Discurso del Gobernador Rolando Zapata Bello con motivo del quinto Informe de Gobierno
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Mérida, Yucatán, 21 de enero de 2018
Muy buenos días, amigas y amigos, muchas gracias por seguir esta transmisión. Hoy, Yucatán tiene rumbo, un rumbo que construimos todos sus habitantes, un rumbo que iniciamos juntos, hace cinco años, cuando asumí el más grande de mis compromisos: hacer de Yucatán un Estado de Bienestar.
Y tener rumbo significa saber hacia dónde vamos; significa tener un proyecto; sobre todo, tener rumbo implica sumar a cada uno de los habitantes para que todos, sin excepción, avancemos juntos por el camino del bienestar. Esa es la convicción con la que hoy presento mi quinto Informe de Gobierno, la convicción de que cada uno de los logros alcanzados son logros de todos.
Este día, hemos cumplido puntualmente con lo establecido por la Constitución, a fin de rendir cuentas al honorable Congreso del Estado. La información entregada al Congreso es pública y puede ser consultada en la página yucatan.gob.mx.
En este contexto, para mí es fundamental, en primer lugar, reconocer a las mujeres y hombres que contribuyen para alcanzar buenos resultados, porque el buen rumbo también es diálogo, confianza mutua y, especialmente, gratitud.
Gratitud con las y los yucatecos que todos los días se esfuerzan por sacar adelante a sus familias y a su tierra, porque ser el estado más seguro del país es gracias al trabajo de policías como Guadalupe Durán Martínez.
El hecho de que hoy llegue a Yucatán un 60 por ciento más de inversión extranjera que hace cinco años, es gracias al compromiso de trabajadores yucatecos como Néstor Sánchez y la confianza de empresarios como Miguel Millet.
Que Yucatán sea reconocido en todo el país por la calidad y compromiso de sus docentes, son distinciones tan importantes como la que otorga Mexicanos Primero o el Premio Nacional de la Juventud. Es gracias a maestras y maestros como Gilberto Tun Balam.
A los servidores públicos estatales, a mis compañeros, quienes todos los días dan su mejor esfuerzo por llevar servicios de calidad y atienden con cercanía a los ciudadanos, les agradezco que formemos un gran equipo.
A los productores del campo y el mar quiero agradecerles su tesón, porque al cultivar la milpa, cosechar papayas, criar cerdos o pescar pulpo, hicieron su parte para que la agroindustria de Yucatán creciera 41.6 por ciento entre 2012 y 2016.
Por supuesto, mi más sincero agradecimiento a los trabajadores de la construcción, porque hacen posible la edificación de grandes obras de infraestructura, obras como este Centro Internacional de Congresos, desde donde esta mañana realizamos la transmisión de mi quinto Informe de Gobierno; obras que Yucatán necesitaba para detonar su potencial productivo; obras que responden a una lógica concreta y a un proyecto de desarrollo claramente definido.
En ese sentido, este Centro Internacional de Congresos, que con una inversión de mil 200 millones de pesos, ya cuenta con un avance físico del 91 por ciento y se inaugurará en las próximas semanas, responde al potencial que tiene nuestro estado en materia de congresos y convenciones.
En este segmento, el número de eventos en los últimos cinco años ha incrementado 71 por ciento y, sobre todo, sigue la misma lógica integral de crecimiento que hemos trazado en la entidad. Bastan dos ejemplos: modernizamos las avenidas Colón y Cupules, y actualmente, la iniciativa privada construye o amplía 24 hoteles.
Es decir, alrededor del Centro Internacional de Congresos, se están creando las condiciones óptimas de movilidad, con un trazo moderno. Asimismo, los nuevos centros de hospedaje darán cabida al creciente flujo de visitantes, creando más fuentes de empleo en el sector de los servicios turísticos.
Definir un rumbo para Yucatán significó tener un proyecto sólido para nuestro estado, un proyecto en el que todos sus habitantes encuentren nuevas oportunidades y beneficios concretos, y esta misma noción de proyecto con una clara voluntad política y social la hemos replicado en varios ámbitos.
Por ejemplo, continuando con turismo, en 2017 edificamos nueva infraestructura de servicios y ampliamos la conectividad. Invertimos 54 millones de pesos para modernizar 13 paradores turísticos: Dzibilchaltún, Chichén Itzá, Celestún, Loltún, Uxmal, el Mercado Artesanal Zací, Ek Balam, Halachó, El Corchito, Balankanché, Uaymitún y el Pasaje Picheta, que actualmente se está renovando.
Para fortalecer la conectividad turística aérea, tal como anuncié en mi cuarto Informe de Gobierno, junto con la iniciativa privada, modernizamos la infraestructura y el equipamiento del Aeropuerto Internacional de Chichén Itzá, en Kaua. Como resultado, se reactivaron los vuelos privados y comerciales, y ya llegan con regularidad.
Además, para detonar su vocación logística, en este Aeropuerto ya se concluyó, con una inversión pública y privada de 78 millones de pesos, la primera etapa del compromiso presidencial de dotar a la zona oriente del estado de un Centro de Carga Aéreo para darle valor agregado a productos agroindustriales.
En infraestructura para el campo, cumplimos con el compromiso estatal de construir más de 300 kilómetros de carreteras saca cosechas, con una inversión de 361 millones de pesos; para ser exactos, a la fecha llevamos 307 kilómetros construidos.
También, cumplimos y hemos rebasado el compromiso de tecnificar 30 mil hectáreas del campo yucateco; a la fecha, llevamos 40 mil 135 hectáreas con sistemas de riego, invernaderos y mecanización, con una inversión entre Gobierno y productores cercana a los mil 300 millones de pesos.
Bajo ese mismo esquema de inversión conjunta con productores, se creó la Central de Maquinaria Agrícola con una inversión de 90 millones de pesos, para contar con tractores y maquinaria especializada en trillado y preparación de la tierra.
