Discurso: 4° Informe de Gobierno
Discurso del Gobernador Rolando Zapata Bello con motivo del 4° Informe de Gobierno
Discurso del Gobernador Rolando Zapata Bello con motivo del 4° Informe de Gobierno
Mérida, Yucatán, 15 de enero de 2017
Ciudadanas y ciudadanos del Estado de Yucatán, me dirijo a ustedes en el marco de mi cuarto Informe de Gobierno para rendirles cuentas. He cumplido con la entrega en tiempo y forma del Informe completo, como dispone la Constitución. Ahora, me dirijo a ustedes y lo hago con sobriedad republicana, con la misma austeridad con la que me comprometí a trabajar desde el primer día de mi mandato.
Es mi absoluta convicción que la rendición de cuentas ya no necesita de campañas publicitarias, eventos protocolarios o gastos innecesarios para el erario público. El trabajo siempre debe ser capaz y suficiente para hablar por sí mismo.
He decidido dirigirme a ustedes de esta forma, porque entiendo el momento histórico que vivimos y el actual estado de ánimo de nuestra sociedad. Asumo a plenitud que ya es momento de dejar atrás los rasgos frívolos de nuestra democracia.
Es cierto que hace unos años, cuando apenas se ampliaba nuestra vida democrática y la alternancia política era incipiente, los partidos, los gobernantes y los políticos, necesitaban de reflectores y espacios para llamar la atención y ganar el apoyo de los ciudadanos. Estoy seguro que es momento de dejar atrás esa etapa.
En Yucatán, tenemos una sociedad participativa, una ciudadanía crítica, una juventud informada y aguerrida, que desde hoy y en el futuro, juzgará el trabajo de los gobernantes y los políticos por su cercanía con el pueblo, el cumplimiento de sus compromisos, los resultados de fondo y no por el marketing.
Así, este 15 de enero me dirijo a ustedes como alguien que es sensible a lo que está pasando, pero que ve en los retos, en el humor social y en la circunstancia histórica, una gran oportunidad para avanzar, para ser propositivos y, sobre todo, para tener un optimismo sensato, un optimismo cimentado en resultados y realidades.
Precisamente con ese ánimo, esta mañana rindo cuentas desde la escuela “Ignacio Zaragoza”, donde estudié mi primaria, porque si los valores humanos se adquieren en la familia, los valores cívicos se aprenden aquí, en la escuela.
Pensando en esos valores, aquí me acompañan mi esposa Sarita, mis hijos Monse y Rolo; mi mamá, la maestra Ofelia Bello, y mis queridas maestras de primaria, Lizbeth, Margarita, Charito y Fay Colomé, así como la memoria de mis maestras Alicita y Lichí, y nuestra admirada Fidelita Sánchez de Mendiburu, quien fue directora de esta escuela, así como la maestra Magdalena Pool, actual directora.
Fue aquí en mi escuela, como todo niño, donde entre iguales y compañeros entendí lo que es la cultura del esfuerzo, la tolerancia, el trabajo en equipo, el respeto al derecho ajeno, el valor de los símbolos patrios, y lo que verdaderamente es sentirse parte de una tierra y de un pueblo.Esos son los valores que cambian las cosas en los momentos retadores que exigen responsabilidad y audacia.
En momentos como éste, es necesario invocar nuestros valores básicos y nuestro origen para hacer la diferencia, porque son los valores los que hacen que uno pueda entender que no basta con que todos estemos orgullosos de Yucatán, porque lo que verdaderamente cuenta es que cada quien haga su parte para que Yucatán esté orgulloso de cada uno de nosotros.
Por eso, mi Gobierno entiende que nos toca darle a la sociedad confianza ante la incertidumbre, rumbo ante la duda y optimismo ante los retos.Y en Yucatán, los resultados concretos, construidos por todos, son la base para creer en nosotros mismos, para abrir nuevos horizontes que nos van a servir a todos hoy y mañana.
Horizontes como el que nos da una industria de la construcción, que en 2016 en Yucatán, creció al 22 por ciento, cuando a nivel nacional, ese sector de la economía decreció el uno por ciento. Oportunidades como las que generan un millón adicional de turistas que visitan nuestros paradores o que el aeropuerto de Mérida ahora se ubique como el octavo más importante del país, abriendo más conexiones aéreas.
Y entre esas conexiones que abren nuevas posibilidades, están también los 288 kilómetros de carreteras sacacosechas que, en muchos casos, conectan con las más de 40 mil hectáreas que hemos tecnificado en nuestra administración, una meta que parecía inalcanzable.
Y si se trata de aspiraciones que parecían inalcanzables, preguntémosle cómo ven el futuro a los más de 57 mil jóvenes a los que les hemos entregado una computadora portátil, y que hoy tienen una ventana al saber y la información. Por ese futuro, este año seguiremos invirtiendo en Bienestar Digital, ya que ha contribuido a reducir la deserción escolar y aumentar la eficiencia terminal.
