿para qué trabaja cada uno de ustedes? Díganme si no trabajan y se esfuerzan por sus hijos; díganme si no todo el esfuerzo que realizan es por la ilusión, primero, de que sus hijos puedan ir a la escuela; segundo, de que sus hijos puedan graduarse o titularse de un área, ya sea técnica, ingeniería, licenciatura, y tercero y más importante, que puedan tener un empleo o una actividad digna y acorde con lo que estudiaron.
Cuántas personas hay que dicen “¡chíspales! Yo estudié pero tengo que trabajar de otra cosa porque no hay de lo que estudié”. Cuando un hijo obtiene un trabajo, un empleo de alta calidad, yo no sé quién lo disfruta más, si el hijo o el padre, si el hijo o la madre, es la realidad, ese es el Yucatán del siglo XXI, y cuando les digo que, en los próximos 10 años, estarán ahí 30 mil o 40 mil empleos, no quiere decir que vamos a tener que esperar 10 años para verlos.
No, se van a ir formando en los próximos meses y en los próximos años; primero, serán 500; luego, mil; luego, dos mil; luego, tres mil; la meta es más, cómo se espera que esté en 10 años, pero esto va a empezar ya. Ese es el Yucatán del siglo XXI, ese es el Yucatán que estamos viviendo y lo más importante es que lo construimos juntos, y miren, lo que a mí a me da un gran entusiasmo es ese sentido de triunfo, de éxito que hoy sentimos los yucatecos, de que sabemos que sí es posible.
De que sabemos que, si bien es cierto, puede venir una empresa de cualquier parte del mundo –y ahora sí que de cualquier parte del mundo, porque han venido de diferentes partes del mundo– y traer sus estándares más exigentes, como debe ser, por decir, para la construcción de infraestructura, cuando vienen esas empresas, yo siempre les digo “oye, lo único que te pido es que lo construyan empresas y trabajadores yucatecos”.
Y con toda claridad, como son las empresas internacionales y yo creo que así debe ser, ellos dicen “con mucho gusto, pero hay que cumplir con todos estos requerimientos de calidad, de exigencia, de tiempo, de entrega, todo”, ¿y saben qué? Las empresas y los trabajadores yucatecos han cumplido, han demostrado que tenemos esa calidad.
Y les voy a decir concretito, concreto, estamos hablando de la Cervecería, estamos hablando de Envases Universal, estamos hablando de Leoni, estamos hablando –como bien decía don Pedro– de esta terminal de hidrocarburos tan grande, y así podríamos poner muchos ejemplos pero ya quedamos que no nos vamos a alargar en los ejemplos, pero sí es importante que sepamos.
¿Y saben qué más orgullo me da? Que vienen y dicen “a ver, sí pueden participar las empresas y trabajadores de Yucatán, pero que nos cumplan con esto”, entran las empresas, demuestran que cumplen, construyen como ya se construyeron esas fábricas, y no sólo eso; quienes vinieron, porque son empresas internacionales que construyen en todo México, ya que termina la obra, dicen “mare”… Bueno, no dicen “mare” porque no son de acá (risas), eso lo digo yo, son de otro lado (risas).
Pero sí dicen “oigan, se trabajó muy bien, se construyó en tiempo y forma, ¿no me pueden ayudar? Vamos a construir ahorita acá en Hidalgo, quiero que vayan ustedes y nos ayuden a construir allá”, “oigan, vamos a construir una nueva planta en Panamá y nos gustó su trabajo de ustedes acá, de los yucatecos, queremos que vayan allá”.
Eso que les estoy diciendo son ejemplos muy concretos de lo que está sucediendo acá en Yucatán, de lo que estamos viviendo hoy y eso, verdaderamente, nos habla de lo que es nuestra verdadera aspiración y que yo dije en mi discurso de toma de protesta: que siempre nos veamos y nos sintamos como lo que somos, un pueblo triunfador, un pueblo de éxito, un pueblo que todo lo puede, confiando en nosotros mismos, haciendo nuestra parte, echándole muchas ganas, y eso es lo que hoy se vive en Yucatán.