En el Puerto de Altura de Progreso, también se nota el buen rumbo: para mejorar las condiciones logísticas, en mayo pasado, el Gobierno de la República, con una inversión de 738 millones de pesos, inauguró el nuevo Viaducto Alterno que aumenta la capacidad de carga en un 80 por ciento.
El Puerto de Altura contribuye al crecimiento industrial, un crecimiento que también se está apalancando con obras que no se habían visto por generaciones.
Desde 2014, se ha invertido cerca de cinco mil millones de pesos en la rehabilitación del ferrocarril que une a Yucatán con el nodo logístico de Coatzacoalcos. La mejora de la vía férrea ha permitido incrementar la velocidad de 10 kilómetros por hora, al pasar al promedio nacional de entre 35 y 40 kilómetros por hora, y pasar de 250 a cero descarrilamientos al año.
El ferrocarril es imprescindible para que la industria local continúe su expansión; por eso, tal como anuncié durante mi Informe de Gobierno pasado, en 2017 hemos construido el nuevo Centro de Operaciones Ferroviarias de Yucatán, ubicado en el municipio de Umán.
Adicionalmente, desde este nuevo Centro de Operaciones, se construye un nuevo ramal ferroviario de 15.7 kilómetros hasta la zona industrial de Hunucmá. En ambas obras, se están invirtiendo 250 millones de pesos; para dimensionar estas acciones, basta mencionar que la última vía férrea que se construyó en Yucatán fue en 1913, hace 105 años.
Este esfuerzo se ha complementado con obras viales. Hemos intervenido más de mil 300 kilómetros de carreteras; particularmente, en 2017 se concluyeron las obras de modernización de las carreteras que unen el sur del estado, desde Muna hasta Peto, y la que une Telchac Puerto y Dzilam de Bravo.
Y con una inversión de 90 millones de pesos, construimos los libramientos de Kinchil y Tetiz, para reducir entre 20 y 25 minutos el tiempo de traslado entre Mérida y Celestún. Cada una de estas obras fue un compromiso de mi Gobierno.
En Mérida, está próximo a inaugurarse el paso vehicular del Campus de Ciencias Sociales, Humanidades y Administrativas de la UADY. En ese campus de nuestra alma máter, en los próximos meses se concluirá la Facultad de Contaduría y Administración, y en la ex Facultad de Derecho, se construyen las nuevas oficinas centrales de la UADY.
Hoy, existen nuevos y mejores espacios para los estudiantes universitarios del estado. Destaca, sin lugar a dudas, la Universidad Politécnica de Yucatán, primera institución de educación superior especializada en tecnologías de la información y la comunicación en todo México.
En 2017, hemos concluido las dos primeras etapas de este edificio, así como acciones de mejoramiento en los Tecnológicos de Motul, Valladolid y la Metropolitana de Mérida.
Asimismo, en las instalaciones del Parque Científico y Tecnológico, en 2017 se inauguró la nueva sede del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, y está próximo a inaugurarse el Laboratorio de Geofísica. Adicionalmente, se ha dado nuevo impulso a la creación de empresas y oportunidades de empleos en el Hub de Emprendedores.
Por supuesto, este gran esfuerzo en innovación se construye desde los cimientos, desde la educación básica. En 2017, construimos 109 nuevas aulas didácticas y escuelas en zonas de rápido crecimiento como los fraccionamientos de Piedra de Agua, en Umán, o Los Héroes y Las Américas, en Mérida.
Hoy, con programas como Escuelas al CIEN, estamos rehabilitando integralmente más de mil escuelas, uno de cada tres planteles en todo Yucatán. En 2017, construimos 150 domos para actividades cívicas, artísticas y físicas en las escuelas, con lo que llegamos a 305 domos en esta administración.
En 2012, creamos el Sistema de Telebachillerato para las comunidades rurales del estado y establecimos en ese año los primeros 10. Hoy, ya contamos con 198, que ofrecen una oportunidad a ocho mil 742 jóvenes de comunidades que antes no contaban con una opción para seguir estudiando.
Además, construimos la Preparatoria número 11 en Las Américas, así como el plantel Cecytey de Conkal. A la vez, mejoramos las instalaciones del Instituto de Capacitación para el Trabajo, y laboratorios y talleres del Conalep.
La educación se acompaña con deporte. Así, en este 2017, con una inversión de 46 millones de pesos, pusimos al día la emblemática Unidad Deportiva “Villa Palmira”, un espacio de alto nivel para el sur de Mérida. Para que la activación alcance todos los rincones del estado, construimos canchas de usos múltiples techadas, campos de béisbol, de fútbol y gimnasios al aire libre.
Con una inversión de 27 millones de pesos, hemos creado un nuevo espacio para la convivencia familiar al aire libre: el “Paseo Henequenes” en Francisco de Montejo, un parque de 48 hectáreas que cuenta con una ciclovía de 5.2 kilómetros y espacios deportivos. Hace una semana, iniciamos la segunda etapa de este gran parque lineal, consistente en la iluminación.
Además, construimos el Parque Ecológico y de Juegos Acuáticos “Baxal Ja” en la Feria de Xmatkuil, con una inversión de 70 millones de pesos, con el apoyo de Grupo Modelo, para que las familias disfruten de un espacio de gran calidad todos los meses del año.
Adicionalmente, emprendimos acciones para la conservación del medio ambiente y el combate al cambio climático. Declaramos a Yucatán como un territorio libre de cultivos transgénicos y establecimos un Acuerdo para la Sustentabilidad de la Península con gobiernos, empresas, universidades y organizaciones de la sociedad civil de Yucatán, Campeche y Quintana Roo.
Como seguimiento al Plan de Gestión de Carbono, se ha iniciado la estrategia de instalación de paneles solares en edificios públicos y reducción de la huella energética. Un porcentaje del consumo eléctrico de este gran Centro Internacional de Congresos provendrá de energía solar.
