La desaceleración de la economía mundial, que afecta directamente a América Latina, ha generado un comportamiento en que los vulnerables -aquellos que han salido de la pobreza pero aún no logran formar parte de la clase media- siguen siendo el grupo socioeconómico más grande de la región. La pregunta ahora es: ¿quienes han salido de la línea de pobreza tienen posibilidades de ingresar a la clase media o regresarán a la pobreza?
“La participación del grupo vulnerable en el total de la población aumentó ligeramente de 35% en 2003 a 38% en 2013”, según Óscar Calvo González, economista y líder de sector del Departamento de Gestión Económica y Reducción de la Pobreza del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
Este cambio en la distribución del ingreso de los vulnerables, señala el economista, podría afectar los ingresos de muchos hogares vulnerables. Pero estar alejados de la línea de pobreza les otorga un margen para amortiguar este efecto. Esto sugiere que las tasas de pobreza podrían crecer menos que en anteriores contracciones económicas; sin embargo, el grupo de las personas vulnerables crece, mientras que la clase media no aumenta.
“Justo cuando este grupo se aproximaba a la clase media, la desaceleración global golpea la región. Ahora, la pregunta es: aun si este grupo no recae en pobreza, ¿cuándo podrán convertirse en parte de la clase media?”, comenta Calvo González.
El economista explica que la reducción en la desigualdad de los ingresos se ha estancado después de la desaceleración económica. “Durante la primera parte de la década del 2000, impulsados por altas tasas de crecimiento en el ingreso de los más pobres, los niveles de desigualdad se redujeron de manera considerable. Sin embargo, desde el inicio de la desaceleración económica global, la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres ya no se está cerrando.”