Este día, pido hacer uso de la máxima tribuna del estado para presentar una iniciativa con proyecto de decreto que es muy especial para mí.
Digo especial porque es un tema sensible que muchas veces pasa desapercibido en las ciudades y metrópolis. Pero que ahí está presente.
Ojalá y coincidan conmigo en su importancia y se sumen para encaminarla a su aprobación.
Sin más, me referiré al contenido esencial del documento:
Dar a luz es un hecho sin igual en las familias, ya que las hace más fuertes y las une alrededor de un nuevo integrante.
El nacimiento de un bebé tiene un proceso humanizador en todas sus vertientes por eso la importancia de preparar todo antes de su llegada.
La iniciativa que impulso este día, tiene que ver con esa preparación que las mujeres hacen, pero unida a un sentimiento cultural.
Esa preparación es básicamente el seguimiento que se da a las etapas del embarazo.
La revisión y consulta, generalmente se hace en consultorios privados y públicos, esto dentro de las ciudades.
Pero en diversos Municipios del interior, ese seguimiento al embarazo se realiza con mujeres de la comunidad maya.
Esas mujeres son herederas de una cultura ancestral ligada a las raíces tradicionales del alumbramiento.
Me refiero a la partería tradicional yucateca la cual simboliza un vínculo emocional entre la mujer y las raíces originarias del Mayab.
A las parteras se les ha concedido un don milenario que pasa en generación en generación.
Su aprendizaje tiene un innegable elemento a favor de la mujer y los niños.
Pero también son garantes del acceso a atención oportuna de salud, cuidado y protección.
Esas parteras no solo están presentes cuando va a nacer el «Nené» si no lo están durante toda la gestación.
Se encargan de dar masajes, revisiones y puntuales indicaciones a las próximas mamás y papás sobre la mejor manera de cuidar el embarazo.
Amigas de la comunidad maya, me han hecho saber que apenas hace 3 años, se contaba con poco más de 180 parteras en Yucatán. Pero estoy segura que en el 2022 hay muchas más.
Cuentan que esta actividad que ayuda a las mujeres tiene más de 30 años que se promueve por las autoridades en salud. Estas reconocen su papel como medio de acceso a la salud.
En Yucatán Doña María Bartola Moreno, es el ejemplo más significativo, y en Izamal todos saben de su oficio y sus manos que alivian dolores.
Así como lo saben en Chumayel con labor de doña Deysi Eloina Ek Cab y como lo hizo muchos años en Teabo doña Francisca Tziu Pacab “Doña Pancha” o Panchita como la conocíamos.
Así como doña Bartola, doña Deysi, doña Panchita y muchas otras son un ícono en nuestra tierra, yo deseo que todas esas mujeres y hombres que se dedican a la partería tradicional sean reconocidos e integrados para capacitarlos y darles el lugar que merecen.
El gobierno actual tiene programas que brindan servicios a las parteras; esto también es realizado por el gobierno federal.
La importancia de la partería tradicional es tan grande que al año más de 17 mil nacimientos son atendidos por parteras rurales.
Esto aumentó también durante la pandemia que muchas mujeres no querían salir por miedo a tener complicaciones en su embarazo.
Ahí estuvieron las parteras para ayudar y apoyar emocional y físicamente a las mujeres.
Su labor es también de acompañamiento ya que igualmente acuden con sus pacientes a consultar y escuchar.
A veces esa ayuda, estar a un lado, es más significativa porque muestra empatía y preocupación.
Escuchar experiencias de mujeres que han llevado partos tradicionales amplían el orgullo maya.
Por esto, propongo una iniciativa para Declarar a la Partería Tradicional Yucateca cómo patrimonio cultural intangible, de nuestro Estado.
Eso ayudará a que la técnica sea reconocida y preservada con un enfoque integral de pertenencia.
La iniciativa no menosprecia lo que en más de 21 entidades federativas las mujeres realizan por la partería tradicional.
Al contrario, ojalá y repliquen este modelo para fomentar su desarrollo y cuidado.
Me gustaría finalizar con una frase popular que todos alguna vez hemos escuchado:
«El dolor del alumbramiento, es el único que una mujer debería conocer»
En ese dolor, las parteras tradicionales del Mayab otorgan su mano, su conocimiento y su noble labor para sostener en ese momento único y especial a miles de mujeres en Yucatán.
Hago entrega de la iniciativa en versión escrita y su versión digital para su trámite parlamentario.
Agradezco mucho su atención,
Es cuanto tengo que manifestar.
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