El Centro Histórico de Mérida es un distrito cultural vibrante y lo va a ser aún más con la próxima inauguración del Palacio de la Música, donde se invierten 450 millones de pesos para ser sede del Centro Nacional de la Música Mexicana, y un referente para la creatividad y el turismo cultural. El Palacio de la Música se está edificando en el corazón de Mérida, en el cruce de las calles 58 y 59, donde antes funcionaba el Congreso del Estado.
La salud es primordial para el bienestar de los yucatecos. En este rubro, hago mención especial del Hospital General de Tekax, un nosocomio de segundo nivel cuya construcción inició en 2005 y, por múltiples razones ajenas a nuestra administración, después de 12 años, no se concluía.
Tal y como me comprometí en mi Informe pasado, en julio de 2017 inauguramos el Hospital General de Tekax, respondiendo a un gran anhelo de los habitantes del sur del estado. En sus instalaciones, funcionan ya plenamente los servicios de consulta externa, medicina interna, pediatría, cirugía general, gineco-obstetricia, telemedicina, entre otros.
Y quien requiere atención médica de buena calidad, con equipos modernos y personal capacitado, son las madres yucatecas y sus hijos. Por eso, también en las próximas semanas, inauguraremos el nuevo Hospital Materno Infantil; ese Hospital, que es un compromiso del Presidente Peña Nieto con el pueblo de Yucatán, sustituirá al actual y reforzará los avances en el cuidado de la salud de las madres y los recién nacidos.
Al iniciar nuestra administración, un dato nos lastimaba profundamente: la incidencia de mortalidad materna se ubicaba en 50.1 por cada 100 mil nacimientos y nos colocaba como la quinta entidad con la mayor tasa al respecto.
Ahora, en 2017, hemos reducido esta tasa a 9.9 por cada 100 mil nacimientos, lo que nos posiciona ahora como el tercer lugar con menor índice de mortalidad materna, es decir, en estos cinco años, hemos escalado 24 posiciones entre los 32 estados de la República.
Por otra parte, en el poniente de la ciudad se está construyendo ya el nuevo Hospital de segundo nivel del Issste, que ayudará a mejorar la calidad de la atención a los habitantes.
Por supuesto, una sociedad sana también necesita ser una sociedad segura y con justicia. Para hacer más eficiente a la Fiscalía General del Estado en el marco del Sistema de Justicia Acusatorio y Oral, recientemente inauguramos su Instituto de Capacitación.
Yucatán tiene las mejores instalaciones de justicia, porque aquí la convivencia social la cuidamos y la valoramos, como también valoramos el bienestar de las mujeres yucatecas. Por esa razón, promovimos el paquete de reformas legales más ambicioso, para garantizar la paridad electoral y la igualdad entre mujeres y hombres, reformas que hoy son ley.
Además, se habilitaron los Centros “Mujeres moviendo a México”, lactarios y espacios lúdicos para mujeres trabajadoras, para impulsar la inclusión económica con prospectiva de género.
Como Gobernador, estoy consciente de mi responsabilidad de promover los cambios culturales e institucionales que nos lleven a la erradicación de todo tipo de violencia hacia las mujeres, y es una convicción que también tengo como esposo y como padre. De manera conjunta con organizaciones de la sociedad civil, estamos trabajando puntualmente para atender las conclusiones y recomendaciones que derivan de la solicitud de Alerta de Género.
Como Gobierno y como sociedad, tenemos que hacer todo lo necesario para que en Yucatán ninguna mujer sea agredida por su condición de género. Este es un reto que requiere un cambio de fondo, un reto que requiere la participación de todos.
Cada uno de los hospitales, escuelas, carreteras o nuevos espacios púbicos son obras para poner las bases de nuestro gran proyecto, el Proyecto Yucatán, y todas estas obras, que nos dan una nueva perspectiva de hacia dónde vamos, se han acompañado de la acción directa del Gobierno para mejorar las condiciones de vida de la población.
Hace unos días, celebramos el centenario de la Constitución Política del Estado de Yucatán, documento jurídico que hace un siglo recogió las legítimas aspiraciones del pueblo yucateco. En sus páginas, se describe el ideal de la justicia social plena.
Cito: “adoptar como principio de justicia que cada quien debe cooperar al bienestar colectivo, en la medida de sus fuerzas físicas e intelectuales, y recibir en cambio de toda la sociedad, lo bastante para satisfacer sus necesidades”, fin de la cita.
Hoy, a 100 años de distancia, ese espíritu se mantiene vigente y es el espíritu que debe continuar para consolidar la transformación de Yucatán. Con esa visión, hace cinco años creamos una nueva generación de programas públicos; programas que atacan frontalmente las causas, atienden necesidades y dan resultados; programas diseñados para el bienestar integral de los yucatecos.
Y hablar de bienestar colectivo es hablar de que cada familia cuente con las condiciones necesarias para salir adelante. Así, a través de la estrategia Mejorar, durante 2016 y 2017, llevamos a cabo miles de acciones de vivienda en los 106 municipios del estado, con un esfuerzo coordinado del Gobierno federal, estatal y los municipios.
Mejorar, en 2017, recibió el premio “Buenas prácticas de monitoreo y evaluación en las entidades” por parte del Coneval, superando a 82 programas de otros estados, debido a su buena implementación, pero sobre todo, a sus resultados.
Otro aspecto que atendimos para que las familias salgan del umbral de la pobreza es la nutrición. Con el Programa Nutricional Integral, pusimos en una misma bolsa Comedores del Bienestar, Desayunos Escolares y el Proyecto de Producción Social de Traspatio, el cual ha entregado tres millones de aves y ocho mil huertos familiares.
Y para la inclusión de personas con discapacidades, se han entregado 28 autobuses adaptados, implementos e infraestructura, como por ejemplo, el Centro de Atención Integral para Ciegos y Débiles Visuales, que se encuentra en construcción.
Agradezco a mi esposa Sarita y a todo el gran equipo del DIF, su gran compromiso con el desarrollo familiar y con la inclusión.
