Discurso del Gobernador en la entrega del Premio Estatal de la Juventud
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Mérida, Yucatán, 15 de agosto de 2018
Muchas gracias, muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes, amigas y amigos. De manera particular quiero saludar a quienes, sin duda, son los protagonistas de esta noche, quienes de manera muy merecida reciben el Premio Estatal de la Juventud.
A Ana, por supuesto, Ana, muchas gracias; a Eduardo, a Lucelly, a Gerardo, a Rodrigo, a Carmen, a Joaquín, a Antonio, a Edwin y a Julio Alejandro felicitarles porque ustedes representan un motivo de inspiración para toda nuestra juventud, porque representan lo mejor de nuestra juventud que se esfuerza y que le echa ganas.
Y que hoy es reconocida por toda la sociedad a través de este evento, a través de la entrega de estos premios que simbolizan el reconocimiento al esfuerzo que realizan para contribuir a tener una sociedad mejor.
Por eso nos encontramos aquí presentes quienes representamos a los poderes públicos, en mi caso como Gobernador, y por supuesto, los poderes Legislativo y Judicial. Saludar a la diputada Celia Rivas, muchas gracias, así como a las y los diputados del honorable Congreso del Estado que aquí se encuentran.
Al magistrado Santiago Altamirano, muchas gracias, representante del Poder Judicial; al maestro Juan Carlos Barrera Tello, muchas gracias, secretario de la Juventud; al diputado Panchito Torres Rivas, con todo afecto; y a la licenciada Marisol Sotelo Rejón, diputada del segundo distrito y de la Comisión de la Juventud de nuestro honorable Congreso del Estado.
Y me sumo a ese reconocimiento que se hizo hace un momento y que es muy importante, a las familias, a los amigos, a los familiares, a quienes se encuentran en torno a los recipiendarios de estos reconocimientos, porque al formar parte de su entorno son quienes les dan la energía, la determinación y el entusiasmo para alcanzar sus metas.
De verdad a mí me inspiró mucho escuchar hace un momento a Ana, escuchar con esa frescura, pero también con esa claridad, la visión del mundo moderno que estamos viviendo, de cómo es importante que los jóvenes dimensionen el poder de sus acciones.
Que dimensionen el poder de las acciones cotidianas, porque muchas veces uno piensa que las grandes transformaciones y los grandes cambios se tienen que dar a través de obras extraordinarias o demasiado grandes. Pero les pregunto, ¿en realidad qué es una obra o acción extraordinaria?
No es más que hacer una obra o acción ordinaria o cotidiana, pero hacerla bien, adecuadamente, con disciplina, con convicción, con valores. Y ese conjunto de acciones cotidianas bien hechas por toda la sociedad es lo que permite que se vayan generando los grandes cambios y transformaciones en toda sociedad.
Los tiempos que hoy nos están tocando vivir en el mundo entero, ustedes no me dejarán mentir, prendemos la televisión, bueno, creo que esa es más bien una expresión de mi generación porque los jóvenes más bien prenden sus dispositivos, sus teléfonos, y ahí ven todas las noticias, a través de los diferentes medios de comunicación.
Y vemos noticias, vemos los acontecimientos que se dan en el mundo entero, en cualquier parte del mundo y, seamos honestos, vemos cosas que no nos gustan, cosas que nos gustarían que fueran de otra manera, cosas que como seres humanos inclusive nos lastiman. Entonces es cuando debemos preguntarnos qué podemos hacer para transformar esa realidad en nuestro mundo, en nuestro país o en nuestro estado.
Y ahí es donde los jóvenes tiene un lugar privilegiado, yo digo un lugar de vanguardia. Allí es donde deben estar los jóvenes, impulsando esos cambios y transformaciones con, como dijo Ana, el poder de sus acciones en cada uno de los ámbitos de su desempeño, cualquiera que éste sea.
Bien sea en la actividad académica, en la actividad deportiva, en la actividad cultural, en la innovación que es un eje transversal que vincula a todas las actividades; en las aplicaciones tecnológicas, en la labor social que es indispensable y tan necesaria para desarrollar a nuestra comunidad; en proyectos económicos o empresariales que permitan generar empleo y dar bienestar a las familias.
En fin, en toda aquella actividad en la que un joven pose su esfuerzo, ponga su mira, su dedicación y su entusiasmo, ahí tendrá una causa por la cual luchar, un gran esfuerzo por donde desarrollarse y ahí tendrá una forma de convertirse en un agente positivo, de cambio y de transformación para nuestra sociedad, repito, en Yucatán, en México y en el mundo entero.
