Alimentación saludable, cinco tips para prevenir enfermedades del corazón

● Los malos hábitos alimenticios influyen en un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ya que incrementan diferentes factores de riesgo como por ejemplo el colesterol o la diabetes.

La alimentación y la salud cardiovascular están estrechamente relacionadas y una dieta adecuada puede ayudar a retrasar o controlar los principales factores de riesgo que afectan al corazón. Junto con el ejercicio aeróbico, la alimentación se convierte en un aliado clave para reducir significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas a futuro.

Aunque las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel global[1], de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, sus principales factores de riesgo son modificables, esto incluye hábitos alimenticios poco saludables, inactividad física, consumo de tabaco y alcohol. Para contrarrestar esto, es importante hacer un cambio de hábitos y optar por un estilo de vida más saludable.

«La alimentación es uno de los factores más importantes en la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Lo que comemos influye directamente en la salud de nuestras arterias, la presión arterial y los niveles de colesterol. Por ello es importante adoptar una dieta equilibrada y saludable, esto nos ayudará a mantener nuestro corazón en buen estado y prevenir complicaciones graves como la hipertensión arterial, los infartos o los accidentes cerebrovasculares», mencionó la doctora Elsa Arrieta Maturino, Cardióloga intervencionista y miembro titular de la Sociedad Mexicana de Cardiología. 

Teniendo esto en cuenta, te compartimos cinco recomendaciones que te ayudarán a mejorar tu alimentación y evitar cualquier complicación en el corazón.

  1. Las frutas y verduras son esenciales: Este tipo de alimentos son buenas fuentes de vitaminas y minerales, además, son bajas en calorías y ricas en fibra, lo que fomenta una mejoría en la salud en general. Según un informe de Health Survey for England[2], a mayor consumo de estos productos existe una reducción del riesgo de sufrir enfermedades crónicas como algún evento cardiovascular.
  2. Controla la ingesta de grasas no saludables (trans y saturadas): Limitar su consumo ayudará a reducir los niveles de colesterol en la sangre y con ello el riesgo de padecer un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
  3. Identifica las grasas buenas que puedes consumir: Productos como el aceite de oliva o canola, pescado, aguacate, frutos secos o semillas pueden ser una opción viable porque ayudan a reducir el nivel de colesterol total en sangre, sin embargo, es importante ingerirlos de manera consciente.
  4. Reduce el consumo de sal y azúcar: Comer alimentos con mucho sodio añadido puede llevar a que tengas presión arterial alta. Gran parte del sodio que consumes proviene de los alimentos enlatados o procesados, en su lugar, come alimentos frescos y caseros. Además, limita el consumo de los azúcares añadidos a los alimentos o bebidas, ya sea glucosa, fructosa, dextrosa o sacarosa.
  5. Un gustito no hace daño: Está bien darte un gusto de vez en cuando, pero no permitas que se convierta en una excusa para abandonar tu plan de alimentación saludable. Al disfrutar pequeños antojos ocasionales, puedes mantener un equilibrio que te ayudará a seguir con tu estilo de vida saludable a largo plazo.

 

Adoptar una dieta equilibrada promueve una mejor calidad de vida y ayuda a prevenir enfermedades relacionadas con el corazón. Estos consejos te ayudarán a facilitar este cambio; sin embargo, es fundamental consultar a un nutriólogo, quien podrá diseñar un plan de alimentación personalizado que se ajuste a tus necesidades y fomente una salud cardiovascular óptima.

[1] Enfermedades cardiovasculares, consultado en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cardiovascular-diseases-(cvds)

[2] O. Oyebode, V. Gordon-Dseagu, A. Walker, J.S. Mindell. Fruit and vegetable consumption and all-cause, cancer and CVD mortality: analysis of Health Survey for England data. J Epidemiol Community Health, (2014), http://dx.doi.org/10.1136/jech-2013-203500