Discurso del Gobernado Rolando Zapata Bello durante la entrega de la Medalla “Eligio Ancona”
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Mérida, Yucatán, 13 de septiembre del 2018
Muy buenas noches tengan todas y todos ustedes. Permítanme en primera instancia saludar con un enorme respeto y reconocimiento al doctor Raúl Vela Sosa y felicitarlo en nombre de todo el pueblo de Yucatán por ser recipiendario de esta Medalla, felicitarlo también por esa extraordinaria disertación que acaba de compartir con todos nosotros.
Estimado señor rector de nuestra máxima casa de estudios, José de Jesús Williams, distinguidos representantes de los poderes públicos de nuestro estado, señor alcalde, distinguida representante del jurado, estimada maestra, estimado Roberto Abraham.
Maestro Roger Metri Duarte; saludo con respeto a la familia del galardonado esta noche de la Medalla “Eligio Ancona”, Raúl Vela Sosa, distinguida esposa, familia, que como él bien ha expresado pues forma parte de este gran mérito.
Como él, con toda generosidad ha dedicado esta Medalla a todas las generaciones que han sido tocadas por esta gran visión de él desde las aulas. Quiero expresarles que esta es la sexta ocasión que me corresponde y tengo el gusto como Gobernador de entregar esta Medalla.
Saludo con respeto a recipiendarios de ediciones anteriores aquí presentes, decirles que los saludo con respeto y decirles que lo hago con todo el honor que sé representa y entraña esta Medalla.
Y en esta ocasión lo hago además con la enorme satisfacción que conocer a título personal, de haber tenido el privilegio de convivir con el recipiendario, de colaborar con él, de servir juntos a la sociedad, de conocerlo de cerca.
Y si hay algo que quiero subrayar esta noche y lo hago a título personal, que todo ese cúmulo de méritos y características personales que sabemos de él, hay una que yo subrayo y es su gran pasión, las pasión que desdobla en cada una de las actividades que emprende, el entusiasmo que hoy precisamente al expresarse frente a nosotros nos ha señalado cuál es precisamente ese gran secreto. El secreto de ser un joven de espíritu, de corazón, que estamos seguros que así lo sea siempre.
Porque como diría el maestro Reyes Heroles, cuando nunca se considera la obra acabada, cuando nunca se considera la obra concluida, se pueden ver 100 años y ser joven, precisamente ese es el caso del doctor Raúl Vela Sosa, con su entusiasmo, pasión y con su acreditada capacidad intelectual y honestidad intelectual, congruencia.
Con esa capacidad ha podido hoy, en unos cuantos minutos, expresarnos y compartir con todos nosotros su ideario y su credo político, económico, social, cultural y desdoblar, y llevarnos desde hace varias décadas atrás, de dónde provino la simiente, de su ideología y de su visión, y proyectarnos hacia las próximas décadas, hacia donde se está dirigiendo el futuro. De ese tamaño es y esa es la capacidad del recipiendario de esta Medalla. Por eso, nuestro enorme reconocimiento amigo, doctor Raúl Vela Sosa.
Y por eso reitero la enorme satisfacción que representa para mí, por sexta ocasión y última como Gobernador, acudir a entregar esta Medalla. Hacerlo con gran honor porque, reitero, hace cerca de 200 años nació en Yucatán Eligio Ancona, un hombre que es y sigue siendo referencia en ética, política e intelectual de nuestra época y al que recordamos particularmente la fecha en la que hacemos entrega de la Medalla que lleva su nombre.
Su trayectoria profesional y sus convicciones lo llevaron a la Ciudad de México en donde murió cumpliendo importantes tareas a favor del país, a favor de su convicción republicana y liberal. Y si un rasgo de este benemérito me llena de admiración y respeto, es la congruencia con la que siempre se desempeñó.
La congruencia entre su actuar y su hacer, la congruencia entre su pensamiento y su acción plasmada en los múltiples cargos que desempeñó, en sus novelas y textos históricos y en las aulas en donde esculpió sobre el espíritu de sus alumnos.
Porque bien podríamos preguntarnos cómo hizo Eligio Ancona en tan solo 58 años de vida para desempeñarse como maestro, gobernador, novelista, periodista, legislador, dramaturgo y político fiel a Benito Juárez.
