Históricamente, “Los docentes representan una de las fuerzas más sólidas e influyentes con miras a garantizar la equidad, el acceso y la calidad de la educación; ellos son la clave del desarrollo mundial sostenible”. Este es el concepto que la Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) tiene de los maestros.
Las Escuelas Normales Rurales de México en su centenario.
Hoy me dirijo desde esta alta tribuna para hablar del Centenario del Normalismo Rural, de la Creación de las Normales Rurales de México.
El 22 de mayo de 1922 se creó la primera Escuela Normal Rural de México en Tacámbaro, Michoacán, por iniciativa del gobernador de esa entidad Gral. Francisco José Mújica, con el apoyo del primer secretario de Educación Pública Lic. José Vasconcelos, siendo el destacado maestro Isidro Castillo Pérez el primer director de la institución.
Así inició un proyecto educativo emanado de los principios ideológicos de la Revolución Social Mexicana, para servir a las comunidades más pobres del país, en el marco de una política educativa enfocada a la emancipación social de los campesinos. Los visionarios de este proyecto consideraron que los fines de la educación rural deberían ser congruentes con las necesidades de la comunidad. La función del maestro, no se reducía sólo a un desempeño en el aula y a la transmisión de contenidos programáticos, sino que la misma comunidad era considerada como el principio, el medio y el fin de la actividad docente.
Hacia 1928, el secretario de Educación Pública del Gobierno de México confirmaba los objetivos de las Escuelas Normales Rurales, expresando que su misión primordial era preparar una nueva generación de maestros rurales debidamente capacitados para actuar como mentores y líderes sociales.
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940) las Escuelas Normales Rurales recibieron un fuerte impulso, de las cuales llegaron a existir 35 en todo el país, integradas en las Escuelas Regionales Campesinas.
Desde entonces, las Normales Rurales han tenido la misión de perfilar a docentes capaces de colaborar en el desarrollo integral de las comunidades del medio rural, donde persisten las desigualdades sociales; de tal manera que contribuyan al mejoramiento las condiciones de vida de sus pobladores.
En estas escuelas se impulsa la vocación de servir a sus comunidades, transformar con la enseñanza el futuro y la calidad de vida de los que ahí habitan, ser agentes de cambio para abatir la pobreza.
En la tradición normalista rural destacan valores formativos como la formación cívica, la autodisciplina, la formación del autogobierno, formas de convivencia democrática y formación de actitudes relacionadas con el trabajo comunitario, así como una interacción intensa y sana con la comunidad.
En el Normalismo Rural de Yucatán se destaca lo siguiente:
En la hacienda Uayalceh, Abalá, Yuc. se fundó en 1938 una Escuela Regional Campesina, con todos los servicios propios de un internado, “… se integraba la formación técnica y pedagógica de los futuros maestros, el trabajo de investigación y acción social, se impartían cursos de capacitación para los maestros en servicio, así como la fundación, orientación y control de las escuelas rurales” (cita de Polanco y Manzanilla, 2017:23).
En su estructura cada Centro Normal Regional Campesino constaba de una Procuraduría de Asuntos Indígenas, una Misión Cultural y una Escuela Rural; en su Mapa curricular con un plan de cuatro años había dos secciones: una agrícola industrial con duración de dos años y una normal rural con igual período.
Era requisito ser hijo de campesino para ingresar a la escuela Normal de Uayalceh, avalado por el Comisario Ejidal de la comunidad de origen. La democracia y el cooperativismo fueron principios formativos. Sólo egresó una generación y se cerró en 1941 para dar paso a la Normal Rural Mixta que funcionó en el mismo lugar hasta 1943.
Como parte de un proceso en el desarrollo histórico de la educación rural en el estado, en Uayalceh se avanzó hacia un proyecto más integral para el campo, sustentado en las experiencias anteriormente mencionadas. Tal es el testimonio de un exalumno, Fidelio Quintal, quien escribió:
Esta escuela normal es hoy considerada en la historia de la educación mexicana como la más acabada y limpia de las instituciones creadas por la Revolución Mexicana. Los maestros que egresaron de este tipo de escuelas mantuvieron los ideales de la revolución en el campo, organizaron a los campesinos a la solución de los problemas que pulsaban, desarrollaron una intensa actividad cultural, cívica y deportiva. (Quintal, 2002: 68).
Como Escuela Regional Campesina pasó a ser Escuela Normal Rural Mixta en 1941, con un Plan de estudios de 6 años. Fue clausurada en 1943. Los varones fueron trasladados a la Normal Rural de Hecelchákán, Campeche y las mujeres a Atequiza, Jalisco.
También en la ex hacienda de San Diego, Tekax, Yuc. funcionaron otros servicios educativos para hijos de campesinos y de clase social baja en distintas etapas. Como Escuela Normal Rural, de 1946 a 1969, egresaron 813 maestros rurales que se distribuyeron en todo el territorio nacional. (Aprovecho saludar a mis compañeros maestros egresados de estas Normales Rurales, hoy aquí presentes, la mayoría de ellos ya jubilados y con la misión cumplida. Bienvenidos).
