Diconsa procura el desarrollo profesional de las mujeres mexicanas
La labor diaria de encargadas de tiendas comunitarias, jefas de almacén y subjefas de bodega hacen que esta empresa llegue a donde nadie más llega
La labor diaria de encargadas de tiendas comunitarias, jefas de almacén y subjefas de bodega hacen que esta empresa llegue a donde nadie más llega
Diconsa procura el bienestar y desarrollo de las familias que habitan en zonas rurales al apoyar a más de 15 mil mujeres como encargadas de tiendas comunitarias, jefas de almacén y subjefas de bodega, quienes con su esfuerzo y dedicación diaria permiten el abasto de alimentos sanos, variados y suficientes, en tiempo y forma, en las localidades más apartadas y necesitadas del país.
Un 57.2 por ciento de los encargados de tienda a nivel nacional, de los 27 mil establecimientos Diconsa, tienen como responsable a una mujer. Tal es el caso de Fortuna Jiménez Aquino, quien comenzó con la venta de tortillas en su comunidad.
Al paso del tiempo, el éxito de su negocio le permitió pensar en grande, hecho que la llevó a solicitar una tienda Diconsa y desde hace dos años es la encargada del punto de venta en Huapaltepec, Puebla, donde su principal ingreso es la venta de maíz y molino de nixtamal. El buen surtido de la tienda y los precios accesibles, así como la limpieza del lugar, hacen que se convierta en un espacio de gran concurrencia entre la población.
Así como a ella, la descentralizada también apoya a mujeres que fungen como jefas de almacén, subjefas de bodega o personal administrativo en todos los estados del país, donde la presencia de la mujer se ha convertido en pilar para el desempeño de la paraestatal en favor de los más necesitados.
Cabe destacar que 18 programas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y sus organismos descentralizados, como es el caso de Diconsa, están diseñados bajo un enfoque de protección para dar fortaleza a este grupo social.
Claudia Che Chi, jefa del almacén rural Tixkokob, Yucatán, es madre soltera y desde los 19 años es parte de la familia Diconsa, lo que le ha permitido sacar adelante sacar a sus hijas de 7 y 12 años. “Para mí, Diconsa es un programa que apoya a mucha gente y es tan bien recibido que hay comunidades donde están esperando a que llegue el camión con la mercancía, al ser la única opción de abasto”.
“Sólo basta ver el rostro agradecido de las personas para darnos cuenta de la importancia de nuestro trabajo. Todos los sacrificios valen la pena”, añadió la jefa de almacén.
Por su parte, Julia Padilla Quintero es subjefa de bodega en el almacén Los Ideales, Oaxaca, y a la vez, madre de dos adolescentes, a quienes sacó adelante gracias a su entrega diaria desde hace 10 años que pertenece a Diconsa.
Todos los días, en punto de las 8:00 horas, Julia empieza a embarcar la mercancía destinada a cien tiendas comunitarias enclavadas en la sierra Chinanteca, “Diconsa es mi segunda casa, para mí no importa el horario, mi trabajo lo realizo con mucho entusiasmo y sobre todo con entrega, porque me gusta lo que hago. Esa es mi visión y me siento identificada con la gente”.
María Bertha Ramírez Orta, capturista del almacén central de la Sucursal Hidalgo, es una persona con discapacidad, pero con el apoyo de su familia y personal de Diconsa ha sobresalido y poco a poco ha ido ascendiendo.
En tanto, María del Rosario Mosso Ortega, jefa del almacén rural Tecali de Herrera, Puebla, llegó a Diconsa desde hace 27 años. “Soy madre soltera y gracias a esta empresa que me dio trabajo y la oportunidad de crecer, pude sacar adelante los estudios de mi hijo, quien ahora es licenciado en Antropología Social”.