Además, hay un dato de valor estratégico para la juventud y la nueva economía yucateca: hoy, 72 mil jóvenes estudian en el nivel superior, 16 por ciento más que en 2012, y particularmente, la matrícula en las instituciones públicas estatales se ha incrementado en un 40 por ciento.
Hoy los estudiantes de Yucatán son, en todo México, los que mayor posibilidad tienen de llegar a las aulas del nivel profesional. En este indicador, somos el primer lugar nacional, cuando en 2011 éramos el decimosegundo.
Sin embargo, si se trata de dar acceso a nuevas posibilidades, hay un dato que puede resumir a todos los demás, hay un dato que es mérito de todos, de micros, pequeños, medianos y grandes empresarios, de emprendedores, profesionistas, productores rurales y trabajadores, un dato que nos habla de más de 53 mil empleos formales generados durante mi Gobierno.
Incluso, este ritmo de creación de empleos nos ha valido el reconocimiento nacional por cuatro años consecutivos, por el desempeño en colocación laboral. Preguntémosle a esos 53 mil hombres y mujeres, cómo ven hoy el futuro con un empleo formal, uno con las garantías de la seguridad social, preguntémosles las posibilidades que ahora sí se les abren a ellos.
53 mil empleos formales en cuatro años se dice fácil, pero son más empleos que los que se generaron en total en los 11 años anteriores. Esas son las posibilidades que los yucatecos estamos haciendo realidad y que están más allá de dudas, incertidumbres o estados de ánimo.
Y claro que yo no estoy llamando a echar las campanas al vuelo y mucho menos convoco a un optimismo iluso. Sin embargo, hay algo que debe quedar muy claro: en este momento, tenemos una posibilidad real de concretar un desarrollo transformador en el estado.
Tenemos una posibilidad real de darle mayor peso a la industria en nuestra economía, es decir, reindustrializarnos; tenemos una posibilidad real de ser una potencia agroindustrial, de convertir al turismo en un gran generador de buenos empleos, de preparar a las nuevas generaciones con las herramientas de las nuevas tecnologías y la innovación.
Es cierto, a veces, a pesar de todo, los escenarios no lucen fáciles, pero dividiéndonos, enfrentándonos, no vamos a encontrar las soluciones.Ante los desafíos que saltan a la vista, estos son tiempos que demandan enérgicamente nuestra unidad, en torno a un propósito común: avanzar en el desarrollo pleno e integral de Yucatán.
Estos son tiempos para ponerse a trabajar, porque traemos un buen ritmo, porque nuestros esfuerzos siguen un plan, porque tenemos rumbo; un rumbo que surgió del diálogo respetuoso entre todos, que se ha plasmado en políticas públicas, en acciones concretas; un plan que hemos seguido puntualmente, en cada uno de sus compromisos.
Hoy les convoco a que con unidad y trabajo, mantengamos un buen rumbo para Yucatán. Así, lo que yo les ofrezco hoy, con los valores humanos que aprendí en casa, con los valores cívicos que me inculcaron en este plantel, es liderazgo, un liderazgo de diálogo, un liderazgo autocrítico, un liderazgo que tiene los pies bien puestos sobre la tierra, un liderazgo honesto y serenamente optimista.
En Yucatán, el escenario es favorable y nos lo dicen los diplomáticos incluso de otros países. Ellos nos dicen que aquí en Yucatán, y los cito a la letra, “están sucediendo cosas, aquí se están dando las transformaciones que el desarrollo exige”.
Y eso es cierto, porque los yucatecos somos una sociedad que está avanzando; más bien, somos una sociedad que camina a buen paso, tomando decisiones juntos. Por eso somos un estado que ante una incertidumbre global, hoy puede hacer grandes anuncios y emprender nuevos proyectos, proyectos que hace cuatro años hubieran sido absolutamente imposibles.
Proyectos que vienen a sumarse a realidades ya concluidas o a punto de concluirse, como lo son el nuevo recinto del Poder Legislativo, el renovado Complejo Deportivo “Kukulcán”, el Centro de Justicia Oral de Mérida, el Centro de Instituciones Operadoras del Sistema Penal Oral y Acusatorio, la Universidad Politécnica de Yucatán, el Centro Internacional de Congresos, el Palacio de la Música o el Hospital Materno Infantil.
Estas grandes obras estratégicas, en conjunto, representan una inversión de más de tres mil 200 millones de pesos. Alcanzar la operación plena de estas ocho obras durante mi administración, es un compromiso que reitero aún en estos tiempos de complejidad presupuestal.
Así, sobre esa base de confianza ganada a pulso, hoy deseo compartir con ustedes tres obras estratégicas más, enfocadas en fortalecer y dar más certeza al rumbo de nuestra economía.