Fíjense, el otro día, alguien me preguntaba “bueno, Rolando, y tú, ¿cuál crees que va a ser tu legado?”, que cuando salga del Gobierno, siempre se dice “¿cuál va a ser tu legado, tu gran legado para Yucatán? No sé qué obra, la obra más grande, número de empleos o la inversión, pues hay tantas cosas, ¿cuál crees tú que va a ser tu gran legado”.
Y yo me quedé pensando y dije “no, pues tendría yo que pensar”, afortunadamente, porque como se han hecho muchas cosas, ¿verdad? Hoy, les digo a mis amigos y a mis amigas que representan a la clase trabajadora de Yucatán, porque hoy les veo a ustedes y no veo únicamente a las personas que se encuentran aquí, veo representados en ustedes a miles y miles de trabajadores que en todo Yucatán, todos los días, hacen su gran esfuerzo.
Yo hoy les puedo decir que el gran legado que aspira mi Gobierno entregarle a Yucatán es un estado de ánimo, un estado de ánimo de éxito, un estado de ánimo de optimismo, un estado de ánimo de un pueblo que puede mirar al sol de frente y que puede decir “claro que podemos, claro que es posible”.
Claro que, aun cuando estemos en una región que no se ha caracterizado por su gran despunte industrial y económico, llevamos 24 meses como primer lugar nacional en crecimiento de la industria manufacturera; claro que se puede generar empleos; claro que podemos hacer la obra del mayor tamaño, dimensión, especificaciones, que nos digan qué necesitan, que nos den la capacitación y nosotros lo hacemos.
Todo eso está sucediendo aquí, en Yucatán. Ya me inspiré, me seguiría yo de largo pero la verdad es que son cosas que hoy estamos viviendo en Yucatán y, ¿saben qué? Los primeros que tenemos que sentirlo y abraza ese estado de ánimo somos los yucatecos, los primeros que debemos de creer y sentir que esta ruta debe seguir adelante somos nosotros, los yucatecos.
Porque yo, a mis amigas y a mis amigos trabajadores, siempre les he hablado con la verdad y siempre lo haré; cualquiera de ustedes, con justa razón, me diría “oye, Rolando, pues entonces, está a todo dar así como estamos, ya la hicimos, estamos bien” y yo les digo “no, lo que hemos hecho en estos seis años, lo que hemos hecho juntos, es como un avión, es un despegue, pero todavía estamos despegando, necesitamos más altura, tenemos mucha altura por alcanzar, tenemos mucho más por crecer”.
Y eso ya no le tocará hacerlo a mi Gobierno, porque mi Gobierno se acaba en unos cuantos meses, pero el pueblo aquí está, el pueblo aquí sigue, y el pueblo es el que manda y el que dirige, y yo, de verdad, tengo la gran confianza de que un pueblo con una gran sabiduría y un gran talento como el pueblo de Yucatán va a garantizar que, más allá y aún después de nuestro Gobierno, exista la garantía de que Yucatán mantenga el rumbo.
Que Yucatán siga por la ruta y el camino que hemos construido estos seis años, de la mano y con el apoyo del Presidente Enrique Peña Nieto; de la mano y con el apoyo de todos los sectores productivos, donde hoy hay una gran armonía, empresarios y trabajadores se sientan en la misma mesa a dialogar y construir acuerdos por el bien de Yucatán, el Yucatán del rumbo claro pero, sobre todo, el Yucatán de los resultados que atienden a la gente.
Cuando tomé posesión, también expresé lo que para mí es un credo político y ahí expresé, porque está escrito, “creo en la democracia, pero creo más en los resultados que resuelven los problemas que cotidianamente tiene la gente de mi pueblo”.
Vamos a estar trabajando hasta el último día de nuestro Gobierno para hacer obras, programas, acciones que verdaderamente resuelvan los problemas de la gente pero que, fundamentalmente, permitan que Yucatán sea un pueblo que siempre tenga esa gran cultura del éxito, del optimismo, del talento, que corre por nuestras venas desde la gran cultura maya.
Muchas gracias, amigas y amigos, muchas gracias por su apoyo pero, sobre todo, muchas gracias por su confianza. Muchas gracias.