Existen muchos mitos alrededor del padecimiento.
Una de cada tres personas que viven con VIH en Latinoamérica no lo sabe debido, principalmente, al estigma que se tiene sobre esta enfermedad y a que no existe una cultura de prevención, dijo Carlos Magis, del Centro Nacional de México para la prevención y control del VIH/SIDA (Censida)
«Existe todavía un retraso en el diagnóstico pese a que hoy una persona diagnosticada y tratada oportunamente tiene alta esperanza de vida», dijo Magis, director de atención integral de Censida.
El médico explicó que con los actuales tratamientos la expectativa de vida asciende a 40 años en personas infectadas con este virus.
Brenda Crabtree Ramírez, presidenta local de la Sociedad Internacional del Sida (AIDS), señaló que la violencia, el estigma y la inequidad para el acceso a la prevención e información se han convertido en los obstáculos más importantes a vencer.
«Es un hecho que mientras no luchemos contra esto, la epidemia del Sida no se podrá atacar de manera efectiva», aseveró.
Los expertos dijeron que entre las personas que menos detección se tiene es principalmente en hombres heterosexuales y personas de la tercera edad.
«Sobre todo en este último grupo, ellos tardan en percibir que están en riesgo porque existe un gran estigma sobre esta enfermedad», señaló Juan Sierra, jefe del departamento de infectología del Instituto mexicano de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
En México, de acuerdo con datos del Censida, poco más de 141.000 personas actualmente se encuentran en tratamiento retroviral y desde 1996 ha disminuido la mortalidad, aunque aún se presentan 5.000 muertes anuales por esta enfermedad.
«Con los tratamientos que ofrecemos en la Secretaría de Salud se ha logrado que los pacientes estén mejor y que el 51 % de los diagnosticados y tratados disminuyan a los seis meses la carga viral», indicó Magis.
Agregó que una de las deficiencias que tiene la región es que aún no están al alcance de la población las pruebas de farmacia, las cuales en países como Estados Unidos están disponibles para cualquier persona que quiera hacerse una prueba rápida.
Agregó que bajar los costos de tratamiento sería de gran ayuda en países como México, en donde el gasto en tratamiento de VIH se lleva la tercera parte del fondo de gastos catastróficos del Seguro Popular.
«Las políticas públicas deben ir encaminadas a mejorar el acceso al tratamiento y una de las opciones es bajar costos, hacer compras consolidadas de medicamentos y permitir que más medicamentos lleguen a México», dijo.
Explicó que en regiones como África, el costo de tratamiento asciende a 100 dólares anuales, gracias a que la terapia está basada en retrovirales genéricos; mientras que en México el costo asciende a 2.000 dólares por estar basado en medicamentos de patente.
Sierra dijo que el paciente con VIH en México, además del estigma y la discriminación, debe enfrentarse a un sistema de salud poco amigable para dar seguimiento al tratamiento.
«Desafortunadamente tenemos un sistema de salud fragmentado y eso es poco útil para personas que tienen enfermedades que deben tratarse de por vida. A veces las instituciones son una barrera para la continuidad que se necesita en el tratamiento contra el VIH», dijo.