Primero, quiero que ustedes tengan la certeza que Yucatán tendrá una conexión de ferrocarril moderna y segura, que nos una con el nodo logístico de Coatzacoalcos y, por ende, con todo el país; una vía en la que entre 2014 y 2016, ya se han invertido dos mil 841 millones de pesos y continúa su inversión.
Sin embargo, esta conexión no basta, hace falta que el ferrocarril llegue a la nueva zona industrial que ya es una realidad en Hunucmá, con el Parque Cervecero de Grupo Modelo, la moderna planta de Envases Universales, la Planta Procesadora de Alimentos de Kekén o el grupo logístico Trailmex, así como con el proyecto del Centro Industrial de Yucatán, un espacio que constará de 500 hectáreas con instalaciones, infraestructura y servicios necesarios para el asentamiento de plantas industriales.
Ante esta necesidad de la nueva industria de Yucatán, puedo anunciar que en 2017 construiremos un nuevo ramal ferroviario hasta la zona industrial de Hunucmá y un nuevo centro de operaciones ferroviarias, que garanticen que las industrias que se instalen en Yucatán tengan en el ferrocarril el medio de transporte óptimo para sus actividades.
Segundo, en el Aeropuerto Internacional de Chichén Itzá, se construirá un centro logístico de distribución para carga aérea y terrestre, y aplicación de valor agregado a productos primarios. También, mediante inversión privada, se realizarán acciones de mejoramiento y promoción que activen este Aeropuerto para servicios turísticos o servicios aeronáuticos.
El Aeropuerto de Chichén Itzá es un enorme activo para la infraestructura yucateca que durante más de tres lustros ha permanecido subutilizado. Con esta intervención, este Aeropuerto le dará un nuevo horizonte a la economía yucateca, especialmente la del oriente del estado, y será una verdadera puerta global para nuestros productos y servicios.
Tercero, les informo que hemos firmado un convenio con la SCT para que en Yucatán se realicen los trabajos de dragar y dar nueva profundidad al canal de navegación del Puerto de Altura de Progreso, bajo un esquema de participación público y privada estatal.
Además, con este esquema se construirá y operará una nueva terminal marítima que hará posible que las empresas del estado cuenten con una vía competitiva de importación y exportación. Aumentar la profundidad del calado del Puerto de Altura, incrementará la competitividad de las actividades maduras de nuestra economía, dará paso a nuevos sectores y fortalecerá las condiciones para la atracción de inversiones.
Estos tres anuncios los comparto con ustedes con un optimismo sensato, el optimismo de un pueblo que puede estar seguro que su destino, depende de su propio esfuerzo y no del azar o caprichos de las coyunturas. Tengamos confianza en nuestra propia capacidad para construir las realidades que nos brinden oportunidades de crecimiento y bienestar, confiemos en el gran potencial de Yucatán.
Y el optimismo futuro empieza con niños y jóvenes que puedan enfrentar los retos de su época a través de una educación de calidad. El nuevo modelo educativo se define por un alumno que cuenta con lo básico para aprender, un maestro que pueda ejercer su vocación y una escuela en buenas condiciones.
Hoy en Yucatán, uno de cada dos alumnos de primaria y secundaria cuenta con una beca para continuar y concluir sus estudios. Además, 110 mil habitantes en rezago educativo lograron graduarse de primaria y secundaria, con el Programa Especial de Certificación; así, en el indicador de eficiencia terminal en primaria, pasamos del lugar 19 en 2012 al quinto a nivel nacional en 2016.
Por otra parte, al iniciar mi Gobierno, creamos el sistema de Telebachillerato. En cuatro años, hemos establecido 191, lo que permite que 103 municipios tengan una opción de bachillerato en su comunidad. Esto nos coloca en octavo lugar nacional en cobertura, cuando antes éramos el décimo octavo.
En la prueba Planea, pasamos en el área de matemáticas del lugar 18 al 13, y en comunicación y lenguaje, del 17 al cuarto. Estamos convirtiendo a los jóvenes con educación de calidad en el nuevo gran capital del estado; esa es la base de nuestro optimismo sensato. También podemos ser optimistas, porque tenemos maestras y maestros que tienen ganas de enseñar, y un enorme compromiso con Yucatán.
Esos maestros comprometidos con su preparación, nos colocaron como una de las tres mejores entidades en la más reciente Evaluación del Desempeño Docente, en la que 94 de cada 100 maestros que presentaron su examen alcanzaron un resultado positivo. Además, de los 11 maestros reconocidos a nivel nacional con los Premios ABC 2016, otorgado por Mexicanos Primero, siete son yucatecos.
Para corresponder a su compromiso con la calidad educativa, anuncio que este año estableceremos el Instituto de Formación Docente de Yucatán. A todos las maestras y maestros de Yucatán, les externo hoy mi reconocimiento y mi saludo afectuoso.
