Discurso del Gobernador Rolando Zapata Bello durante la firma del convenio de colaboración entre la UNAM y el Gobierno del Estado
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Mérida, Yucatán, 21 de septiembre de 2018
Muy buenas tardes amigas, amigos. En primer lugar permítanme dirigirme al doctor Enrique Graue, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México. Señor rector, se lo he dicho en múltiples ocasiones, esta es su casa y verdaderamente nos sentimos muy contentos de la presencia de usted y de todo el gran equipo de trabajo de la comunidad universitaria que se encuentra aquí, a quienes saludo con un gran afecto.
Y también lo digo con familiaridad, porque han sido múltiples las reuniones de trabajo, menos en las que he estado yo, más en las que ha estado el equipo, pero siempre con una cercanía, con una familiaridad.
Yo quiero agradecer en todo lo que vale la entrega de esta medalla, quiero decirle señor rector que la valoro en toda su dimensión, lo que representa la máxima casa de estudios de la nación y lo que representa su esencia, su pasado, su presente, pero sobre todo su futuro.
Y lo hago así al saludarles a todos ustedes pues con la emoción que me representa el tener frente a mí los nueve días conclusivos de mi Gobierno, porque dentro de nueve días estará concluyendo nuestro sexenio, nuestra administración.
La ocasión que nos reúne tiene una gran dimensión, ahora me referiré a ella, pero quisiera hacer una reflexión antes. Ayer precisamente tuvimos una reunión, una visita del señor embajador de Japón y hacíamos una reflexión, después de casi seis años de Gobierno, hoy con toda claridad podemos decir que para que una sociedad alcance a plenitud todos los espacios de oportunidad que tiene, afronte y supere todos los retos que toda sociedad tiene, no basta por mucho con la acción del Gobierno, de las autoridades.
Es indispensable que exista una sociedad que esté en armonía en visión y que juntos, sociedad y Gobierno, vayan transitando hacia el rumbo que juntos hayan decidido, que esa sociedad, en este caso la yucateca, ha decidido transitar.
Expresaba también que para que se alcancen los propósitos, hoy podemos decir que tampoco basta con que las autoridades, de todos los niveles y ámbitos, y la sociedad estén en esa misma sintonía, trabajen y obtengan logros, sino también es esencial establecer alianzas estratégicas.
Alianzas con instituciones, con organizaciones, con ciudades, con países, con propósitos comunes y la reflexión a donde voy con este comentario es que durante este tiempo sin duda Yucatán ha establecido muchas alianzas.
Muchas de esas alianzas, en todas ellas ha prevalecido la buena voluntad y muchas de esas alianzas a fin de cuentas se convierten en procesos protocolarios, honorarios, que a fin de cuentas también lanzan mensajes para la sociedad.
Pero la alianza que el pueblo de Yucatán ha hecho con la UNAM, yo la calificaría como una alianza realizadora, una alianza fructífera por cuanto ha dado frutos visibles. No es una alianza nueva, la presencia de la UNAM en Yucatán tiene muchos años pero sin duda en estos últimos años se ha dinamizado como si le hubiera aplicado turbo.
Porque en realidad han sido una tras otra, una tras otras las realizaciones. Todavía ayer estuvimos iniciando los trabajos del edificio del Sistema de la Universidad Abierta y a Distancia de Yucatán, un Sistema que en el próximo ciclo ya estará funcionando a plenitud y que podrá hacerse fundamentalmente por una alianza que existe con la UNAM, que nos está apoyando con esa gran plataforma con la que cuenta, con los contenidos con los que cuentan, con todo el camino recorrido.
Esos pueden ser intangibles, no precisamente una obra pero intangibles que muchas veces tienen mucho mayor valor que inclusive una obra que pueda ser cuantificada.
