Cientos de personas con trastornos mentales permanecen confinadas y encadenadas en instituciones religiosas en Ghana, pese a que el gobierno se comprometió hace un año a erradicar estas prácticas, denunció la organización Human Rights Watch (HRW) este miércoles, Día Mundial de la Salud Mental.
Cientos de personas con discapacidades psicosociales todavía están encadenadas como ganado”, señaló Rau Barriga, responsable del área de derechos de discapacitados de HRW en un comunicado.
La ONG instó a las autoridades locales a tomar medidas “inmediatas” para prohibir el uso de cadenas con este tipo de enfermos y establecer un sistema de control que asegure que la prohibición se cumple.
No solo es importante que se quiten las cadenas, el Gobierno necesita sensibilizar a las comunidades e invertir en servicios de salud mental locales. Si no, la gente con discapacidades psicosociales podría ser de nuevo objeto de la cruel y aberrante práctica del encadenamiento y la prohibición del Gobierno sería una amenaza vacía”, agregó.
La organización recordó que en 2017, con motivo precisamente del Día Mundial de la Salud Mental, Ghana se comprometió a aplicar las recomendaciones internacionales que establecen que este tipo de pacientes no pueden ser sometidos a “tortura, crueldad, trabajo forzado ni otros tratamientos inhumanos”, incluido el encadenamiento.
Sin embargo, recientes visitas de personal de HRW a centros ghaneses conocidos como “campos de oración” (instituciones religiosas que funcionan como alternativa a los hospitales) demostraron que los pacientes continúan encadenados y confinados en condiciones de superpoblación.
Como ejemplo, el observatorio señaló el caso del centro Mount Horeb Prayer Camp, en Mamfe (unos 40 kilómetros al norte de Accra), donde recientemente encontraron a más de 140 personas con enfermedades “mentales reales o percibidas” retenidas en habitaciones oscuras e insalubres.
Las familias llevan a los pacientes a centros como éste bajo la extendida creencia de que este tipo de discapacidades son consecuencia de maldiciones o de espíritus malignos.