10 preguntas que siempre quisiste hacerle a un hombre que puede matar legalmente
‘Cuando estás disparando, disparas a matar. ¿Qué se siente? ¿No te da miedo?’
‘Cuando estás disparando, disparas a matar. ¿Qué se siente? ¿No te da miedo?’
Si quieres buenas historias, Surya Kumar Shukla es tu mejor opción. Es muydabbang (valiente)”, me dijo un agente de la comisaría de policía de Lucknow. Shukla fue uno de los «especialistas en encuentros» de la India. Antes de jubilarse, formó parte de un equipo de policías que investiga y se enfrenta a presuntos mafiosos y terroristas.
Nos llevó un par de días, pero Shukla finalmente nos dejó entrar en su salón de paredes adornadas con fotos de él posando con varios políticos del estado de Uttar Pradesh, en el norte de la India. Mientras comíamos motichoor ladoos a dos carrillos, le pregunté acerca de servir en casi todos los distritos del estado más grande de la India, acerca de realizar más de 100 «encuentros» y sobre la psicología que hay detrás de hacer eso.
VICE: ¿Cómo se produce un encuentro?
Surya Kumar Shukla: Lo explicaré con un ejemplo. Hubo un incidente en el que matamos a cuatro delincuentes en el terreno rocoso entre Etawah y Bhind en 1992. Descubrimos que había una mafia allí, porque esa zona es difícil de atravesar. Habían secuestrado a cuatro personas de Agra. No sabían que la policía en realidad incentivaba a los inspectores de la zona a detener criminales, ya que solo los que estaban interesados y conocíamos el terreno estaban destinados allí.
Fuimos por la noche, para que su observador no pudiera vernos. Llegamos a saber que habían encadenado a los secuestrados a los árboles utilizando la cadena que normalmente se usa para controlar a los toros. Los habíamos rodeado, pero nuestro movimiento hizo que perdiéramos el elemento sorpresa y comenzaron a disparar al aire. Nosotros éramos casi veinte y respondimos disparando al aire. Entonces empezaron a dispararnos y nos tiramos al suelo para cubrirnos.
Nos arrastramos hacia ellos y seguimos disparando con una pistola ligera al aire para obtener algo de ayuda visual. Por lo general, los dacoits (bandidos armados) tienen mucha más práctica de tiro que la policía, pero tuvimos la suerte de que esa vez no contaran con sus mejores tiradores, ya que solo esperaban el dinero para el intercambio. El encuentro duró una hora y terminamos matándolos a todos.
¿Mataste a alguien esa noche?
Eso nunca se sabe con seguridad. Éramos veinte: cinco delante y quince detrás. Cuando nos dispararon, los quince respondimos con dispararos. Es muy difícil determinar si ki meri goli lagi y teri goli lagi (¿fue mi bala la que alcanzó a la persona o fue la de otro?).
Después de un encuentro, la policía cuenta el número de cartuchos usados, pero durante un encuentro, rara vez se llega a saber quién ha disparado a quién. Es muy caótico.
Eran veinte contra cuatro, ¿por qué duró tanto ese encuentro?
La gente que no es de este mundillo nos lo suele preguntar. Incluso nos dicen que disparemos un poco más «arriba» o «abajo» y así será más fácil matar a los delincuentes. Eso no es así. Cuando la bala sale del arma, especialmente de las viejas, se mueve mucho durante el retroceso. Incluso si se mueve un centímetro, alcanza el objetivo 10 metros más arriba, más abajo o hacia los lados de lo previsto, por eso lleva su tiempo. Solo los grandes, los francotiradores, lo hacen bien casi siempre; ellos son los que practican tiro con regularidad. Gente como el medallista olímpico Abhinav Bindra dispara todos los días, y solo así se puede conseguir ese nivel de control.
¿Con qué frecuencia practica la policía?
Bueno, ¡la policía no tiene suficientes balas para practicar a menudo! Por lo general, tienen una sesión de práctica al año, con 30 balas, y se espera que solo usen [un arma] cuando sea necesario, ya que es muy caro. Por eso que nuestro fuego no está muy controlado. Disparamos mucho en los encuentros con la esperanza de que algunas balas impacten.
Cuando estás disparando, disparas a matar. ¿Qué se siente?