Entre todos, trabajamos para que las niñas, los niños y los jóvenes de Yucatán tengan mejores condiciones para continuar sus estudios.
El programa Bienestar Escolar ha entregado en cinco años más de un millón 150 mil paquetes a estudiantes de escuelas públicas en los 106 municipios del estado. Estos paquetes incluyen útiles, libros de texto, mochilas, uniformes, zapatos y chamarras en época invernal, representando ahorros económicos para las familias yucatecas.
A su vez, con otro programa emblemático del Gobierno, Bienestar Digital, ya entregamos más de 63 mil equipos de cómputo a estudiantes de bachillerato. Ya contamos con dos generaciones completas de estudiantes que recibieron su laptop, concluyeron su preparatoria, cursan actualmente la educación superior y siguen utilizando su computadora con el sello Bienestar Digital.
Además, cada ciclo escolar, apoyamos con una beca a 190 mil alumnos de todos los niveles, desde preescolar hasta universidad; hoy, uno de cada tres alumnos en el estado recibe una beca para continuar sus estudios. Esa es la mejor inversión que podemos hacer como sociedad.
Por supuesto, el bienestar colectivo también pasa por el campo. Con Peso a Peso, hemos entregado más de un millón de insumos para 60 mil agricultores, ganaderos, apicultores y pescadores de todo Yucatán.
Este programa ha alcanzado una inversión de 414 millones de pesos, con aportaciones en partes iguales de Gobierno y productores, para adquirir herramientas de labranza, equipo apícola, artes de pesca, equipamiento e insumos pecuarios, abonos y fertilizantes orgánicos.
Un tema de mucha importancia es que, por disposiciones ambientales, la veda de mero pasó de uno a dos meses; esto generó que el presupuesto del programa de apoyo a nuestros pescadores, consistente en un apoyo semanal de 350 pesos en efectivo y una despensa familiar, pasara de 30 a 62.4 millones de pesos de recursos propios estatales. Todo sea por proteger nuestras pesquerías y no dejar solas a las más de 12 mil familias de pescadores durante el período de veda.
Por otra parte, Bienestar Laboral ha tenido como objetivo la apertura de nuevos negocios y fortalecer las habilidades para el trabajo. Hemos entregado, prioritariamente a mujeres, más de dos mil 500 créditos sociales.
Para quienes quieren iniciar un negocio, el Programa de Fomento al Autoempleo ha apoyado a más de cuatro mil yucatecos y los programas de emprendimiento, a más de mil 700. Para que los trabajadores yucatecos sigan siendo productivos, se han entregado más de 59 mil becas de capacitación y creamos programas como Bien Hecho Yucatán.
En 2017, por quinto año consecutivo, Yucatán obtuvo el primer lugar en eficiencia de programas del Servicio Nacional de Empleo.
La economía de Yucatán está creciendo gracias a las inversiones empresariales y al ánimo de salir adelante de miles de familias, y esa dinámica económica encuentra una base sólida en los altos niveles de seguridad.
Para garantizar que esta armonía social se mantenga por muchos años, dimos un paso hacia adelante con el programa Escudo Yucatán, una estrategia que trabaja en tres ejes fundamentales. En primer lugar, se llevaron a cabo reformas jurídicas, como la realizada para crear la Policía Investigadora Única, y reforzar las penas a delitos como robo a casa habitación.
Segundo, para prevenir el delito, se formó una sólida red de comités de participación ciudadana, donde los vecinos se cuidan mutuamente, y tercero, en la vertiente de equipamiento tecnológico, hemos entregado a la Policía estatal y las municipales más de mil 500 nuevos vehículos de seguridad, entre patrullas, motocicletas, carros de bomberos y paramédicos, así como tres mil modernos equipos de radiocomunicación P25.
Éste es un sistema de última generación, caracterizado por su alto nivel de encriptamiento, equipo con el que sólo cuentan el día de hoy el Ejército Mexicano, la Marina, la PGR, el estado de Nuevo León y, ahora, el gran estado de Yucatán.
Especialmente, hemos reforzado la videovigilancia por medio de cámaras inteligentes. Al inicio de mi administración, había instaladas sólo 122 cámaras en todo el territorio estatal y ese había sido el resultado del esfuerzo de 13 años, que venía desde 1999, año en que se instaló la primera cámara de videovigilancia.
Con diferentes recursos, a partir de 2013, nuestra administración colocó 710 nuevas cámaras, para llegar a 832 a finales de 2016, todas conectadas a la Unidad de Monitoreo e Inteligencia Policial, y con el objetivo de fortalecer este esquema, con el programa Escudo Yucatán, se proyectó a partir de 2017 la instalación de mil 400 nuevas cámaras, 621 de las cuales ya están operando y 888 en proceso de instalación.
En otras palabras, en Yucatán en 2012, existían 122 cámaras y, antes de que concluya esta administración, contaremos con dos mil 341 equipos de videovigilancia para proteger a los yucatecos. Estas cámaras están instaladas en las principales calles y avenidas de la ciudad de Mérida, en puntos de acceso a la ciudad y en los tramos carreteros más transitados en el interior del estado.
Escudo Yucatán contempló igual la conexión de una red de fibra óptica que garantiza el funcionamiento y la seguridad de las transmisiones. La vigilancia de nueva generación que está envolviendo a nuestro estado con Escudo Yucatán es una garantía para el blindaje del territorio estatal.
Innumerables casos delictivos han sido resueltos por la capacidad de nuestras cámaras, que ahora, al contar con una mayor capacidad de cobertura, y procesos de análisis automatizados y almacenaje, multiplicará su efectividad.
Grandes inversiones para modernizar vehículos, equipamiento y tecnología nos hacen tener cuerpos de seguridad muy fuertes; sin embargo, la mejor decisión que tomamos para la seguridad de todos los yucatecos ha sido dignificar la labor de los elementos de la Policía estatal y la Fiscalía General.
Por ellos y por sus familias, en 2017 aumentamos el salario de nuestros policías y personal operativo de la Fiscalía en alrededor de un 50 por ciento; lo justo es que quienes nos cuidan bien, vivan bien.