Y para dar bases aún más firmes a ese optimismo sensato, de 2016 a 2018 invertiremos más de dos mil millones de pesos en acciones profundas de infraestructura y mejoramiento de mil 150 escuelas, una de cada tres en el estado.
Entre las mejoras que ya hemos realizado, se encuentra la construcción de 128 domo, como el domo que tiene esta escuela, desde la que hoy les hablo. Ésta es una pieza de infraestructura que a veces se nos olvida lo importante que es, puesto que contribuye a que los estudiantes puedan practicar un deporte o actividades recreativas protegidos de nuestro intenso clima.
Y es que el deporte es parte medular de la tarea formativa. De hecho, el Programa Integral de Atención a la Obesidad Infantil de nuestro estado, sirvió de modelo para la creación del Programa Nacional de Salud Física Escolar, y este año se ampliaron los alcances del programa Bienestar en Vacaciones para que más de 43 mil niñas y niños adquieran hábitos deportivos, culturales y de vida más saludables.
De igual manera la cultura y las actividades artísticas son esenciales para el fortalecimiento de nuestro tejido social. Por ello, se rehabilitaron los teatros “Peón Contreras”, “Armando Manzanero” y la Biblioteca “Cepeda Peraza”.
Nuestro Yucatán también requiere de sentimientos de fraternidad, aún demanda mayor atención a la justicia social: mejores espacios de vivienda, acceso a servicios de salud y apoyos a la economía familiar. Por eso, según el índice de rezago social del Coneval, redujimos el número de viviendas que carecen de sanitarios, del 13 por ciento al 10 por ciento, y de piso firme, del 2.8 por ciento al 1.6 por ciento.
Para ampliar estos beneficios a un mayor número de hogares, en 2016 establecimos la estrategia Mejorar, definida como un auténtico referente nacional, con la que sumando esfuerzos federales, estatales y municipales, realizamos en un solo año más de 69 mil acciones consistentes en: nueve mil 478 baños, nueve mil 398 cuartos adicionales, 11 mil 314 pisos firmes, cuatro mil 801 techos, 872 unidades de vivienda y 33 mil 301 estufas ecológicas.
Sólo lo realizado en estos rubros durante 2016, equivale a lo hecho del 2000 al 2012. Para elevar las condiciones de vida, este año seguiremos invirtiendo en la estrategia Mejorar, y si la vivienda ayuda a las familias a salir adelante, igual de importante son los apoyos para su economía.En cuatro años, se han entregado cerca de 900 mil paquetes de Bienestar Escolar, que incluye útiles, mochila, zapatos, uniformes y, en invierno, chamarras.
Para una nutrición integral hemos instalado 11 mil huertos de traspatio, hemos entregado casi tres millones de aves de traspatio, y un millón y medio de despensas completas, al igual que dos mil 400 microcréditos sociales, 11 mil apoyos de autoempleo y productividad, 51 mil becas de capacitación, y el Programa de Empleo Temporal ha beneficiado a más de 30 mil yucatecos.
Cada uno de estos programas significan ahorros en gastos esenciales de la familia, una mejor alimentación y también generan nuevas oportunidades de ingresos. Sabemos que hay quien cuestiona estos apoyos, sin embargo, hoy confirmo que seguiremos invirtiendo en ellos, porque hoy más que nunca la economía familiar lo requiere.
Justicia social también requiere buenos servicios de salud que impacten en el desempeño laboral y educativo, y en la armonía familiar. Con eso en mente, pusimos en funcionamiento el área de consulta externa del Hospital de Tekax y estamos próximos a concluirlo en su totalidad; en 2017, quedarán atrás 11 años de espera.
Asimismo, comenzaron a funcionar las áreas de terapia intensiva y neonatal del Hospital de Valladolid, e hicimos amplias mejoras en el Hospital “O’Horán”. A esto se ha sumado que 68 Centros de Salud, la mitad de los que existen en nuestro estado, tienen nuevos servicios médicos y fueron intervenidos para contar con instalaciones apropiadas.
Con nuevos hospitales y servicios de atención comunitaria, disminuimos el índice de rezago por acceso a servicios de salud, de 24 a 13.4 por ciento. En la tasa de menor mortalidad materna, pasamos del lugar 23 al quinto más bajo a nivel nacional; es decir, en estos cuatro años escalamos 18 lugares, porque más mujeres ya reciben su consulta, valoración y atención gineco-obstétrica en los Centros de Salud de su municipio.
Sin embargo, no nos sentimos satisfechos; nuestra meta debe ser más ambiciosa. A eso responde la construcción del Hospital Materno Infantil, una obra con una inversión de más de 700 millones de pesos y que ya tiene más del 50 por ciento de avance. También, ya se encuentran en construcción nuevos hospitales como el de segundo nivel del Issste y el Regional Militar.