En un encuentro, nos basamos en una filosofía: que una persona que asesinó a otros, secuestró a otros, figura en varias listas [de criminales buscados] y que vive en la selva, continuará haciéndolo en los próximos meses. Algunos de ellos tienen entre 45 y 60 casos registrados. Son las serpientes de la sociedad y si se las deja sueltas, morderán a otras.
¿No te da miedo?
El miedo desaparece cuando haces lo mismo una y otra vez. Como tú, me sentí raro cuando vi un cadáver quemado, uno hinchado flotando en el agua. El cuerpo se había hinchado en el agua, pero las joyas que llevaba seguían siendo del mismo tamaño, por lo que cortaron el cuerpo.
La primera vez que vi [un cadáver], fue el de una víctima de una muerte por dote. Acababan de nombrarme oficial al mando en 1984-85. A esta chica la habían colgado primero de un ventilador y luego la habían quemado viva. Tenía la lengua hinchada y sobresalía, tenía el cuerpo negro, era como la imagen de Kali maa en la vida real.
Nos encontramos cadáveres como estos, y nos asustamos. Pero cuando haces esto una y otra vez, te vuelves fuerte. Después de los encuentros, también recogemos cadáveres de personas que sabemos que hemos matado. Poco a poco, tu conciencia pierde el miedo y la sensibilidad, pero gana fuerza.
Es parecido a cuando luchas contra los criminales, los ves morir, y también ves morir a tus compañeros policías. A menudo, a los oficiales de mi rango los fusilan y los asesinan en encuentros, les alcanzan bombas. El último fue en Chitrakoot en 2010, cuando a un inspector general que no estaba muy lejos de mí le alcanzó una granada en un encuentro. ¿Cómo vas a luchar contra los criminales si no eres mental y emocionalmente fuerte? Te acabarás desmayando.
Uttar Pradesh no solo es un estado grande, sino que además hay que tener en cuenta que es un lugar muy vivo. Todo lo que la gente hace aquí, lo hacen con espíritu. Hay muchos dacoits aquí, pero también hay muchos krantikaris (revolucionarios). Personas como Bhagat Singh nacieron en Lucknow. Chandrashekhar Azad en Unnao. Mangal Pandey en Baliya.
Hay una tradición de rebelión en muchas partes de UP. Hay muchos ríos en la India, pero ¿por qué los dacoits del valle de Chambal son los más famosos? El agua del río Chambal tiene algo, una tradición de la zona por la que un hijo seguirá los pasos de su padre incluso si es un dacoit. También influye mucho la geografía, el hecho de que sea una zona difícil de alcanzar o de acceder.
Ellos no se consideran criminales, se llaman a sí mismos baghi, o rebeldes del sistema. A sus ojos, vengarse de los zamindars (terratenientes) punitivos es algo natural, por lo que luchan contra ellos y también los matan. La selva es su hogar, por lo que se quedan allí y no abandonan la zona. Ayudan a la gente con las bodas de sus hijos y con sus préstamos, por lo que los lugareños también los quieren, como ocurre en el área de Daduan.
No hay una gran diferencia entre un delincuente habitual, un dacoit o un líder extremista. Quieren lo mismo: asegurar su supervivencia y promover los objetivos de su grupo. Para lograr esto, son capaces de cualquier cosa.
Háblame de los dacoits.
Operaron en Agra, Etawah, Farukabad, Jalaun, Chitrakoot, Chambal cuando yo era superintendente de la policía, desde finales de los 80 hasta mediados de la década de los 2000. Los más famosos fueron Nirbhaya Gujjar en Etawah, que hizo declaraciones desde la selva sobre sus conexiones políticas. Otros fueron el grupo Lalaram-Shriram, Kusuma Nain, Phoolan Devi y Tahsildar Singh.
Por aquel entonces era joven, tenía energía, así que solía coger armas y me llevaba un equipo a la selva para atrapar a los dacoits. Aprendí por las malas que perseguirlos es difícil.
Solían comprar personas a los secuestradores locales desde lugares tan lejanos como Delhi y Calcuta. Por ejemplo, los compraban por 100 000 rupias. Al secuestrado se le llamaba pakad o «la captura». Luego los llevaban a la selva. Ahora pueden mantener a la gente durante más tiempo en la selva, ya que la policía tarda en llegar hasta allí. Y cuando llega la policía, no disparan rápidamente. Su punto fuerte es esconderse en los densos bosques y colocar a los francotiradores en la parte superior. No disparan primero, para evitar descubrir su posición.
