Nueva etapa de diálogo y negociación entre México y EU

El gobierno de la República Mexicana privilegia el diálogo propositivo y constructivo con las autoridades federales y estatales, así como con los actores relevantes de EU

El gobierno de Enrique Peña Nieto se planteó construir una nueva etapa de diálogo con Estados Unidos, con apego a cinco principios: respeto a la soberanía nacional, cumplimiento del Estado de Derecho, visión constructiva y propositiva, integración trilateral de América del Norte y negociación integral.

Con el triunfo de Donald Trump y su toma de posesión como presidente de Estados Unidos, en enero de 2017, se inició una nueva relación bilateral, en la que nuestro país ha dejado claro que no aceptará nada que vaya en contra de nuestra dignidad como país y como mexicanos.

En reiteradas ocasiones, el presidente Peña y los secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía, Luis Videgaray Caso e Ildefonso Guajardo, respectivamente, han dicho que no son negociables principios básicos, como nuestra soberanía, el interés nacional y la protección de nuestros connacionales.

Congruente con esas directrices, el gobierno de la República Mexicana ha privilegiado el diálogo propositivo y constructivo con las autoridades federales y estatales, así como con los actores relevantes de Estados Unidos, afirma el gobierno federal en documentos oficiales.

Durante este año, el presidente Peña tuvo al menos tres conversaciones telefónicas con su homólogo de Estados Unidos, así como una Reunión Bilateral en el marco de la Cumbre de Líderes del G 20, en Hamburgo, donde expresó la voluntad de trabajar en una agenda bilateral que beneficie a ambos países.

En dicho encuentro, Peña y Trump reconocieron los esfuerzos de sus gabinetes, los cuales se han reunido para tratar temas de la agenda, entre los que destaca la renegociación para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con la participación de Canadá.

A la fecha, los negociadores de Estados Unidos, México y Canadá han realizado cinco rondas de negociación para modernizar el TLCAN, y reportado avance en todos los temas, aunque sin cerrar ningún capítulo, debido a que prevalecen diferencias en la postura de los países respecto a temas álgidos.

México fue el anfitrión de la quinta ronda de negociaciones para la modernización del TLCAN, en la que se reunieron 30 grupos de trabajo, con la participación de más de 700 funcionarios de los tres países, según datos proporcionados por la Secretaría de Economía.

Las discusiones técnicas fueron productivas en todos los temas, y se intercambiaron puntos de vista, que contribuyeron a acordar diversas secciones de los textos de cada capítulo, afirmó la dependencia que encabeza Ildefonso Guajardo Villarreal.

Aunque no se cerró ningún capítulo, se logró un avance sustancial en anticorrupción, telecomunicaciones, buenas prácticas regulatorias, medidas sanitarias y fitosanitarias, facilitación comercial, comercio electrónico, obstáculos técnicos al comercio y en varios anexos sectoriales”, dijo la SE.

Adelantó que, para la siguiente ronda de negociaciones, que se celebrará en Washington, en diciembre, México continuará participando en este proceso de manera seria y comprometida, como lo ha hecho hasta ahora, “incluso si no coincidimos con algunas de las propuestas hechas”.

Explicó que la modernización exitosa del TLCAN puede contribuir a rebalancear la relación comercial en América del Norte, impulsando más comercio y nuevas oportunidades de inversión, como afirma Estados Unidos, pero desde la perspectiva de México, las fórmulas que impliquen restringir comercio no abonan a tal fin ni a incrementar la competitividad regional.

Por ello, reiteró que una modernización exitosa del TLCAN debe beneficiar a los tres socios del TLCAN, por lo que las propuestas que formen parte de la negociación deben orientarse a tal objetivo.

En cuanto a la relación bilateral México-Estados Unidos, los representantes del gobierno mexicano se han reunido en 38 ocasiones con sus contrapartes estadounidenses para trabajar en las áreas de Relaciones Exteriores, Comercio, Hacienda, Agricultura, Seguridad, Procuración de Justicia y Energía.

Entre ellas destaca la Reunión de Alto Nivel Sobre Crimen Organizado, en mayo de 2017, en donde ambos países coincidieron con el diagnóstico del problema y que hay responsabilidad de ambos lados de la frontera.

Asimismo, identificaron la necesidad de analizar cada una de las etapas del modelo de negocio de las organizaciones criminales dedicadas al tráfico ilícito de drogas, desde el origen, procesamiento, distribución y venta, con el objetivo de mermar con mayor eficacia su capacidad operativa.

En esos encuentros, autoridades de ambos países coincidieron en la necesidad de fortalecer la cooperación bilateral en la lucha contra la trata y el tráfico de personas, el tráfico ilegal de drogas y el lavado de dinero, entre otros ilícitos”, según el Quinto Informe de Gobierno.

Además, destacan las visitas de trabajo a la Ciudad de México del secretario estadounidense, Rex Tillerson, y de Seguridad Interna, John Kelly, el 23 de febrero de 2017.

Los encuentros propiciaron un diálogo fluido y constante de alto nivel para establecer las bases de los diversos temas que componen la agenda bilateral en materia de migración, seguridad, cooperación regional y facilitación del comercio fronterizo.

Abraham Isaac Vergara Contreras, profesor de la Universidad Iberoamericana dijo que la llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos rompió la comunicación directa y fluida que había entre el gobierno de México y el de Estados Unidos.

Las posturas radicales de Trump han venido a entorpecer esto y a establecer un reto muy importante para la administración Peña, para que durante lo que resta del sexenio construya un diálogo más terso, en donde se planteen de mejor manera los beneficios que tendríamos los dos países, no nada más en el tema comercial, sino en el de seguridad, frontera, migración, respeto a los derechos humanos”.

En su opinión, los funcionarios mexicanos tienen que ser más inteligentes que Trump para reconstruir y fortalecer el diálogo México-Estados Unidos durante lo que queda de la administración Peña, para heredar una mejor relación bilateral al próximo presidente de México, sea quien sea