Y para mí, además por supuesto de su talento y capacidad, su valor y expresión más alta radica, como he mencionado, en su congruencia y en su espíritu libertario que respondía claramente al momento histórico que le tocó vivir.
Y ello me lleva a preguntarme y a preguntarnos, ¿qué nos toca hacer en el lugar y en el momento en que vivimos? ¿En qué queremos contribuir y qué estamos dispuestos a hacer para alcanzar nuestros anhelos, nuestros ideales?
Y sé que, por su larga y fructífera trayectoria, esa es una pregunta que también se ha hecho permanentemente el doctor y amigo Raúl Vela Sosa, y la responde con total convicción cuando invita a los jóvenes a no ser conformistas y les inculca, desde el aula y con su ejemplo, principios como el que la política, la ciencia, la cultura y cualquier actividad se puede hacer de manera honesta, de manera abierta, de manera transparente.
Esos son los principios que guían a quien hoy rendimos un homenaje y un reconocimiento por su trayectoria como economista, internacionalista, docente e investigador, hombre de cultura, forjador de leyendas. Sin duda, quien recibe hoy con gran justicia la Medalla Eligio Acona mantiene vigentes, a casi 200 años de distancia, los valores y principios de quien fuera uno de los más destacados intelectuales del siglo XIX.
Así, los retos que nos corresponde atender como ciudadanos y ciudadanas del siglo XXI son muy diferentes a los del siglo XIX, y sin embargo, hay similitud en los valores que mantienen su vigencia porque son universales.
Valores como la ética y la congruencia, que son baluartes en los que podemos y debemos apoyarnos y guiarnos para seguir adelante. Seguir adelante, como Yucatán lo ha hecho y lo seguirá haciendo porque tiene claro su camino.
Un camino que ha sido construido desde la base de los antiguos sacbés y por los que seguiremos andando ahora con nuevas tecnologías, con nuevos conocimientos y con nuevas metas por alcanzar y como bien lo ha expresado el doctor Raúl Vela Sosa, teniendo como una gran fortaleza nuestra cultura, nuestra forma de ser.
Como bien ha mencionado el doctor Vela, cuando concebimos y desarrollamos proyectos, lo fundamental es que éstos beneficien a la población, como fue el caso de la iniciativa que él tuvo para impulsar en Yucatán la Universidad Tecnológica Metropolitana.
Un proyecto que ha sido exitoso, ha beneficiado a cientos, a miles de estudiantes y ha contribuido al fortalecimiento educativo del estado, gracias al trabajo de muchas personas más. Así es como Yucatán se ha demostrado a sí mismo que es capaz de alcanzar grandes alturas, porque su gente tiene empeño, fortaleza y voluntad.
Y una prueba de ello es el talento de los hombres y mujeres que han sido recipiendarios de la Medalla Eligio Ancona desde hace 58 años. De los hombres y mujeres que han sobresalido en sus campos de especialización y que han aportado con sus conocimientos, sensibilidad y activismo a la grandeza de Yucatán.
Gracias, muchas gracias, doctor Raúl Vela Sosa por su trabajo, por sus investigación, por su convicción y congruencia; gracias por contribuir a la sólida formación de la juventud yucateca. La publicación de sus trabajos en múltiples países, ha contribuido para hacer visible la historia y el presente económico de Yucatán, de nuestra región y de todo nuestro gran México.
Ello nos confirma que, con visiones amplias, informadas y con deseos de conocer, entender y transformar nuestro entorno, seguiremos fortaleciendo nuestra cultura, nuestra economía y el conjunto de la sociedad. Reciba mi reconocimiento y a nombre de todo el gran pueblo de Yucatán por su gran trabajo, por su gran obra.
Y permítanme esta oportunidad, finalmente, para reiterar una vez más, mi enorme agradecimiento al pueblo de Yucatán por su confianza. Una confianza en la que, como gobernante, puse toda mi entrega para dar buenos resultados.
Pero sobre todo, fui y seguiré siendo un hombre congruente con mis raíces familiares, con mis principios y con mi profundo amor por Yucatán. Muchas felicidades por este reconocimiento doctor Raúl Vela Sosa. A usted, a su familia, a sus amigos, a sus compañeros de lucha, que sabemos que son muchos, y muchas felicidades y mi reconocimiento por, sobre todo, por lo expresado esta noche.
Que este reconocimiento no es punto final, al contrario, es punto de partida para seguir luchando. Enhorabuena, muchas felicidades.