Intervención del Diputado Luis Loeza Pacheco

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Con el permiso de la Mesa Directiva.

Hoy que inicia el tercer periodo ordinario de sesiones del primer año constitucional de la sexagésima segunda legislatura, es pertinente hacer un ejercicio de reflexión que conduzca a este congreso a corregir errores, redoblar esfuerzos y responder debidamente a las demandas de la sociedad y a las circunstancias políticas actuales del país.

México está inmerso en un franco proceso de transformación que se está manifestando en reformas constitucionales y legales fundamentales, así como en nuevas prácticas políticas y administrativas del gobierno federal.

En el pasado periodo ordinario de sesiones nos correspondió discutir y aprobar la reforma a la Constitución Federal, que implicó la creación de la Guardia Nacional, cuerpo policiaco que será el instrumento toral en la estrategia de seguridad pública y que soluciona de tajo, la situación arbitraria que padecimos por doce años cuando el ejército se estuvo haciendo cargo de la labor de seguridad pública, sin tener facultades para ello.

Ayer miércoles 15 de mayo, se promulgó la reforma en materia educativa, por medio de la cual se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de los artículos 3, 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos. Con esta reforma se revierte el proceso de privatización y se pone en el centro del tema educativo la calidad de la enseñanza, el respeto a las maestras y maestros y se presta atención a las y los alumnos y a los padres y madres de familia.

Es oportuno subrayar que las reformas antes mencionadas fueron producto de una seria y profesional labor de parlamento abierto en la que se escuchó y se recibió las propuestas, inquietudes y estudios de los diversos sectores sociales involucrados.

Estas reformas son parte sustancial de un proyecto que tiene por objetivo transformar al país para arribar a un mejor estadio en el que se cambien las condiciones sociales y económicas, priorizando a los segmentos históricamente más vulnerables y oprimidos. Por tanto, nuestro estado y esta legislatura no debemos estar ajenos a este histórico proceso de transformación, y por el contrario, debemos contribuir desde nuestra trinchera, para que esa transformación también se vaya aterrizando en la entidad.

El mensaje ciudadano de la elección del primero de julio del año pasado fue muy claro, y por tanto, como representantes populares, debemos asumir plenamente esa encomienda y empujar y aprobar las reformas del marco constitucional y legal local que establezcan las condiciones políticas, administrativas y presupuestarias que cambien de fondo la manera de gobernar y de hacer política.

Por ejemplo, está pendiente que se le dé el trámite legislativo correspondiente a la iniciativa de Ley de Austeridad que presentó la fracción legislativa de morena, que responde a ese espíritu de transformación y por medio de la cual se busca que se acabe con el dispendio de los dineros públicos en los tres poderes del Estado y en los organismos autónomos, como una política integral de racionalidad y ahorro de recursos públicos y que a su vez, finalice para siempre con la visión del acceso a puestos públicos como forma de enriquecimiento y prevalezca la verdadera vocación de servicio público.

Y así como este tema de la austeridad, hay otros igual o más importantes, que deberemos discutir y no evadir.

Con el inicio de este tercer periodo ordinario de sesiones se abre una nueva oportunidad para que legislemos con amplia visión política e histórica y nos sumemos al proceso de transformación del país. México y su pueblo lo demandan, seamos generosos y conscientes del importante papel que nos ha tocado desempeñar.

Muchas gracias.