A menudo usaban caballos en el bosque, porque nada más podía adentrarse allí. Por eso en las películas de Bombay también aparecían dacoits a caballo.
¿Recuerdas algún encuentro con un dacoit a caballo?
En 1995, cuando era el superintendente de Farukabad, un mukhbir (informante) vino a vernos alrededor de las cuatro de la tarde. Los informantes son competitivos y codiciosos, porque la policía paga al que consigue la información correcta. Este nos dijo que, cerca de la frontera de Badauin y Farukabad, un grupo vendría a caballo para resolver un problema. Esa fue mi primera experiencia con un caballo. El informante era de fiar, así que fuimos a la zona. Por lo general, intentamos triplicar en agentes la cantidad esperada de dacoits. Nos dijeron que serían cinco, pero nosotros llevamos a veinte personas.
Atravesamos la selva de noche. Ni siquiera puedes usar una linterna, ya que revela tu posición, así que caminamos lentamente en una cadena humana. El informante iba delante, porque conocía la zona. Cuando llegamos al lugar, dividimos el grupo en dos y nos tiramos al suelo, sobre medianoche.
Escuchamos algún movimiento y el informante nos dijo que los dacoits habían llegado. Pero a ver, no podemos matarlos sin más, podrían ser personas inocentes haciendo recados, de camino a comprar medicamentos o algo así. Entonces gritamos: “Khabardaar tum charo taraf se ghir chuke ho. Tum saare ke saare bhoon deiye jaaoge” [«Estáis rodeados. Rendíos enseguida u os mataremos».] Sabíamos que, si los atrapábamos vivos, nos podían dar información sobre otras mafias, así que no queríamos disparar en primer lugar. Y como hablábamos desde varios puntos en diferentes direcciones, pensaron que éramos muchos y se rindieron.
El problema empezó cuando los rodeamos y comenzamos a quitarles las armas. Los caballos se asustaron y empezaron a correr en todas direcciones. Así que tuvimos que pedirles que atraparon a los caballos y se subieron a ellos con la policía. Los llevamos a pie a una comisaría cercana. Metimos a los dacoits en la cárcel, pero no sabíamos qué hacer con los caballos. Necesitaban comer, así que tuvimos que soltar a los dacoits y enviarlos esposados a comprar comida. También preguntamos a funcionarios de las aldeas cercanas para averiguar qué hacer con los caballos. No conocíamos la ley que afectaba a los caballos capturados. Entonces los pusimos bajo custodia fuera de la comisaría y nos dijeron que podíamos usarlos para viajes locales. Los caballos se acabaron subastando.
También has actuado en algunas películas. ¿Puede un policía hacer eso?
Fue en 2004, cuando la estrella de Bhojpuri, Manoj Tiwary, actuaba en una película. Me contactó para interpretar a un agente de policía. Me conocía, y por lo general no muchas personas se apuntan a algo como esto. La película fue Sasura Bada Paisawala y yo interpreté el papel de un agente de policía que luchaba contra un dacoit. Pensaron que demostraba tener temperamento artístico y que me iba muy bien como policía, por lo que sería bueno para el papel.
Hubo otra película llamada Gundaira j. Era más pequeña, de 2010, y volvía a hacer el papel de un agente de policía. También en una película que se llama Daroga Babu. No fueron rodajes largos, ya que aparecía como invitado. No necesitaba mucha práctica porque era como mi trabajo habitual, así que terminamos ambos rodajes en un día cada uno. Pero no pude ir al doblaje en Mumbai porque no tenía tiempo.
Si se trata de una actividad cultural, la policía puede participar, siempre que no nos opongamos a ninguna revisión de nuestros superiores. Hay muchos policías que cantan bien, escriben poesía.
Me gustaron mucho estas experiencias, así que dirigí una película, UP Police in Action. Trataba sobre las historias de la policía en diferentes zonas y cómo reaccionan a los asesinatos y a los robos y los resuelven. Mostraba historias reales de éxitos policiales.