Ciudad de México, febrero 2024.- En México se estima que 19.3% de la población adulta padece síntomas de ansiedad severa, mientras que 31.3% tiene síntomas de ansiedad mínima o en algún grado. La primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE 2021) del INEGI indica que la expectativa de no poder sufragar los gastos del mes afecta a 43.4% de la población adulta y 11.3% manifestó incertidumbre ante dicha situación[1]
Se sabe que antes de la pandemia por COVID-19 cerca de 15% de la población mexicana sentía ansiedad; no obstante, durante la pandemia este trastorno mental aumentó al 33 por ciento.
¿Qué síntomas experimentan quienes la padecen? Palpitaciones molestas, miedo irracional, ahogo, temblores y sensación de angustia de perder el control. De acuerdo con el artículo “Los Trastornos de Ansiedad” de la Revista Digital Universitaria[2], este trastorno consiste en un sentimiento desagradable de temor como una señal de alerta que advierte de un peligro amenazante en donde la amenaza es desconocida.
“La ansiedad es una emoción normal que todos hemos experimentado y que muy probablemente volveremos a experimentar, es algo que cualquier ser humano llega a padecer de una u otra forma. Esta emoción se va a presentar ante sucesos que puedan afectar nuestra vida; la ansiedad nos pondrá en un estado de alerta para ayudar a buscar la forma de superar alguna adversidad e incluso sobrevivir”, destaca la doctora Aida Benazir Sánchez Reyes, psiquiatra adscrita a Grupo Punto de Partida, clínicas especializadas en salud mental y adicciones.
La especialista egresada de la UNAM aclara que, hasta cierto punto, la ansiedad puede considerarse benéfica, porque ayuda al ser humano a realizar acciones para hacer frente a cualquier potencial amenaza que se presente. Sin embargo, “es patológica cuando la intensidad de ésta es tan alta o tiene una duración tan prolongada que repercute en el rendimiento, funcionalidad y calidad de vida de las personas; cuando más que ser una ventaja para superar adversidades, interfiere con la vida de quien la padece”.
Información publicada por la Organización Mundial de la Salud apunta que 4% de la población mundial padece un trastorno de ansiedad, pero sólo uno de cada cuatro personas que lo necesita recibe algún tratamiento.
“Quien tiene Trastorno de Ansiedad Generalizada tiene dificultad para concentrarse o tomar decisiones, irritabilidad, tensión muscular, inquietud, náuseas o malestar abdominal; además padecen frecuencia cardiaca elevada, sudoración, movimientos involuntarios en extremidades tanto superiores como inferiores y dificultad para dormir, entre otros síntomas”, añade por su parte la psicóloga clínica Mariana García Loera, quien forma parte del equipo multidisciplinario de especialistas de Grupo Punto de Partida.
“La salud mental y emocional es tan compleja e importante como la salud física. Lamentablemente aún se tienen estigmas, mitos y dificultades para informarse de manera seria y precisa. Nadie debería padecer sus trastornos en soledad, por ello son muy importantes la atención, el cuidado y la prevención de la salud, ponderándola y sosteniéndola para bien de todos”, añade García Loera, quien brinda asesoramiento sicológico y trabaja con distintas técnicas específicas en pacientes que padecen ansiedad y otros padecimientos.
Aunado al acompañamiento profesional experto, es importante que quienes viven con ansiedad aprendan a identificar qué situaciones o acciones les causan estrés y aumentan su ansiedad, pues en estos momentos deben poner en práctica las estrategias que desarrollaron con su médico (s) tratante.
Si bien, la mayoría de las personas con trastornos de ansiedad necesita psicoterapia o medicamentos para controlarla, los cambios en el estilo de vida –como evitar el consumo de tabaco, cafeína, alcohol y sustancias tóxicas– y las estrategias de afrontamiento también marcan la diferencia
Algunas clasificaciones:
Trastorno de Ansiedad Social: Las personas sienten miedo por la posibilidad de ser humilladas durante cualquier exposición social, padecen una preocupación por la vergüenza y el ridículo con tareas tan diversas como comer alimentos y dar un discurso. Algunos de sus síntomas son temblor, sudoración/enrojecimiento, tartamudeo, desmayos, pérdida del control de la vejiga o tener la mente en blanco.
Trastorno de Ansiedad por Separación: Los niños pequeños a menudo experimentan un período de ansiedad por la separación, pero la mayoría de los niños superan este trastorno a los 3 años de edad. Sin embargo, cuando los síntomas son excesivos para la edad del desarrollo y causan una angustia significativa en el funcionamiento diario es cuando se diagnostica este trastorno. ¿Qué sienten?, tienen angustia excesiva al estar lejos de casa o de los seres queridos, preocupación constante de que suceda algo malo como perderse o ser secuestrado.
Trastorno de Ansiedad Generalizada: Quien lo padece siente una preocupación constante pero poco realista sobre muchas áreas de la vida diaria. Por lo general se sienten ansiosas, irritables, tienen el sueño alterado y están estresadas. De acuerdo con el NIMH (Instituto Nacional de Salud Mental), este trastorno se caracteriza por síntomas extendidos de preocupación, tensión crónica, exagerada e infundada. Las personas con este mal esperan lo peor y se preocupan incesantemente por el dinero, la salud, la familia y el lugar de trabajo, a pesar de que no hay signos visibles que sugieran la necesidad de preocuparse.
Trastorno de Ansiedad Inducido por Sustancias: Se caracteriza por síntomas de ansiedad o pánico intensos que son el resultado directo del uso indebido de drogas, como tomar medicamentos, estar expuesto a una sustancia tóxica o tener abstinencia a causa de las drogas.
¿Sabías qué?
Los niños también padecen ansiedad y algunos síntomas son la irritabilidad, enuresis (dificultad para controlar sus esfínteres), miedos racionales e irracionales y dificultad para llevar a cabo ejercicios prácticos escolares y, en ocasiones, aislamiento.
[1] https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/EstSociodemo/ENBIARE_2021.pdf
[2] https://www.revista.unam.mx/vol.6/num11/art109/nov_art109.pdf