Discurso al entregar Créditos Sociales para tu Bienestar
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Mérida, Yucatán, 10 de mayo de 2017
Muchas gracias. En primer lugar, muchas felicidades a todas las mamás, vamos a darles un aplauso muy fuerte, aquí en este día hoy y siempre es importante. Como decía hace un momento en un mensaje que me pidieron que diera algunos de los compañeros de los medios, que les decía que este día hay que festejar, honrar a nuestras mamás pero que este día nos debe de servir para que los 365 días del año valoremos lo que representa una madre y las mujeres en general para nuestra sociedad.
Representan valores, representan mucho amor, representan mucha fortaleza de espíritu y eso es algo que necesita nuestra sociedad para siempre salir adelante. Por eso, cuando Mauricio me dijo que teníamos la posibilidad de realizar este evento, a mí me dio mucho gusto, Mauricio, y que lo hiciéramos particularmente este día, es segundo año que lo hacemos ¿verdad?
El año pasado él tuvo la iniciativa de que el 10 de mayo se dieran estos créditos, porque son créditos dirigidos especialmente a las mujeres y yo sé que la gran mayoría de las beneficiarias son mamás y lo que las mueve en su lucha es, precisamente, el bienestar de sus hijos.
Como doña Rosario, a quien le agradezco mucho, ¡Párese doña Rosario para que le aplaudamos! ¿Verdad? Como doña Rosario que aquí tiene la “Cochinita punto come” ¿verdad? Ella tiene dos hijas y ella empezó este negocio hace cinco años.
Cuando empezó era ella sola, luego necesito de alguien que le ayude y contrató. Ahorita, tiene cinco colaboradores, cinco empleos. Ella está generando empleo para Yucatán. Así que vamos a darle un aplauso muy fuerte, como lo están haciendo todos.
Muchas gracias doña Rosario, de verdad que está muy sabrosa la cochinita en la “Cochinita punto come”. Y así como ella, sé que cada una de ustedes tiene, como lo hemos dicho, una historia personal de esfuerzo, de trabajo, de dedicación y por eso venimos aquí y nos da mucho gusto estar acompañándoles aquí con Mauricio, el secretario de Desarrollo Social.
Por su puesto, las diputadas y diputados federales, muchas gracias Lucely, Panchito, que se paren para que les demos un aplauso así como se lo merecen, ellos nos apoyan mucho con gestiones, con programas, se los agradecemos mucho, Lucely.
De igual manera a nuestros diputados locales, yo les pido que se pongan de pie para que les aplaudamos, aquí están compartiendo la mesa, Celia, Marco, Charito, bueno todos los que están aquí, Elizabeth, todos sin excepción, muchas gracias a nuestros diputados locales, aquí está Marcos.
Y también a nuestras y nuestros presidentes municipales que están aquí, yo les pido que se paren y les aplaudamos porque su presencia aquí significa mucho, que están pendientes y a mí me da mucho gusto, muchas gracias presidentes municipales.
A mí me da mucho gusto verlos porque sé que se preocupan mucho para que en sus municipios haya servicios públicos, estén iluminadas las calles, estén pavimentadas, todo, pero también se preocupan porque allá empleo y porque la gente tenga una manera honesta de vivir y por eso sé que les da mucho gusto y comparten la felicidad de esta ocasión con quienes vienen de sus respectivos municipios, así que muchas felicidades y gracias presidentes municipales.
Y de la misma manera, a mí me da muchísimo gusto estar aquí presente, pues una persona muy importante para mí que es mi esposa Sarita Blancarte, a quien ya he felicitado con Monse y con Rolo hoy tempranito, le agradezco y le agradeceré siempre que me haya dado dos hijos maravillosos, Monse y Rolo. Monse tiene 15 años ya, cuando estábamos en la campaña de chiquitita tenía 10 años, ahora ya tiene 15, Rolo 12 tiene. Muchas gracias Sarita, muchas felicidades.
Y por supuesto, por supuesto a mi mamá, la maestra Ofelia Bello. Muchas gracias mami, muchas felicidades y muchas gracias por compartir este momento con nosotros, que yo sé que te da mucho gusto. Igual a la maestra Mirna, muchas gracias maestra, la mamá de Mauricio, que yo estoy seguro que están muy contentas que estemos aquí y darles el abrazo, porque como dice mi mamá, muchas veces con el trabajo y con las actividades estamos en la dinámica de todos los días y en un día tan especial yo estoy seguro que están compartiendo la felicidad de todas las compañeras.
A ver, yo quiero pedirles a todas las compañeras que están recibiendo su crédito que se pongan de pie para que las aplaudamos a todas, a todas muchas felicidades porque sé que van a estar. ¡Qué lo muestren! ¡Ahí lo tienen allá, sus créditos! Muchas felicidades, muchas felicidades; siéntense, siéntense, muchas felicidades.