Yucatán, antes de este incremento, se ubicaba en el lugar 25 en cuanto al nivel salarial de su Policía y hoy se ubica como la sexta Policía estatal mejor remunerada en todo el país. Nuestros policías y nuestro personal de la Fiscalía se lo merecen.
Además, hay un dato que vale la pena destacar: solamente en 2017, generamos 602 nuevas plazas para contratación de nuevos oficiales de la Policía estatal y, paralelamente, 160 nuevas plazas para la contratación de fiscales investigadores, peritos y médicos de la Fiscalía.
Esto contribuyó a que, de acuerdo al más reciente indicador de la Secretaría de Gobernación, Yucatán hoy sea el segundo estado con el mayor número de policías por cada 100 mil habitantes.
Todos los programas anteriores se han hecho para mejorar y seguir avanzando juntos en este gran proyecto, el Proyecto Yucatán. El proyecto que iniciamos hace poco más de cinco años, insisto, hoy tiene buen rumbo: a Yucatán le está yendo bien, porque los resultados que hemos construido juntos son visibles y son palpables.
Si hablamos de economía, hoy podemos afirmar que el Producto Interno Bruto de Yucatán ha crecido los últimos cuatro años a un ritmo de alrededor de cuatro por ciento anual, muy por encima de la media nacional y, también, del promedio mundial.
En la producción rural, nos reafirmamos como primer lugar nacional en la exportación de carne de cerdo, pulpo y miel, y nos hemos consolidado entre los seis primeros lugares de exportación de cítricos, como limón y naranja.
También, podemos afirmar que Yucatán está de moda en el mercado turístico. En 2017, se hospedaron y pernoctaron en Yucatán un millón 650 mil visitantes nacionales y extranjeros al año, un 32.3 por ciento más que en 2012.
Por primera vez, se superó la barrera anual del millón y medio de turistas con pernocta. La ocupación hotelera ha aumentado de 50.2 por ciento en 2012 a 65.3 en 2017, aun cuando los cuartos de hotel se han incrementado más de un 20 por ciento en ese período.
Muchos de los turistas arriban por las nuevas rutas aéreas que conectan a Yucatán con México y el mundo. En 2012, contábamos con 124 vuelos semanales; ahora, en el Aeropuerto Internacional de la ciudad de Mérida operan 228, un crecimiento del 83.8 por ciento.
Mi Gobierno ha impulsado nuevas rutas como la de Atlanta, el aeropuerto más importante del mundo para el movimiento de pasajeros, especialmente norteamericanos. Yucatán ya es uno de los grandes destinos turísticos del país.
Otro de los sectores estratégicos que hemos impulsado ha sido el de la innovación. En este rubro, el de las tecnologías de la información y la comunicación, también tenemos grandes resultados; por ejemplo, el Producto Interno Bruto del sector de las TIC ha crecido 73.8 por ciento desde el 2012, situándose como el sector económico de mayor crecimiento en el estado.
Este crecimiento tiene bases en la educación superior y la investigación: uno de cada cuatro estudiantes de Yucatán se está formando en matemáticas, ingenierías, ciencia y tecnología, una proporción por encima del promedio de la OCDE.
Estudiantes, investigadores y empresas están colocando a Yucatán en un lugar preponderante en la economía del conocimiento; por esa razón, el Presidente Enrique Peña Nieto decretó que en Progreso se establezca una Zona Económica Especial con vocaciones muy claras: innovación en nuevas tecnologías, manufacturas avanzadas, diseño y servicios de alto valor.
En esta Zona, conformada por un polígono de 320 hectáreas, ubicado en el kilómetro 24 de la carretera Mérida-Progreso, se prevé que, mediante incentivos federales, estatales y municipales, en las siguientes dos décadas se generen 33 mil empleos de altísimo nivel.
Con esto, Yucatán será el principal polo de innovación del país, compitiendo inclusive con regiones de Asia o Estados Unidos de Norteamérica. Yucatán tiene todo para triunfar en la economía del futuro.
Uno de los objetivos más importantes que nos planteamos en mi Gobierno fue poner nuevamente a Yucatán en la lógica de la transformación industrial. Hoy, sin duda, podemos hablar de la industria yucateca del siglo XXI.
Podemos hablar de empresas locales que están creciendo, como son Air Temp, Agromaizza, Eetisur, Metaltec, Las Dos Caras, Crío, Procon, Lodemo, Logra, Harinas del Sureste, Marbol, La Lupita, La Anita, Tere Cazola, Dondé, Vidrios Millet o Bepensa y muchas más, empresas yucatecas de arraigo y prestigio, que tienen la capacidad para competir nacional e internacionalmente.
Es el caso particular de la nueva fábrica de papel y cartón corrugado de Empaques Nova, una empresa de capital orgullosamente yucateco, que fue inaugurada esta misma semana y representa una inversión cercana a los dos mil millones de pesos.
Con nuestra apuesta por la reindustrialización, han llegado grandes inversiones nacionales y extranjeras; proyectos de generación de energía renovable, eólica y fotovoltaica ya se construyen en Yucatán.
En la industria alimentaria, están casos como el de Kekén, que está duplicando su producción de carne de cerdo y es el principal exportador de México; el de Bachoco, que ha abierto modernas granjas, o Enerall-Cargill, que está aumentando la producción de granos en el oriente del estado.
De manera muy destacada, tan sólo en 2017, se instalaron en Yucatán plantas industriales de última generación, con procesos automatizados y que requieren capital humano especializado.
Tal como lo anuncié hace tres años en mi segundo Informe de Gobierno, con una inversión de ocho mil 500 millones de pesos, el 8 de mayo pasado, la Cervecería Yucateca de Grupo Modelo abrió en Hunucmá su octava planta de México, la más moderna y la más sustentable.
