CIUDAD DE MÉXICO, México, 24 deNoviembre 2016.- Científicos de México, Estados Unidos y Alemania, llegaron al punto cero del cráter que dejo el impacto del Chicxulub por el asteroide de unos 12 kilómetros de ancho que cayó en la tierra hace más de 60 millones de años y que llevó a la extinción del 75% de la vida del planeta.
En la expedición «364 al centro del cráter Chicxulub», participaron Ligia Pérez y Jaime Urrutia, Investigadores del Instituto de Geofísica de la UNAM, con ayuda de una plataforma marina de 2 mil metros cuadrados y el buque Justo Sierra con equipo especial de perforación, los científicos exploraron el centro del cráter, frente a la costa de la Península de Yucatán.
Se utilizó la misma tecnología que se usa para la búsqueda petrolera.
«Se instala una torre de perforación y se meten tubería, esta tubería tiene una serie de brocas, barrenos de metales muy duros conformados de diamantes para poder romper la roca y perforar», explicó Ligia Pérez Cruz, investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Se extrajeron cilindros de roca, de más de 60 millones de años, que arrojaron evidencias sobre una serie de cadenas montañosas en forma de anillos en la parte central del cráter.
«Empezamos a cortar núcleo aproximadamente después de 500 metros y empezamos a obtener muestras, el anillo de picos se encontró alrededor de los 640 metros de profundidad», señaló Ligia Pérez Cruz.
Los resultados del proyecto de perforación tienen implicaciones para las misiones planetarias y la comprensión de la evolución de las superficies de otros cuerpos del Sistema Solar.
«Son estructuras que vemos en todos los cráteres grandes en la Luna y demás, pero el proyecto que se hizo para ver como es el relieve del fondo permitió sorpresas, entre ellas se descubrieron unas estructuras en el piso en forma de círculos muy pequeñas de unos cuantos metros y muy someras de unos cuantos centímetros de profundidad», reveló Jaime Urrutia, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Lo que sigue ahora es probar si el cráter en si fue uno de los primeros hábitats para la vida microbiana después del impacto del Chicxulub; en las rocas se tienen los fósiles de muchos de esos microorganismos.
Los primeros resultados de esta expedición se publican en la revista Science.
LLH