San Diego Tekax fue Escuela Vocacional de Agricultura en 1938 (Plan de tres años), Escuela Práctica de Agricultura en 1941 (Plan de tres años) y Escuela Normal Rural en 1946 con un Plan de seis años.
En su estructura física, San Diego Tekax conserva viejos edificios abandonados que requieren atención de remozamiento, como los dormitorios, comedor y cocina, biblioteca, piscina semiolímpica, pista de atletismo y cancha de futbol, entre otros.
En su tradición formativa, los normalistas rurales de San Diego, Tekax hicieron énfasis en los componentes pedagógicos, deportivos, artísticos, ideológicos y agropecuarios, tal es el testimonio de un egresado, Abraham Simón Faisal de la primera generación (1953) quien describe al respecto:
… Aprendí el manejo de todas las herramientas de labranza, el cuidado de las abejas, ordeña de vacas, todos los trabajos de la milpa; desde su cercado natural de maderas, tumba, picado, quema, requema, siembra, desyerba, cosecha, etc. en todos los trabajos puse la mayor atención y voluntad para realizarlos lo mejor posible (sic).
En 1969, el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz cerró 14 Normales Rurales del país transformándolas en otros servicios educativos. Éstas fueron:
1.” Gabriel Ramos Millán” de Roque, Guanajuato, transformada en Escuela Nacional de Maestros para la Capacitación del Trabajo Agropecuario (ENAMACTA) y posteriormente en un Tecnológico.
Las restantes fueron convertidas en Escuelas Tecnológicas Agropecuarias en nivel de Secundarias, lo que hoy son las Secundarias Técnicas.
2. “Enrique Rodríguez Cano”, Ximonco, Perote, Veracruz
3. “Rafael Ramírez Castañeda”, de Santa Teresa, Coahuila.
4. “Moisés Sáenz”, Reyes Mantecón, Oaxaca.
5. “Miguel Ángel de Quevedo”, de La Huerta, Michoacán.
6. “Mariano Escobedo” de Galeana, Nuevo León.
7. “Basilio Badillo” de Zaragoza, Puebla.
8 “Lázaro Cárdenas” de Xocoyucan, Tlaxcala.
9. “Lauro Aguirre” de Tamatán, Tamaulipas.
10. “Abraham González” de Salaices, Chihuahua.
11. “Emiliano Zapata” de Champusco, Puebla.
12. “Lázaro Cárdenas” de Palmira, Morelos.
13. “Gregorio Torres Quintero” de San Diego, Tekax, Yucatán.
14. “Emiliano Zapata” de Xalisco, Nayarit.
Actualmente funcionan las siguientes Normales Rurales en México:
- “Carmen Serdán”, de Teteles de Ávila Castillo, Puebla
- “Justo Sierra Méndez”, de Cañada Honda, Aguascalientes
- “Miguel Hidalgo”, de Atequiza, Jalisco
- “Lázaro Cárdenas del Rio”, de Tenería, Tenancingo, Estado de México
- “Luis Villareal”, de El Mexe, Hidalgo (en lucha por recuperar su sistema de internado)
- “Benito Juárez”, de Panotla, Tlaxcala
- “General Matías Ramos Santos”, de San Marcos, Zacatecas
- “Ricardo Flores Magón”, de Saucillo, Chihuahua
- “Vanguardia”, de Tamazulápam, Oaxaca
- “Emiliano Zapata”, de Amilcingo, Morelos
- “J. Guadalupe Aguilera”, de Aguilera, Durango
- “Plutarco Elías Calles”, de El Quinto, Sonora
- “Vasco de Quiroga”, de Tiripetío, Michoacán
- “Mactumactzá”, de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
- “Justo Sierra Méndez”, de Hecelchakán, Campeche
- “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, Tixtla, Guerrero, y
- “Maestro Lauro Aguirre”, de San José de las Flores, Güémez, Tamaulipas
Con la conversión de la Escuela Normal Rural “Gregorio Torres Quintero” de San Diego, Tekax, Yuc. en Escuela Tecnológica Agropecuaria, nivel de secundaria en 1969, desapareció la institución formadora de maestros rurales en el estado. Se canceló la formación de este tipo de docentes con su proyecto diferenciado, que significaba una alternativa complementaria y necesaria para atender una cobertura total de la educación primaria en el medio rural.
A cien años de normalismo rural, los ideales que le dieron origen se mantienen vigentes: porque mientras exista la pobreza en el campo, habrá necesidad de formar maestros con perfil comunitario y compromiso social.
A 100 años, es necesario reconocer la valía de este proyecto educativo para su preservación histórica y vigencia, así como recuperar en Yucatán las experiencias del normalismo rural de la hacienda de Uayalceh, municipio de Abalá y de San Diego, Tekax.
Vaya nuestro amplio reconocimiento a nuestros hermanos maestros normalistas rurales en su Centenario.
Es cuanto, muchas gracias.