La Máquina naufraga en zona de tiburones

Veracruz organiza remontada en la parte complementaria, se lleva triunfo sobre le Cruz Azul y se mantiene en la pelea en el tema del descenso

Viernes por la noche, en un escenario sin gente debido al castigo recibido por el Estadio Luis Pirata Fuente, los 22 jugadores que saltaron a la cancha, entre Tiburones Rojos y Cementeros, estaban obligados a demostrar que lo único vacío eran las gradas y no sus ganas de triunfo.

Parecía que en ninguno de los dos equipos existía un hueco en el pecho, incluso, el Cruz Azul se fue adelante y lucía como firme aspirante a salir del bache en el que se encontraban los dos equipos, sin embargo, el 3-1 final para el Veracruz, demostró que solamente los escualos salieron a jugar con el corazón bien puesto, sin un vacío de ilusiones.

Goles de Eduardo Herrera, Edgar Andrade y Adrian Luna, no solo opacaron el despertar de Jorge Benítez frente a la portería, sino que hicieron resonar el Luis Pirata Fuente como si estuviera abarrotado, como si 30 mil almas estuvieran apoyando a sus Tiburones con la firme ilusión de evitar el descenso.

Jorge Benítez inauguró el marcador a los 36 minutos, todo pintaba para que el Cruz Azul jugara con la desesperación del rival y se llevara tres puntos de oro de una cancha que le ofrecía todas las facilidades, sin embargo, eso fue todo lo que La Máquina hizo a su paso por El Puerto.

En la complementaria, luego de haber sufrido mucho en la primera parte, el Veracruz salió con otra cara, Juan Antonio Luna, nuevo en el banquillo, supo leer muy bien las fallas de su equipo y no solo equilibró las acciones, sino que comenzó a encimar al rival y generar peligro.

Eduardo Herrera apareció al 56’ para firmar una jugada iniciada por Villalva desde la derecha, donde le puso el balón en la testa a Pellerano, quien en vez de disparar le puso el regalo a Herrera para que éste lograra el 1-1 en la pizarra.

El Cruz Azul había sido golpeado y no parecía encontrar rumbo, lucía desorientado y sin idea futbolística para responder, sin embargo, todo indicaba que lograría aguantar los constantes embates de los locales para llevarse un punto de vuelta a casa.

Pero Luna mandó a Edgar Andrade a la cancha al 72’ y, éste, en solamente 9 minutos, respondió con un poema de gol al prender un servicio del mismo Pellerano y dejar sin oportunidad a Jesús Corona a pesar de su espectacular vuelo, el golpe lucía definitivo.

Pero la estocada final llegó al 86’, ya con un Cruz azul totalmente desfondado, Martín Bravo escapó a velocidad por izquierda, metió la diagonal de la muerte y en el corazón del área apareció Adrián Luna para simplemente empujarla al fondo y decretar el 3-1 definitivo.

Con este marcador, Veracruz se acerca a un punto de Monarcas en la porcentual, aún a espera de lo que haga el cuadro michoacano; mientras que el Cruz Azul compromete seriamente sus aspiraciones de llegar a la Liguilla mientras se acerca peligrosamente a puestos de descenso.