En esas instalaciones, ya se está produciendo cerveza que, desde el Puerto de Progreso, se exporta a Europa. La Cervecería Yucateca es, sin duda, un símbolo en la reindustrialización de Yucatán, que visualizamos desde el primer año de nuestro Gobierno.
Vinculada a la Cervecería Yucateca y tal como anuncié en mi tercer Informe de Gobierno, con una inversión de dos mil 200 millones de pesos, en julio entró en funcionamiento la fábrica de latas de aluminio de Envases Universales, en donde se producen dos millones de latas anuales.
De la misma manera, como anuncié en el propio tercer Informe, hace siete semanas se inauguró la fábrica alemana de arneses electrónicos para automóviles Leoni, gran campeona de la economía mundial en el sector de autopartes electrónicas para vehículos, resultado de una inversión multimillonaria.
Todas las inversiones que se han realizado estos cinco años en el sector industrial han permitido que Yucatán pasara del lugar número 30 en 2012, al tercer lugar nacional en crecimiento de la industria manufacturera en 2017.
En este período, las manufacturas han crecido más de un 32 por ciento, mientras que entre 2003 y 2012, el avance no llegaba al 15 por ciento, una dinámica ascendente que también se nota en el movimiento de carga logística. En el Puerto de Altura de Progreso, hoy se mueven más de 81 mil contenedores, cuando en 2012 eran 64 mil y la carga en general ha crecido 38 por ciento.
Yucatán agradece a todas las empresas, a las micros, pequeñas, medianas y grandes, a las locales, nacionales y extranjeras, que han invertido en este tiempo en Yucatán, porque todas, sin excepción, están devolviendo a Yucatán su gran poderío industrial, ese que deslumbró al mundo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
El buen desempeño de la industria ha detonado otros sectores económicos, como el inmobiliario. Nuevos centros comerciales, agencias automotrices y desarrollos habitacionales posicionan a Yucatán como el cuarto lugar nacional en inversión inmobiliaria, sólo por debajo de la Ciudad de México, el Estado de México y Jalisco.
Esto confirma que el sector del comercio y los servicios es uno de los grandes baluartes de nuestra economía, generando más del 54 por ciento de los nuevos empleos creados en el estado, y es que la suma de resultados en el campo, turismo, industrialización, innovación y comercio tiene su efecto más importante en un dato: de octubre de 2012 a diciembre de 2017, se han creado casi 67 mil empleos formales, de acuerdo a los registros del IMSS.
Y eso, ¿es mucho o es poco? De agosto de 2001 a septiembre de 2012, se crearon 52 mil 400 empleos, o sea, en estos cinco años, se han creado más empleos que en los 11 años de las dos administraciones estatales anteriores. Un empleo formal representa un ingreso fijo para las familias y es la mejor política para reducir la pobreza.
Con indicadores medibles y verificables, se comprueba que Yucatán está dando pasos firmes hacia el ideal de un desarrollo equilibrado, en el que la economía crece y la pobreza disminuye. Así lo demuestra el hecho de que somos la tercera entidad con la mayor disminución de pobreza extrema en todo México, pasando de 10.7 por ciento a 6.1 por ciento en dos años.
Además, entre 2012 y 2016, la población en pobreza moderada disminuyó siete puntos porcentuales, al pasar de 48.9 al 41.9. Entre 2012 y 2016, cerca de 200 mil yucatecos superaron las carencias por calidad, espacios y acceso a los servicios básicos de vivienda.
En ese mismo periodo, 100 mil yucatecos superaron la carencia alimentaria y 50 mil habitantes más tienen acceso a servicios de salud y seguridad social, y solamente en dos años, Yucatán fue el estado con mayor avance en el porcentaje de la población que puede adquirir la canasta básica.
Por primera vez en la historia de Yucatán, los indicadores de pobreza se encuentran por debajo del promedio nacional. Este 2017, por primera vez desde que se mide la pobreza con un sistema periódico y con rigor metodológico ajeno al Gobierno, Yucatán no se ubica entre los 10 estados más pobres del país.
En este período, de entre las 32 entidades, pasamos del lugar nueve que teníamos en 2012 al lugar 13 en la medición de pobreza extrema. Este es un avance significativo, pero no podemos sentirnos satisfechos, aún hay mucho por hacer; la pobreza nos sigue lacerando, pero díganme ustedes si no vamos por el camino correcto.
Y estos resultados históricos también los apreciamos en educación. Yucatán es el cuarto estado con la mayor reducción en el porcentaje de la población con rezago educativo. En educación básica, con la construcción de la infraestructura educativa, la cobertura ya es del 100 por ciento; todas las niñas y niños yucatecos tienen a su alcance un plantel educativo.
En media superior, vamos por el mismo camino. Hoy, 101 municipios cuentan con plantel de bachillerato, cuando hace cinco años, sólo lo tenían 67; además, seis de cada 10 alumnos cursan sus estudios de bachillerato en un plantel certificado por su calidad.
En la Prueba Planea, entre 2015 y 2017, pasamos del lugar 17 a ser la sexta entidad con mejor desempeño en Habilidad y Comprensión Lectora, y del lugar 18 al lugar 10 en Matemáticas. Otro dato para destacar es que 90 mil estudiantes de bachillerato y universidad hacen uso de su derecho constitucional a los servicios de seguridad social.
Y en educación superior, la matrícula de instituciones públicas estatales ha crecido un 40 por ciento. Hoy tenemos a la generación mejor preparada en toda la historia de Yucatán.
Los yucatecos estamos orgullosos de vivir en una tierra tranquila, le damos mucha importancia a la convivencia pacífica y así tenemos que continuar. En Yucatán, el 72.8 por ciento de la población percibe que su estado es seguro, el valor más alto a nivel nacional.
Con todo lo realizado, hemos mantenido la tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes como la más baja del país. Este indicador es el adoptado universalmente para medir los niveles de seguridad y violencia en cualquier demarcación territorial en cualquier parte del mundo.