En fin, una alianza fructífera y al pensar en esto que hemos hecho juntos en el pasado y ahora con estas nuevas acciones, esta relación que mira hacia el futuro, yo no puedo dejar de pensar en esa frase del libro de Abreu Gómez, Canek, que es un libro que consigna de gran manera la esencia de la gran cultura maya, de la sabiduría, del conocimiento de la cultura maya y allá hay una frase que yo creo que significa en mucho la dimensión de esta alianza que tenemos en Yucatán con la palabra, cito: “La palabra no es la que se dice, la palabra es la que se hace, la que se realiza”, fin de la cita.
Y esa expresión es la que nos dimensiona, porque es muy fácil hablar y decir podemos hacer esto, vamos a hacer esto, lo verdaderamente complicado es que una idea o un planteamiento se convierta en una realización y hoy doy testimonio público de gratitud a la UNAM en nombre de todo el pueblo de Yucatán, de que tantas veces que nos hemos sentado a plantear una idea, un proyecto, tantas veces que esa idea y ese proyecto ha llegado a un punto de realización.
Y cuantas veces se ha planteado una idea y se dice bueno esto no es factible, pues simplemente no es factible, y lo que sí es factible se realiza. La palabra no es la que se dice, la palabra es que se hace, por tanto muchas gracias señor rector, muchas gracias a todo su gran equipo de trabajo, felicitarle porque tiene un gran equipo de trabajo, tanto quienes están en la Ciudad de México, como quienes están radicados aquí por parte de la UNAM y que nos permiten ir avanzando en todos estos temas.
Y pues por todo esto que les he planteado yo reitero que hoy a Yucatán no le queda la menor duda del gran sentido nacional que tiene la UNAM, un sentido nacional que ha encontrado en nuestra tierra las puertas abiertas para conjugar talento, voluntades, intereses y perspectivas comunes, recursos.
La máxima casa de estudios del país refrendando su espíritu y su vocación, se ha sumado siempre, y quiero subrayarlo, de manera generosa al proceso de cambio que se ha iniciado y que está ya en marcha en Yucatán.
Un proceso que nos obliga a gobiernos y academia a adelantarnos a los cambios sociales, ambientales y territoriales que son reales y que ya estamos viendo sus primeros efectos. Porque es un hecho, y por eso estamos hoy aquí ante científicos que lo confirman, que estamos a tiempo de motivar nuevas formas de pensamiento, de motivar la creación de nuevas capacidades y a tiempo también de construir la infraestructura para llevarlo a cabo.
Una infraestructura expresada en aulas, en Escuelas de Estudios Superiores, en museos, laboratorios y Unidades de Estudios Avanzados al servicio de toda la sociedad. Estamos adelantándonos en algunos aspectos con medidas preventivas y con visión de futuro, y en otros aspectos estamos apenas a tiempo para evitar que se agudicen problemáticas sobre recursos vitales para nuestra existencia, como el agua, la agricultura o la biodiversidad.
Es así que, para nosotros en el estado, ha sido prioritaria la formación y el apoyo de las y los jóvenes para que puedan contar con una perspectiva creativa, innovadora y crítica que sustente la visión del Yucatán del siglo XXI.
Un Yucatán competitivo, propositivo, generador de riqueza económica, artística, científica, que reduzca las desigualdades sociales y que brinde a la población una mejor calidad de vida y, ante todo, bienestar.
En Yucatán todos hemos trabajado muy duro y por ello nos hemos convertido en el eje regional en materia educativa y de servicios de salud en esta región. Y gracias a la sede Mérida del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad, el Lancis, se ha podido dar servicio y ofrecer soluciones a la península, a Centroamérica y al Caribe.
Nos sentimos muy honrados por ser la sede de esta importante iniciativa que hoy estamos formalizando.
Asimismo, si la naturaleza y el azar nos seleccionaron para recibir el meteorito que cambió la faz de la tierra, que ya escuchamos aquí al doctor en la descripción precisa, estaríamos en deuda si no estableciéramos un museo que muestre al mundo los hallazgos del conocimiento respecto a ese fenómeno, y una Unidad de Estudios Avanzados del Cráter de Chicxulub que nos permita llegar mucho más allá de lo que actualmente sabemos sobre la composición, origen y destino de nuestro planeta.