El futuro sólo puede planearse con tranquilidad y con certeza, donde hay seguridad, y eso exigía dar un paso adelante, eso implicaba blindarnos y colocar un Escudo que protegiera a todas las familias. A través de una estrategia integral, fortalecimos el equipamiento tecnológico de nuestros cuerpos de seguridad, la prevención social del delito y el marco jurídico que brinda confianza y certeza a la población.
En todo el estado, hemos instalado 511 cámaras de video vigilancia, que multiplicaremos con el proyecto Escudo; asignamos mil 325 nuevos vehículos operativos para resguardar el territorio, asignando 655 de dichos vehículos a los municipios del estado, y ahora contamos con 550 policías adicionales y hemos modernizado los sistemas de radiocomunicación.
De acuerdo a los indicadores delictivos 2016 del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en Yucatán, todos los delitos de alto impacto del fuero común, como son robo a casa habitación, robo a transeúnte, robo de vehículos, extorsión u homicidio doloso, disminuyeron respecto a 2015.
De acuerdo al Inegi, somos el estado con la mayor percepción de seguridad por parte de la ciudadanía, y por segunda ocasión consecutiva somos la entidad más segura para que las empresas inviertan, acreditado por la Cámara Americana de Comercio en México.
Los policías de Yucatán, nuestros policías, deben saber que tienen nuestra gratitud todos los días; la tranquilidad en la que vivimos está sustentada en su servicio. Como sociedad y como Gobierno, tenemos que ofrecerles lo mejor, para que sigan desarrollándose personal, familiar y profesionalmente.
En este sentido, hoy les anuncio que en 2017, entre otras cosas, construiremos el Centro de Capacitación y Adiestramiento de la Secretaría de Seguridad Pública. Así como el capital humano es esencial para la seguridad, también lo es la coordinación entre los tres niveles de Gobierno, por lo que reconocemos el respaldo del Ejército Mexicano, la Marina Armada de México, todas las fuerzas federales, así como las 106 Policías municipales, para garantizar un Yucatán seguro.
Y si nos sentimos seguros, también debemos confiar en la justicia. En junio de 2016, entró en vigor en todo el país el nuevo Sistema de Justicia Penal, un sistema que en Yucatán implementamos con dos años de anticipación y en el que somos el primer lugar, de acuerdo al rankingnacional de desempeño de los estados.
Para continuar ese rumbo, inauguramos el Centro de Instituciones Operadoras del Sistema Penal Oral y Acusatorio, un espacio que concentra las acciones de mediación, acuerdos reparatorios, medidas cautelares, atención a víctimas y defensoría pública.
Bienestar y seguridad van de la mano, igual que el optimismo va de la mano de los resultados, resultados que en pocas áreas son tan complicados técnica y financieramente, como en materia de infraestructura.
En distintas partes del estado, se puede ver la construcción de plantas industriales, desarrollos inmobiliarios, nuevos centros comerciales, hoteles, entre otras obras. A todos los inversionistas que impulsan estos proyectos les transmito mi reconocimiento por su apuesta por Yucatán y les pido que mantengan la confianza y el ritmo de sus inversiones.
Y ante ese empuje del sector privado, el sector público también ha hecho su parte. Por ejemplo, el valor de la construcción contratada por el sector público en 2016 tuvo un aumento de más de 28 por ciento, con lo cual Yucatán ocupó la cuarta posición nacional en ese indicador.
Esta inversión se ha reflejado en la construcción, mejoramiento y modernización de 840 kilómetros de carreteras y calles; en la remodelación de la avenida Siglo XXI, la carretera Mérida-Chetumal y los distribuidores viales de la calle 39 y la carretera a Tixkokob en el Periférico de Mérida, el cual ahora se puede recorrer en sus 50 kilómetros sin ningún semáforo.
Para mantener ese ritmo en obra pública, sólo en la primera semana de enero, iniciamos la construcción del nuevo Parque Lineal “Henequenes” en Francisco de Montejo, la reconstrucción de la Unidad Deportiva “Villa Palmira”, la modernización de la carretera Mérida-Celestún, y la construcción y rehabilitación de 15 paradores y espacios turísticos en el estado.
Asimismo, anuncio a ustedes que la próxima semana iniciaremos la construcción de la obra de modernización vial y urbana de la zona hotelera de Mérida en la emblemática avenida Colón, Cupules, y las calles 60 y 62.
De igual forma, anuncio que este mismo mes comenzará la construcción del paso superior vehicular de acceso al Campus de Ciencias Sociales, Económico-Administrativas y Humanidades de la UADY, así como obras de edificación de la nueva Facultad de Contaduría y Administración, y la segunda etapa de la Universidad Politécnica de Yucatán.
