El día 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes; se trata de una fecha que busca generar conciencia en torno a la relevancia de prevenir esta enfermedad que, en países de ingresos medios como el nuestro, se ha convertido en la principal causa específica de mortalidad.
En efecto, en México la diabetes tiene la mayor carga en la mortalidad general, con más de 100 mil casos por año, y se registra una tasa de mortalidad en constante y acelerado crecimiento; es tal la velocidad con que esto está ocurriendo que, de acuerdo con los datos oficiales, en los próximos 20 años la diabetes podría representar hasta 20% de las defunciones.
Según el Anexo Estadístico del VI Informe de Gobierno del Poder Ejecutivo, entre el año 2000 y el 2018 se han contabilizado más de 7.3 millones de casos nuevos de personas con diabetes, es decir, un promedio de poco más de 374 mil por año, o bien, prácticamente mil casos nuevos de personas con diabetes todos los días. Se trata de una cifra mayúscula, pues es equivalente a la suma de la población total que tenían en el año 2015 los estados de Puebla y Tlaxcala.
Es pertinente destacar que los años 2009 y 2011 son en los que mayor número de casos se han diagnosticado, con 426 mil 802 y 427 mil 125 casos, respectivamente; esos datos son relevantes para contrastar la proyección que se tiene en el año 2018, en el que se estima que podría llegar a una suma de 428 mil 432 casos al finalizar el mes de diciembre, con lo que se tendría una nueva cifra récord.
Los números absolutos que se indican se traducen en una tasa de morbilidad creciente, pues pasamos de una de 286 casos por cada 100 mil habitantes en el año 2000, a 367.7 casos por cada 100 mil personas en el año 2010, y a una de 343.3 casos por cada 100 mil personas en el país, en este 2018.
De acuerdo con las estadísticas de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre los años 2010 y 2017 han fallecido en México 1.48 millones de personas a causa de la diabetes; esa cifra es relativamente similar a la que tenía en el año 2015 un estado como Quintana Roo, lo cual permite dimensionar el tamaño de la tragedia que se vive en nuestro país, fundamentalmente a causa de la malnutrición generalizada de la población.
Para poner en su justa magnitud cómo se ha ido agudizando la crisis de la salud mexicana en los últimos años, es pertinente señalar que entre los años 2000 y 2005, el promedio anual de defunciones por esta causa ascendió a 56 mil 681 casos; entre 2006 y 2010, el promedio anual se incrementó a 75 mil 48 casos, es decir, se pasó de un promedio de 155 casos por día, a 206 defunciones diarias; para el periodo 2011-2015, el promedio anual pasó a 89 mil 572 casos, es decir, 245 muertes al día (10 por hora); mientras que la proyección que hay para el periodo de 2016 a 2018, es de un promedio de 106, mil 451 casos anuales, o bien, 292 casos por día (12 casos por hora).
Si los números absolutos se traducen a relativos, lo que se tiene es que en el año 2000 la tasa de mortalidad por diabetes era de 46.1 casos por cada 100 mil habitantes; para el 2005 se había incrementado a 62.6; para el año 2010 creció a 72.6 casos por cada 100 mil habitantes; para el 2015 el indicador se ubicó en 81.4; mientras que la tasa esperada para el 2018 se ubica en 92.8 defunciones por cada 100 mil personas.
Si las cosas no cambian y la tendencia se mantiene, para el año 2030 podríamos llegar a una cifra de 149 mil 99 defunciones anuales por diabetes, es decir, cada año estaría falleciendo 1.08% de la población proyectada para esa fecha, a causa de la diabetes, un dato frente al cual ningún sistema de salud es viable, y ante el cual no hay finanzas públicas que resistan el nivel de gasto que implicará la atención de las personas con este padecimiento.
Según el Anexo Estadístico del VI Informe de Gobierno, entre los años 2000 y la proyección para el 2018, se tiene confirmación de 9.415 millones de personas enfermas de hipertensión; un padecimiento asociado a la diabetes y que, al igual que aquella, tiene como uno de sus principales detonantes a la obesidad y el sobrepeso.
Según los datos del mismo documento, en el periodo señalado la tasa de mortalidad por este padecimiento pasó, de 9.7 casos por cada 100 mil habitantes, a una tasa de 12 por cada 1000 mil en el 2005; el indicador creció a 15.5 en el año 2010; a 19.2 en el 2015; y se tiene una proyección de 19.15 defunciones, por cada 100 mil personas, en 2018.