A mí no me queda más que agradecer a las instituciones participantes por su gran apoyo para hacer del Museo de Ciencias y de la Unidad del Cráter de Chicxulub una realidad, con un edificio al 85 por ciento de su obra y un laboratorio de geofísica ya instalado.
Y mientras los científicos se ponen de acuerdo respecto a si la luz es energía o materia, Yucatán por lo pronto celebra y agradece, en todo lo que vale, ser la nueva sede del Museo de la Luz. Un Museo que precisamente dará luz a un proyecto de gran aliento como lo es el Gran Parque “La Plancha”, precisamente en la zona de museos, y que será el primero en establecerse en ella.
Y digo que éste Museo dará luz, por dos razones: porque tendrá un alto impacto social y porque en él intervienen, en un acuerdo multidisciplinario, diversas instituciones encabezadas, por supuesto, por la UNAM.
Y finalmente, quiero referirme al enorme orgullo que sentimos los yucatecos con el arranque de la primera generación de estudiantes de licenciatura que ya están trabajando en su sede temporal de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, la ENES, Unidad Mérida.
Una generación en la que ponemos muchas expectativas para el futuro de Yucatán, por la alta demanda que tuvieron las carreras que se ofertaron para su apertura, para que estos estudiantes ya estén haciendo sus estudios en áreas novedosas y, sobre todo, necesarias para la región y de nuestro estado.
Señor rector Enrique Graue, estimados amigas y amigos de la UNAM, integrantes todos de esta gran comunidad universitaria, esta conjunción de esfuerzos, esta coordinación de acciones y suma de voluntades en nuestro territorio, fortalece, como mencioné en un principio, el espíritu nacional de la UNAM, fortalece en mucho a nuestro estado, a nuestro querido Yucatán y fortalece a México.
En ese sentido, permítame decirle a usted, señor rector, y a su gran equipo de trabajo que, como decía hace un momento, a unos días de concluir mi mandato, me siento muy honrado de haber trabajado junto con ustedes en esta alianza fructífera para dejar a Yucatán, juntos, este importante legado.
Un legado de bases sólidas que continuará en el tiempo, que crecerá y se multiplicará, porque hemos hecho referencia a ello en diversas ocasiones. Todavía hace un par de semanas, en el último Informe de Gobierno, que espero que hayan visto por redes, radios o televisión, decíamos el mayor legado que aspira dejar nuestra administración a Yucatán no es algún programa, alguna acción o alguna obra.
El mayor legado que hoy sentimos en nuestra tierra es un estado de ánimo, un estado de ánimo de optimismo, de optimismo sensato. De sentir que sí es posible, avanzar, crecer, ser competitivos, alcanzar ese ideal del desarrollo pleno con un crecimiento económico y una justa distribución de la riqueza, como lo mandata la propia Constitución.
Y por supuesto, esa visión que conjuntamente autoridades, sociedad y nuestros grandes aliados como la UNAM, nos permiten expresar que, sin duda alguna, hoy tenemos un Yucatán mejor que el que teníamos hace seis años.
Hoy, como Gobernador, lo expreso, y en unos días como yucateco, que también esperamos que en 2024 tengamos un Yucatán mejor que lo que es el Yucatán de 2018. Y para ello es importante que todos sigamos haciendo la parte que nos corresponde.
Y lo digo como parte de ese optimismo sensato, señor rector, que nos hace sentirnos así a todos los yucatecos, ya forma parte y pieza fundamental de esta gran alianza que le pueblo de Yucatán tiene con la máxima casa de estudios de la nación, la UNAM.
Gracias a nombre del pueblo de Yucatán y a seguir trabajando, muchas gracias.