Solamente en este primer mes del año, estamos iniciando estas 22 nuevas obras, que se suman a las grandes obras estratégicas en marcha, que no detienen su inversión, así como múltiples acciones en infraestructura de servicios básicos, educativa, salud y carretera, que se desplegarán durante todo 2017.
Así como les pido su confianza a los inversionistas privados para mantener el ritmo de construcción, con hechos me comprometo a mantener el ritmo en la obra pública para seguir dinamizando nuestra economía.
La intensidad de la obra pública en Yucatán ha sido posible porque hemos sabido gestionar recursos, pero fundamentalmente porque Yucatán cuenta con el respaldo pleno y la confianza del Presidente Enrique Peña Nieto, quien nos ha apoyado con obras y programas que nos permiten avanzar como estado.
Además, una buena carta de presentación para pedir más recursos federales, es que los estamos usando bien. De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, Yucatán es el tercer lugar nacional con mejor desempeño en el gasto federalizado, es decir, los recursos los usamos como se debe y para lo que se debe.
Al inicio de mi Gobierno, marqué que un signo de la administración pública estatal sería la austeridad, austeridad entendida como el buen ejercicio del recurso público; aquel que genera beneficios a partir de la eficiencia.
Por eso, hoy hago un llamado a todos los servidores públicos a que nos comprometamos aún más con este principio de Gobierno; a todos ustedes, a los servidores públicos de mi administración, les agradezco su labor cotidiana estos cuatro años para que a los yucatecos nos vaya bien, redoblemos el paso los próximos 20 meses.
El contexto actual nos obliga a redimensionar el concepto de austeridad: reducir los gastos accesorios para poder fortalecer el presupuesto público destinado a obras para el desarrollo económico y social, a inversión productiva y a programas sociales que apoyen la economía familiar.
Creo en la fuerza moral del ejemplo, por eso cambié radicalmente el formato de mi Informe. Esta sola decisión le permitió a mi Gobierno reorientar 16 millones de pesos, originalmente presupuestados para gastos de publicidad y un evento masivo.
En lugar de hacer ese gasto, ahora esos 16 millones de pesos los invertiremos en fortalecer el Programa de Becas de Manutención Educativa para jóvenes en desventaja económica. Austeridad no significa gastar menos, significa invertir mejor.
Bajo esa misma consideración, la de hacer lo que nos corresponde como gobierno para darle a Yucatán un buen rumbo. Hoy también puedo decirles que la nueva economía de Yucatán tiene sólidos fundamentos.
En mi primer Informe de Gobierno, convoqué a impulsar la industria, el turismo, las tecnologías y la agroindustria, como sectores estratégicos.Muchos se preguntaron, de manera válida, cómo se alcanzarían esas metas; el cómo tiene una respuesta en cada acción y en cada resultado que reflejan nuestra dinámica económica.
Así, el Puerto de Altura Progreso ya moviliza cinco millones de toneladas, cuando hace cuatro años eran 3.7; el ferrocarril ya supera el millón de toneladas movilizadas y la carga aérea creció ocho por ciento. Por otra parte, las empresas locales también muestran confianza para seguir apostando por Yucatán.
Empresas como Crío, Espejos Millet, La Anita, Enerkin, Agromaizza, Air Temp, Bepensa, Lodemo, Dondé, Metaltec, Steelex, Eetisur, Marbol, Monty, Empaques Nova y Grupo San Francisco de Asís, entre muchas otras, están redefiniendo a la industria yucateca del Siglo XXI.
La competitividad de la economía de Yucatán empieza con la consolidación de la industria local, industria a la que se han sumado empresas nacionales e internacionales. La Cervecería Yucateca, Envases Universales, Reyma, Bunge, Leoni, Kekén, Bachoco, Trailmex, están contribuyendo a una nueva era de la industria yucateca.
En conjunto, las inversiones locales, nacionales y extranjeras, colocan a Yucatán como el estado con mayor crecimiento en la industria manufacturera del país, con un incremento del 11.2 por ciento. En 13 meses consecutivos, se ha sostenido un crecimiento a doble dígito; esto nos indica una constancia productiva y hemos sido el primer lugar nacional en el crecimiento manufacturero en los últimos seis meses.
De eso se trata la reindustrialización, de ampliar las redes logísticas, cadenas de proveeduría, aumentar el volumen de producción y que más empresas de amplios ramos de la industria de clase mundial inviertan en Yucatán y tengan la confianza para seguir haciéndolo.
Confianza ya demostrada por AB InBev Grupo Modelo, que confirmó ayer una inversión de mil 500 millones de pesos para 2017, que se suman a los siete mil ya invertidos durante 2016, con lo que ampliarán la capacidad de su planta cervecera, ya construida y ahora en fases de prueba.