Ya Mauricio Sahuí explicaba muy bien la importancia de este crédito, lo que les sirve, lo que les apoya, lo que representa. Pero, yo sé que este apoyo es nada más una parte de lo que necesitan, porque lo que necesitan y lo que ustedes ponen es mucho más valioso. Ponen el esfuerzo, ponen las ganas, ponen la lucha y yo hoy, en este día particular, quiero decirles que todo eso que ustedes hacen es muy valorado por toda la sociedad, muy reconocido por la sociedad porque así vamos creciendo.
Y es importante cómo lo ven ustedes, pero también es importante que sientan y sepan cómo lo ven tus hijos, cómo les ven sus hijos. Les ven con admiración, les ven con todo ese espíritu de lucha que ven todos los días.
Hoy quiero compartir con ustedes en este día que nos mueve a pensar y sentir pues lo importante que es una madre, cómo los hijos ven a sus madres. Y yo les quiero compartir una anécdota, bueno cuando estaba yo chico mi mamá era maestra, ella ya es maestra jubilada, pero sigue siendo maestra por supuesto.
Y cuando estaba yo chico, nosotros vivíamos en una colonia, ustedes lo saben, que se llama Felipe Carrillo Puerto y mi abuelita vivía en la Carranza, por eso mucha gente piensa que nosotros somos de la Carranza, Panchito es vecino de la Carranza ¿verdad? Porque nuestra vida transcurría en los dos lados, en la Felipe Carrillo y en la Carranza.
Y yo me acuerdo, pues de los recuerdos más remotos que puede tener un ser humano, tal vez cuando tienes dos o tres años, más o menos cuando ya te puedes acordar; yo me acuerdo que pues como mi mamá nos llevaba para que nuestra abuelita nos cuide, salíamos de la casa y mi hermana Diana Helena, que tal vez tenía como ocho años, mi hermano Gabriel que tenía como seis y yo que tenía cuatro, porque nos llevamos dos.
Entonces, nos íbamos con mi mamá en el camión de la Felipe Carrillo a la Carranza, entonces yo me acuerdo, de esas cosas que uno se acuerda a esa edad, a la edad de cuatro años, que nos subíamos al camión y mi mamá tenía como las maestras, a las que estaremos honrando en unos días más y todos los días, su carpeta donde lleva la lista de asistencia y todo.
Siempre que vemos un maestro, siempre con admiración en su carpeta, donde lleva las listas de asistencia ¿verdad? De todas las clases y en la otra mano tenía una olla de la comida que íbamos a comer, porque llevaba la comida a mi abuelita ¿verdad?
Entonces iba mi mamá con su trabajo, con su olla y con sus tres hijos. Mi hermana agarraba a mi mamá y a mi hermano, y mi hermano me agarraba a mí, y yo iba allá atrás. Entonces yo me acuerdo mucho, y entonces lo veía con ojos de niño, hoy lo veo con ojos de hombre, de adulto y dimensiono y entiendo el esfuerzo, el trabajo y el sacrificio.
Y así las están viendo a todas ustedes sus hijos, trabajando, esforzándose, como Monse y Rolo ven a Sarita, que también les quiero decir, un enorme testimonio de gratitud porque Sarita ustedes saben es la Presidenta del DIF y pues mucha gente piensa, formalmente que así lo es, que la Presidencia del DIF es, digamos, un trabajo honorario que se va a los eventos y todo, pero Sarita es una persona que trabaja desde los 16 años y siempre ha estado acostumbrada a trabajar e inclusive checar tarjeta y entrar a las ocho de la mañana.
Entonces, yo sé que para todos los trabajadores del DIF es muy común ver que cuarto para las ocho de la mañana llegue doña Sarita, la Presidenta del DIF, a su oficina y lo que tal vez no sepan es que desde las seis de la mañana ya se levantó, ya levantó a los niños, ya les dio su desayuno, ya los llevó a la escuela y bueno, todo eso estoy seguro que mis hijos, de la misma manera, le reconocerán siempre ese gran esfuerzo.
Esa visión que tenemos hoy de lo que hace una mamá por sus hijos trabajando, luchando, esforzándose, yo creo que es el mejor homenaje y el mejor reconocimiento que, estoy seguro, ustedes están haciendo, precisamente, porque están trabajando, están luchando, están saliendo adelante y están, precisamente, atendiendo las necesidades de sus hijos.
Lo que les mueve son sus hijos y bueno, pues ya que estamos acá, yo les quiero pedir en este ambiente de confianza y todo, de fraternidad… A mí doña Rosario ya me platicó que el dinero o el crédito que está recibiendo le va a servir para comprar sus latas, ¿verdad doña Rosario?, sus latas, para hacer la cochinita, para que sean buenas latas, para que haya calidad en el servicio.
De verdad, muchas gracias. Muchas gracias a todos ustedes por este testimonio, de verdad. Éste es el Día de las Madres y es para que las mamás tengan un regalo bonito, pero quiero decirles que este testimonio es un regalo para todos los que estamos aquí.
Muchas gracias madrecitas, muchas por todo el amor que le dispersan a sus hijos, a Yucatán y a todo México y muchas felicidades por ser tan trabajadoras, tan esforzadas, Yucatán y México se los agradecen, pero sobre todo sus hijos siempre, siempre se lo van a reconocer.
Felicidades, feliz Día de las Madres.