Hiro-chan: el inquietante bebé robot que no tiene rostro

La capacidad de los robots para expresar emociones es importante no solo para la comunicación simple

La compañía japonesa Vstone presentó a Hiro-chan, un robot bebé de entrenamiento suave que responde a los abrazos. El repertorio de Hiro-chan incluye más de cien sonidos diferentes, pero ninguna cara, por lo que el estado de ánimo del robot solo se puede determinar por el oído, según recoge IEEE Spectrum.

Contexto

Una de las características de un robot social es la comunicación fácil de usar, lo más cercana posible a lo natural. Un componente importante de esta comunicación, a su vez, son las emociones: el robot no solo debe reconocer el estado emocional de una persona, sino también responder en consecuencia, también con la ayuda de cualquier emoción.

La capacidad de los robots para expresar emociones es importante no solo para la comunicación simple, sino también para el entrenamiento: tales robots, por ejemplo, ayudan a los niños con autismo en la cognición emocional.

El problema es que no es tan fácil para los robots expresar emociones en sus rostros: si la emoción está subdesarrollada, el usuario no la reconoce, y si se excede, puede lograr el efecto del valle inquietante.

Hiro-chan

Los desarrolladores de Vstone decidieron solucionar este problema de una manera muy radical: su bebé robótico Hiro-chan no tiene cara. En cambio, expresa emociones únicamente con sonidos. El dispositivo produce más de cien sonidos reales diferentes. El robot llora cuando se deja solo, y se calmar cuando se le carga en brazos. Además, si se le abraza, comienza a reír.

Hiro-chan cuesta 5.5 mil yenes (un poco más de 50 dólares americanos) y, según los desarrolladores, está destinado principalmente a personas mayores.

Los robots también pueden transmitir el estado emocional con la ayuda de otras señales. El año pasado, la empresa Yukai presentó a BOCCO Emo, que puede leer en voz alta los mensajes, controlar los elementos de una casa inteligente y reconocer el estado de ánimo del propietario.

Con información de nmas1.org