38 personas son examinadas en Inglaterra tras envenenamiento de exespía ruso
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Servicios médicos británicos han examinado a 38 personas en Salisbury, Inglaterra, que podrían haber quedado expuestas al agente nervioso de naturaleza militar que envenenó al espía doble ruso Sergei Skripal y su hija, informó el jefe de la policía antiterrorista británica, Neil Basu.
Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, permanecen hospitalizados en estado crítico, mientras que el policía Nick Bailey, que entró en contacto con el agente químico en los primeros momentos de la investigación, continúa grave, aunque su salud está haciendo “progresos”.
Otra persona, de la cual Basu no ofreció detalles, está siendo monitorizada por los médicos, aunque hasta ahora no ha mostrado síntomas de envenenamiento, mientras que los otros 34 individuos que fueron atendidos han sido dados de alta.
El mando de la policía británica insistió en que el riesgo para la salud de la población es “bajo” y urgió a los ciudadanos de Salisbury que pasaron por los mismos lugares que Skripal el pasado día 4, cuando fue envenenado, que limpien las pertenencias que llevaban entonces para evitar una posible contaminación.
Basu subrayó que todavía no puede ofrecer detalles sobre cómo y cuándo fueron contaminados el agente doble y su hija, y pidió una vez más la colaboración de cualquiera que pueda tener información sobre el ataque.
Al reconstruir lo ocurrido el día en el que se produjo el envenenamiento, el jefe antiterrorista reveló que la hija de Skripal había llegado al aeropuerto londinense de Heathrow en un vuelo procedente de Rusia el día anterior al suceso.
El policía detalló que ambos llegaron al aparcamiento de un centro comercial en Salisbury sobre las 13.40 GMT del domingo día 4, y visitaron el pub Bishop’s Mill y el restaurante Zizzi antes de ser encontrados en un estado “extremadamente grave” en el banco de un parque cercano a las 16:15 GMT.
Basu subrayó que la policía está especialmente interesada en encontrar a testigos que vieran a Skripal y a su hija en el coche del antiguo espía ruso, un BMW de color rojo, entre las 13.00 y las 13.45 GMT de aquel día.
Por otra parte, el químico ruso Vil Mirzayanov, que colaboró en el desarrollo del agente nervioso “Novichok”, con el que ambos fueron envenenados, declaró hoy a la cadena británica Sky News que sus efectos no tienen “cura”.
Mirzayanov, que hace más de dos décadas abandonó Rusia para instalarse en Estados Unidos, explicó que la sustancia está diseñada para producir daños “irreparables” y que aquellas personas expuestas a dosis significativas quedan “inválidas” para el resto de sus vidas.
El químico mostró asimismo preocupación por los habitantes de Salisbury que puedan haber quedado expuestos a la sustancia y subrayó que incluso cantidades minúsculas de “Novichok” pueden provocar el desarrollo de síntomas años después.
El científico citó “dolores de cabeza, dificultad para pensar y (problemas de) coordinación”, entre los efectos en la salud que puede provocar el agente nervioso a largo plazo.
Con información de EFE
HVI