O de Bachoco, que anunció también una inversión de mil millones de pesos para 2017, adicionales a los dos mil millones programados a invertir en Yucatán desde 2013, dos mil 500 millones de pesos de nuevas inversiones empresariales; estas son noticias recientes, reales y concretas que agradecemos y nos permiten ver el futuro con optimismo sensato.
Compartimos fraternalmente la inquietud de otras latitudes, donde inversiones se cancelan o anuncian su retiro, pero aquí en Yucatán, la confianza de los inversionistas se ratifica y amplía. Los hechos lo indican, así que redoblemos el paso con la industria Yucateca del siglo XXI.
Otra área estratégica es el turismo, competitivo en el mercado internacional y detonador de economías locales. En nuestro turismo, hace cuatro años, el promedio de vuelos internacionales era de 10 a la semana; hoy, es de 23 con cuatro nuevos destinos.
En vuelos nacionales, se pasó de un promedio semanal de 124 a 191 vuelos; de ese modo, los asientos disponibles semanales pasaron de 14 mil 700 en 2012, a 26 mil 300 en 2016, casi un 80 por ciento de incremento.
Este aumento del número de vuelos tiene una correspondencia directa con el incremento de usuarios. En 2016, casi dos millones de pasajeros utilizaron nuestro aeropuerto, cerca de 60 por ciento respecto a 2012; eso quiere decir que más personas nos visitan y son un factor económico de peso.
En cuanto al turismo de congresos y convenciones, el crecimiento también es constante. Hace cuatro años, por este motivo, llegaban 40 mil visitantes anuales; hoy, esa cifra es superior a los 57 mil.
Nuestros hoteles han crecido también, es decir, más de dos mil en cuatro años. La ocupación hotelera sigue creciendo, pues en 2012 se alcanzó casi el 50 por ciento, mientras que en 2016 fue de 56.3 por ciento. 2016, año de récords y premios; el 2017 tiene que ser mejor.
La innovación también es parte de nuestra identidad y vocación. Las compañías tecnológicas y los emprendedores yucatecos ya están dando muestras de esta innovación con proyectos de diseño de software, brazos robóticos, exámenes de ADN, biotecnología para la detección de diabetes y aplicaciones móviles.
Muchas de las empresas de esta nueva era económica, las empresas de la cuarta revolución industrial ya operan en el Centro de Innovación Tecnológica Heuristic y, para sus modelos matemáticos, inauguramos en 2016 la Unidad del Centro de Investigación en Matemáticas y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica.
El sector continúa creciendo a un ritmo superior al nueve por ciento anual, lo cual nos habla de un sólido clúster de empresas tecnológicas. Otra área de vanguardia es la energía: nueve proyectos generarán energías renovables; asimismo, el Instituto Tecnológico del Petróleo y Energía, y la sede de la Litoteca Nacional, en colaboración con la Comisión Nacional de Hidrocarburos, nos dan nuevas perspectivas.
Es cierto, en Yucatán no tenemos plataformas petroleras, pero sí estamos construyendo las plataformas del conocimiento que hagan que Yucatán sea parte de una nueva etapa del sector energético nacional, y una de esas plataformas es la Universidad Politécnica de Yucatán, inaugurada en 2016.
Un espacio de educación que ya cuenta con carreras en las áreas de Ingenierías en Ciencia de Datos, Robótica Computacional y Sistemas Embebidos Computacionales. La Universidad Politécnica de Yucatán es la universidad que nuestra economía requiere para diseñar el futuro.
Estar a la vanguardia, también significa tener raíces fuertes, y nuestra raíz está en el campo y en el mar, porque eso es lo que nos da mucho de la verdadera identidad yucateca. Ya mencioné los 288 kilómetros de carreteras sacacosechas y las 40 mil hectáreas tecnificadas durante mi administración, pero vamos por más.
También vale la pena destacar los equipos motocultures, y los más de un millón 100 mil insumos entregados a través del programa Peso a Peso, las semillas de maíz, soya y frijol Jamapa mejoradas por selección, así como los tres mil 300 millones de pesos destinados a proyectos de productividad agrícola, ganadera y pesquera.
Los programas de apoyo a los productores rurales también continuarán a lo largo del 2017. Un ejemplo de las nuevas posibilidades que estamos abriendo en el campo es la actividad porcícola, un sector que entre 2012 y 2016 ha incrementado en 29 por ciento la producción de carne, para avanzar del quinto al cuarto lugar nacional y mantenernos como el primer lugar en exportación.
Del mismo modo, en el sector avícola, la producción de pollo creció en 10 por ciento y la de huevo 15 por ciento. En cuanto a la producción de hortalizas y frutas, ocupamos el cuarto lugar nacional en producción de pepino, quinto de limón, sexto de naranja, séptimo de toronja, octavo de calabaza y décimo de papaya. Somos además el primer lugar nacional en captura de pulpo, el cuarto en langosta y el primero en producción de miel.
