Corea del Norte disparó el miércoles al menos 14 misiles, incluido uno muy cerca de las aguas territoriales de Corea del Sur, cuyo presidente Yoon Suk-yeol lo denunció como “una invasión territorial de hecho”.
Las fuerzas armadas surcoreanas informaron inicialmente que Pyongyang había disparado 10 misiles y posteriormente revelaron que hubo cuatro disparos adicionales a primera hora del día.
El Norte también efectuó un centenar de disparos de artillería a una zona fronteriza marítima, en lo que expertos consideran como parte de una respuesta “agresiva y amenazante” de Pyongyang a los ejercicios militares que realizan Estados Unidos y Corea del Sur.
Esta ráfaga de disparos llevó a las autoridades surcoreanas a lanzar una inusual alerta de ataque aéreo en la isla de Ulleungdo (este) y a pedir a sus habitantes que se refugiaran en búnkeres bajo tierra.
De acuerdo con el Ejército surcoreano, uno de los proyectiles lanzados por Pyongyang cruzó la línea del límite norte, la disputada frontera marítima entre ambos países, y cayó cerca de las aguas territoriales del Sur.
En un comunicado, el presidente surcoreano aseguró que esto “constituye una invasión territorial de hecho con un misil que cruzó la línea límite norte por primera vez desde la división” de la península en 1953.
El Ejército dijo que el misil más cercano cayó en el mar a solo 57 kilómetros al este del territorio continental de Corea del Sur, que describió este lanzamiento como “muy inusual e intolerable”.
En respuesta a estas acciones, el Ejército surcoreano disparó tres misiles aire-tierra cerca del punto donde cayó el controvertido proyectil norcoreano.
Estos misiles cayeron “cerca de la línea del límite norte a una distancia correspondiente al área donde impactó el misil del Norte”, dijo en un comunicado.
El presidente surcoreano convocó una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional para analizar el disparo y ordenó una “respuesta rápida y severa” ante estas “provocaciones”.
Las autoridades del país también cancelaron las rutas aéreas por encima del mar del Japón, al este de la península, y recomendaron a las aerolíneas locales que se desvíen para “garantizar la seguridad de pasaje en las rutas hacia Estados Unidos y Japón”.
Estos disparos se producen en medio de las mayores maniobras conjuntas realizadas jamás por Corea del Sur y Estados Unidos, bautizadas “Tormenta Vigilante”, que implican cientos de aviones de guerra de ambos lados.
Pak Jong Chon, un alto oficial de Corea del Norte, dijo que estos ejercicios eran agresivos y provocadores, según un informe aparecido en medios estatales el miércoles.
Pak dijo que el nombre de las maniobras recuerda a la operación Tormenta del Desierto, la ofensiva estadounidense sobre Irak en 1990-1991 en respuesta a la invasión de Kuwait.
“Si Estados Unidos y Corea del Sur pretenden usar fuerzas armadas contra la República Popular Democrática de Corea sin miedo, los medios especiales de las fuerzas armadas de la RPDC desplegarán su misión estratégica sin demora“, dijo.
“Estados Unidos y Corea del Sur se enfrentarán a una situación terrible y pagarán el precio más horrible en la historia”, agregó.
Según el analista Cheong Seong-chang del Institute Sejong, estos disparos son la “demostración armada más agresiva y amenazante contra el Sur desde 2010”.
En marzo de ese año, un submarino norcoreano torpedeó un buque surcoreano y mató a 46 tripulantes, de los que 16 estaban realizando su servicio militar obligatorio.
En noviembre de ese mismo año, Pyongyang bombardeó una isla fronteriza surcoreana y mató a dos jóvenes marinos.
El aislado país comunista, dotado de capacidad nuclear, ha realizado este año una serie récord de pruebas armamentísticas y, según Seúl y Washington, prepara un nuevo ensayo nuclear, que sería el primero desde 2017.
De su parte, Estados Unidos y Corea del Sur intensificaron sus maniobras militares en la zona, a las que se suma a veces Japón.
Los ejercicios aéreos actuales estuvieron precedidos por 12 días de ejercicios navales anfibios.
Con información de AFP.
LLH