Esta tasa, en Yucatán, se ubica en 1.9 homicidios por cada 100 mil habitantes, cuando a nivel nacional es de 18.7; la tasa de Yucatán es muy similar a la tasa de países como Canadá y diversos países europeos, y también tenemos las menores tasas en robos de vehículo, en robos con violencia y secuestros en México. Sigamos participando todos en la preservación de las condiciones de seguridad.
Y hay algo que es muy importante destacar: lo que he informado es posible porque hemos sido un Gobierno responsable. Por eso, hoy Yucatán ocupa el primer lugar nacional según su avance en el Sistema de Evaluación del Desempeño del Gasto Federalizado de la Auditoría Superior de la Federación, con una calificación de 95.1 mientras la media nacional en los 32 estados es de 49.9.
Además, Yucatán es la cuarta entidad con mayor avance en el proceso de implementación del Presupuesto basado en Resultados y del Sistema de Evaluación del Desempeño, de acuerdo con el informe anual de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ante el honorable Congreso de la Unión; es decir, el dinero público se usa bien y se usa para dar resultados.
En ese sentido, al día de hoy hemos cumplido el 84 por ciento de los 227 compromisos que asumí al inicio de mi mandato, información que puede ser puntualmente consultada en la páginaobservatorio.yucatan.
De igual modo, el presupuesto público se ejerce con transparencia. De acuerdo con el Índice de Información Presupuestal Estatal del IMCO, que mide la transparencia presupuestal de las entidades federativas, Yucatán alcanzó una calificación de 90.5, más de ocho puntos porcentuales por encima de la media nacional; cabe señalar que, en esta medición que se hizo en 2012, la calificación del estado era 50.8.
Por todo esto, en el pasado mes de octubre, el Banco Interamericano de Desarrollo le otorgó al Gobierno del Estado de Yucatán el premio como el mejor gobierno subnacional de Latinoamérica en la aplicación eficiente del presupuesto, así como en la medición de su impacto.
Por otra parte, como estado, estamos dando pasos firmes para combatir la corrupción. Los yucatecos hoy contamos con una Ley Estatal Anticorrupción, que derivó del consenso entre las diferentes fuerzas políticas y del diálogo con la sociedad civil.
A partir de ese consenso, hoy contamos con un fiscal anticorrupción y un Comité de Participación Ciudadana, elegido por la propia representación de la sociedad. El Sistema Estatal Anticorrupción de Yucatán es un sólido andamiaje jurídico, con una vigorosa participación ciudadana que hemos construido entre todos, para dar mayor certeza al proceso de rendición de cuentas.
Cuando tomé posesión como Gobernador, me comprometí a trabajar todos los días, hasta la última jornada de mi mandato, para alcanzar el Yucatán que queremos. A partir de hoy, restan 252 días para el fin de mi administración, 252 días en los que seguiremos trabajando en todos los frentes para cumplir con nuestra parte como Gobierno, pero también vamos por más.
Por ello, presento a ustedes los siguientes anuncios de obras y acciones que iniciaremos en los próximos días:
Uno: con una inversión de 150 millones de pesos, construiremos el nuevo Hospital Psiquiátrico basado en el modelo Hidalgo, con lo que estaremos haciendo frente a un gran tema que demanda ser atendido en Yucatán: la salud mental.
Dos: con una inversión de 50 millones de pesos, realizaremos la modernización de la carretera Sierra Papacal-Chuburná, que constituye el compromiso 170 de mi administración.
Tres: en plena concordancia con vecinos y organizaciones civiles, daremos inicio con el gran proyecto de rescate de La Plancha, para convertir este gran polígono en un espacio urbano de áreas verdes e infraestructura cultural.
Ésto es posible ahora, porque el Gobierno del Estado obtuvo, en diciembre pasado, la factibilidad legal y el derecho de uso para intervenir las primeras ocho hectáreas de dicho terreno. Por otro lado, se debe a que las maniobras ferroviarias que se realizan aún en La Plancha ya se pueden trasladar al nuevo Centro de Operaciones Ferroviarias de Umán.
Así también, los vagones, locomotoras y el material ferroviario en desuso, que desde hace más de 10 años está asentado ahí en La Plancha, serán trasladados de forma permanente a un depósito denominado “vía muerta”, construido ex profeso en el propio Centro de Operaciones Ferroviarias de Umán.
Cuatro: como parte del propio rescate de La Plancha, con una inversión superior a los 50 millones de pesos, remodelaremos la antigua Estación del Ferrocarril, los andenes y las bodegas, para darle una nueva vocación cultural y educativa, que incluye la transformación de la Escuela Superior de Artes en la nueva Universidad de las Artes de Yucatán.
Cinco: junto con la UNAM, iniciaremos en las próximas semanas la construcción de la Escuela Nacional de Educación Superior en un terreno contiguo a la Universidad Politécnica de Yucatán. La ENES Yucatán albergará las carreras de Desarrollo y Gestión Interculturales, Manejo Sustentable de Zonas Costeras, Ciencias Ambientales y Ciencias de la Tierra.
Seis: en coordinación con el INAH, daremos inicio en las próximas semanas al rescate de la zona arqueológica de Kulubá, en Tizimín, ciudad maya que tuvo una importante relación comercial y política con Chichén Itzá. La última zona arqueológica que se rescató en nuestro estado fue Ek Balam, hace casi 20 años.
Siete: con el fin de consolidar en el Centro Histórico de Mérida un auténtico distrito cultural, realizaremos la intervención del actual Callejón del Congreso para integrar el Edificio Central Universitario, el Teatro “José Peón Contreras” y el Palacio de la Música.
Ocho: para preservar la memoria de nuestro tiempo, publicaremos el gran proyecto editorial de la actualización de la Enciclopedia Yucatanense. La primera edición de esta gran obra, orgullo del pueblo yucateco, se publicó en la década de los años 40 con ocho tomos; posteriormente, durante la gubernatura del doctor Francisco Luna Kan, se editaron cuatro nuevos tomos.