El desarrollo de Yucatán debe incluirnos a todos. Si estamos sembrando nuevas semillas económicas y de bienestar, a las mujeres y hombres del interior del estado, a los que madrugan para trabajar en la parcela o en el mar, hay que darles la certeza de que ellos serán parte de esa cosecha presente y futura.
Amigas y amigos de Yucatán, este día me he dirigido a ustedes arropado únicamente por los resultados del trabajo. Los únicos invitados especiales a este Informe han sido ustedes y su juicio sobre la tarea realizada.
Hoy, no he informado de todo lo realizado. Eso sería imposible; pero he intentado dejar constancia de los resultados que marcan rumbo, porque estos cuatro años indican que vamos por la ruta correcta. No sólo nos lo dicen la emoción y los sentimientos, lo indica la razón, lo establecen con toda contundencia los hechos, los indicadores concretos, lo que vemos día a día.
De verdad, en los próximos 20 meses tenemos todo para asegurar un rumbo cierto para el Yucatán de los próximos 20 años, y yo voy a trabajar para que nada ni nadie nos arrebate el futuro. Yo tengo muy claras las responsabilidades que el pueblo me ha conferido como Gobernador y estaré a la altura de esas responsabilidades históricas.
Tengo claro lo que me corresponde hacer y entiendo que debemos hacerlo juntos, entre todos, fortaleciendo el vínculo entre sociedad y Gobierno; bajo esa legitimidad, hoy los convoco a la unidad, al trabajo y a mantener el rumbo. Tengan confianza en el liderazgo de mi Gobierno, porque yo tengo confianza en cada uno de ustedes, confío en que nos esforzaremos día a día para que nada, absolutamente nada, nos aparte de nuestro destino.
Tenemos que seguir avanzando orgullosos de nuestras raíces mayas, de la milpa, cuidando el medio ambiente, respetando el derecho de los demás, apostando a la cultura, a la creatividad; debemos avanzar construyendo la igualdad entre el hombre y la mujer e incluyendo a todos en una sociedad más fraterna.
Debemos hacerlo porque viene lo más importante, viene una gran cosecha. Vamos a tener la cosecha de una sociedad que está en paz y se siente segura, porque las fuerzas de la ley y el orden, tienen garantizada su superioridad técnica y logística en todo el territorio yucateco; viene la cosecha de las fábricas que llegaron o se expanden, y que ahora van a empezar a generar más empleos y activar toda la cadena de una nueva economía.
Viene la cosecha de consolidar la dinámica económica estatal, que presenta un crecimiento promedio entre 2015 y 2016 cercano al cuatro por ciento, cuando a nivel nacional es del 2.3 por ciento; viene el momento donde nuestros graduados van a iniciar las empresas que transformarán la lógica productiva de Yucatán y que los turistas permanezcan más días.
El Yucatán del futuro está tocando a la puerta y debemos estar preparados para abrir ese horizonte de nuevas posibilidades. Hace cuatro años les dije que en nuestro camino seguramente encontraríamos momentos difíciles, pero les dije también que esos momentos los afrontaríamos juntos y que en mí encontrarían el liderazgo firme y de diálogo que hiciera falta para esos momentos retadores, y ese es para mí un compromiso sagrado.
Así pues, pongámonos a trabajar más fuerte con el optimismo al que tenemos derecho, porque madrugando o con desvelos, con muchas ganas, los yucatecos nos esforzamos en hacer bien las cosas todos los días. Ese es el optimismo de los valores y la identidad yucateca.
Muchos de ustedes podrán decir que para mí es muy fácil ser optimista porque soy el Gobernador, que para mí es muy fácil ser optimista porque despacho desde el Palacio de Gobierno, y ante esa opinión, yo les digo viéndolos a los ojos, con absoluta humildad, con fraternidad, tendiéndoles la mano, que antes de ser Gobernador, yo soy yucateco, y que mañana, por encima de cualquier otra cosa, seguiré siendo yucateco.
Siempre voy a trabajar con una sonrisa, con fe y con mucho orgullo, para seguir construyendo el Yucatán seguro, exitoso, justo y con bienestar que todos nos merecemos. Yo no quiero que los yucatecos tengamos nostalgia por el pasado ni coraje con el presente, quiero que tengamos orgullo por lo que estamos haciendo y esperanza por el futuro que viene.
Porque a ustedes, a mí, a los yucatecos de aquí y ahora, nos correspondió la oportunidad y el alto privilegio de construir el nuevo tiempo de Yucatán; un tiempo que empezó bien, y que ahora debe continuar y terminar aún mejor; un tiempo para sentirnos orgullosos; un tiempo de unidad, trabajo y optimismo sensato; el tiempo para asegurar un futuro para todos, un futuro de bienestar.