Eso es lo que necesita hoy nuestra comunidad y particularmente, eso es lo que necesita nuestra comunidad, necesita motivos de inspiración, motivos para inspirarse, para motivarse, para conducirse por el camino adecuado, por el camino constructivo, y eso es lo que han hecho, y están haciendo con sus vidas, estos jóvenes, estas señoritas que hoy reciben este Premio.
Esto, precisamente lo que están haciendo, convertirse en un motivo de inspiración, simple y sencillamente por hacer las cosas bien, por hacerlas con entusiasmo, por fijarse metas, por tener dedicación, tesón, disciplina para alcanzarlas, pero también, por tener pasión, que es un elemento esencial que debe de estar presente siempre, jóvenes, en las actividades en las que nos desempeñemos o a la que nos avoquemos.
Que exista esa pasión y que también exista ese ímpetu y ese deseo transformador de libertad y en libertad, que siempre debe de existir en el ser humano. Nosotros vivimos en un régimen de libertades que nos permiten hacer o dejar de hacer, que nos permite siempre, dentro del marco de la ley, conducirnos.
Y aquí, me nace compartir con ustedes, jóvenes, una reflexión que en alguna ocasión hice, porque viene en un libro denominado Canek, que mucho habla de la visión y de la gran cultura de nuestra tierra, de nuestra tierra maya.
Yo les digo a los jóvenes que ejerzan a plenitud su libertad, pero nunca se olviden que la libertad de los seres humanos no es igual a la libertad de las aves, porque la libertad de las aves se satisface en el (inaudible) de cualquier rama, de cualquier árbol. En tanto que la libertad de un ser humano radica en su conciencia.
Cada quien sabe cuáles son los espacios de esa conciencia, esa voz que te habla y que te dice qué es lo bueno y qué no lo es; escucharla siempre te va a permitir conducirte por el camino correcto y lo más importante, ser un ejemplo y ser un motivo de inspiración, para que así como ustedes, hoy son jóvenes positivos, de bien, constructivos para su sociedad, así como ustedes, lleven un amplio espectro que vaya ampliándose y que vaya contagiando a decenas, a cientos, a miles de jóvenes que tengan esa misma visión, esa misma actitud y eso lo que nos va a permitir mirar siempre al futuro con esperanza y garantizar que el fututo de Yucatán sea un espacio luminoso.
Miren ustedes, y con eso ya voy a concluir, bien, estar aquí, en este espacio, para mí es muy motivador. No sé ustedes, pero yo estoy feliz; a lo mejor muchos no conocían este espacio, porque tiene apenas menos de un mes y medio, creo, que se inauguró, el Palacio de la Música, que es una gran obra para nuestro estado, como han surgido otras grandes obras que hemos podido construir, el Centro de Congresos, el complejo de justicia, el nuevo palacio legislativo, el nuevo Hospital Materno, en fin grandes obras.
El otro día, particularmente, en mi pasado informe que tuve en enero, yo tuve una expresión que me nace compartir con ustedes hoy. A mí, si me preguntan, “Rolando, ¿cuál es la obra más importante que consideras, que defines tú en tu gobierno, cuál es esa obra o ese legado más importante?”.
Yo les diría, “más que una obra material, yo creo, yo siento, yo espero que mi principal legado en mi gobierno sea un estado de ánimo, un estado de ánimo de optimismo donde los yucatecos digamos siempre ‘sí se puede’, ‘sí es posible’, ‘no tenemos límites’, ‘podemos ser exitosos’, ‘podemos estar en los primeros lugares siempre’, ‘podemos fijarnos metas’, ‘podemos alcanzarlas’, ‘podemos estar siempre en los primeros lugares’”.
Y ese estado de ánimo no puede ser un estado de ánimo unipersonal, tiene que ser, y por mucho, un estado de ánimo colectivo, que todos lo sintamos, que a todos nos mueva, que a todos nos apasione, y eso es lo que nos va a permitir, como bien se decía hace un momento, que el futuro de Yucatán sea mejor que el presente.
Ahí, tenemos una tarea todos, sin embargo, como sé, como debe de ser, la vanguardia, quien va por delante, quien jala la carreta y todos atrás empujándoles y apoyándolos, debe de ser la juventud.
Muchas felicidades. Muchas gracias.