Científicos y empresa mexicana convierten desecho de agave en insumo automotriz
Los usan en la producción de un plástico espumado para espejos laterales
Los usan en la producción de un plástico espumado para espejos laterales
El sector automotriz es uno de los pilares de la economía mexicana, pero su consolidación requiere productos o materiales innovadores creados en el país para abaratar los costos de la industria.
Este requerimiento ha generado que empresas nacionales y centros de investigación colaboren con este propósito.
Bajo ese esquema, la empresa Plásticos Inyectores de Saltillo y el Centro de Investigación en Química (CIQA), desarrollaron un plástico espumado para sellar los espejos laterales de los automóviles y evitar ruidos provocados por sus componentes internos.
Se trata de un material hecho con polietileno y fibra de agave, unidos por un tercer agente que los hace compatibles, explicó Florentino Soriano Corral, líder científico del proyecto, quien tuvo el apoyo de Francisco Hernández Gámez, también catedrático del CIQA.
El producto es 95 por ciento menos denso que el polietileno en su estado natural, por lo que es muy ligero. Además, su costo de producción bajo, ya que la fibra de agave es un desecho.
Debido a su resistencia mecánica y estabilidad térmica, el material también podría utilizarse en descansabrazos o bajo la alfombra de un vehículo para evitar que el calor del motor pase a la cabina.
Otra bondad del espumado es que tiene un impacto ambiental menor, gracias a que está compuesto 20 por ciento por la fibra de agave, indicó el especialista.
Este nuevo insumo para la industria se creó a petición de la empresa con la intención de sustituir un material que se importa desde Asia.
La tecnología para generar el espumado se desarrolló en tres años; primero se entregó un prototipo del producto final y en octubre del año pasado, la metodología para su producción.
Durante este lapso, el proyecto recibió financiamiento del Programa de Estímulos a la Innovación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) por un monto de dos millones de pesos.
Actualmente la empresa coahuilense y el CIQA tramitan una patente compartida sobre el producto y el proceso para la elaboración del espumado.
Y aunque la colaboración formal entre ambas organizaciones terminó, mantienen comunicación porque la empresa desea asesoría para crear espumados más gruesos con la intención de fabricar chalecos salvavidas, pull buoys o tablas de surf, entre otros productos capaces de flotar. (Agencia ID)