Ahora, con la participación de 37 destacados investigadores, escritores, cronistas y periodistas, editaremos y publicaremos, antes de que concluya mi Gobierno, seis nuevos tomos que consignan nuestra historia entre 1980 y 2016, es decir, una actualización de 36 años. El primero de estos tomos está dedicado con gran justicia a las mujeres en la sociedad yucateca.
Y nueve: esta misma mañana firmé el decreto de creación del Instituto de Formación Policial de Estado de Yucatán. Esto permitirá transformar la actual Academia de Policía de la Secretaría de Seguridad Pública en una institución de educación superior, para contar con mayores atribuciones educativas y para una mayor profesionalización de los cuerpos policíacos.
Ahí, con el apoyo de instituciones especializadas, se impartirán las Licenciaturas en Seguridad Pública y Técnico Superior Universitario Paramédico.
Estos anuncios son obras y acciones que tienen el objetivo de concluir mi administración con mucho empuje. El rostro de Yucatán se transforma todos los días y tengan la seguridad que, para mí, este no es un año de salida ni un año para mantener inercias; es un año de más trabajo, de más esfuerzo, pero sobre todo, de más resultados.
Pero hay otra coyuntura a considerar: 2018 será un año en el que el pueblo de Yucatán y México tomará importantes decisiones respecto a la conformación de sus instituciones para el futuro inmediato. Nuestro pueblo entrará de lleno en los próximos meses en un profundo ejercicio de reflexión consigo mismo.
Yo, como un yucateco que quiere a su tierra, estoy seguro que la sabiduría de nuestro gran pueblo, heredada de la gran cultura maya, sabrá tomar las decisiones que nos mantendrán en el rumbo con un modelo de desarrollo económico exitoso, paz social y de eficaz abatimiento de los factores de la pobreza.
Como Gobernador del Estado, garantizaré, en todo lo que a mí compete, que este proceso electoral se desarrolle con estricto apego a la ley y bajo los principios que le dan solidez a nuestra democracia.
Al entrar a la recta final de mi mandato, es justo valorar el camino andado; todos los resultados, todos los programas, todas las obras, son producto del proyecto para darle rumbo a Yucatán.
Muchas de esas obras ya se han concluido; algunas, como este Centro Internacional de Congresos, el Palacio de la Música o el Hospital Materno Infantil, estarán listas para iniciar funciones en las próximas semanas, pero un proyecto como el que queremos para Yucatán no termina en el corto o en el mediano plazo.
Hay que ir más allá, Yucatán lo requiere; con las bases que hemos puesto, hoy lo podemos conseguir. Aún hay mucho por hacer, mucho por avanzar; por eso, no basta únicamente con entregar un Informe, hay que trazar un proyecto que cimiente las bases del futuro, un gran proyecto: el gran Proyecto Yucatán.
Sin duda, hoy contamos con las circunstancias correctas para construir, de manera sostenida, un futuro de crecimiento y bienestar. Los buenos resultados alcanzados nos permiten, como sociedad yucateca, ir por más.
Hoy, podemos preguntarnos: ¿qué resultados son posibles en el futuro, que hace unos años eran difíciles de imaginar? ¿Qué resultados podemos alcanzar si seguimos consolidando el gran Proyecto Yucatán? ¿Cómo podría ser nuestro estado en cinco o en 10 años si mantenemos esta dinámica y este rumbo?
La esperanza nos permite imaginar, pero estoy seguro que es la certeza lo que nos permite proyectarnos. Hoy, podemos decirles a los jóvenes que confíen en su futuro, porque están llegando más empresas, porque se están generando mejores empleos, mejor pagados, y porque tienen las herramientas para salir adelante.
Hoy, podemos plantearnos nuevos retos. Si hemos logrado reducir la pobreza extrema a su mínimo histórico, si mantenemos este ritmo, en 10 años, podríamos erradicarla y cumplir con la aspiración de justicia social de Alvarado y Carrillo Puerto.
Podemos proyectar un Yucatán más atractivo para el turismo y los negocios. Ahora que hemos llegado, este año precisamente, a más de dos millones de pasajeros anuales en nuestro Aeropuerto, claro que es posible proyectar que, en tan sólo cinco años, esta cifra supere los tres millones y medio.
Tenemos la oportunidad de ser más competitivos para acelerar el paso en nuestro crecimiento económico y generar empleos con mejores salarios. El hoy ya es nuestro, ya lo trabajamos, ya lo construimos; es tiempo de proyectar ese mañana, es tiempo de continuar y consolidar el Proyecto Yucatán.
Hace poco más de cinco años, el 1 de octubre de 2012, cité al orgulloso Canek de Ermilo Abreu Gómez, cuando afirmó que, cito: “el hombre de estas tierras debe ser más exigente y más humano, debe querer la mejor realidad, la que es posible, la que madura y crece en sus manos. Esto será como vivir el ideal de la realidad”, fin de la cita.
Estamos avanzando hacia ese ideal de la realidad. Hoy, sabemos que es posible construir un mejor futuro si mantenemos el Proyecto Yucatán.
Amigas y amigos, yo quisiera que el legado que se recuerde de mi Gobierno no sólo sea un elemento tangible, no sólo sea una gran obra o un gran programa, ni siquiera sean sólo los indicadores tan favorables que hoy reflejamos.
El mayor legado que yo espero que se recuerde de mi Gobierno, quiero que sea un elemento subjetivo, simple pero de enorme poder: me refiero al estado de ánimo de todo el pueblo de Yucatán, un estado de ánimo que hoy nos permite ver el futuro con optimismo.
Yucatecas y yucatecos, con la seriedad y credibilidad que da el buen rumbo y, sobre todo, con la certeza que dan los buenos resultados, hoy los convoco a que sigamos siendo más exigentes con nosotros mismos y a que maduremos los frutos de nuestro trabajo.
Los convoco a que sigamos avanzando juntos, paso a paso, para construir la mejor y más grande de todas nuestras obras: el futuro de Yucatán. Muchas gracias.