Hablando de reconciliaciones.

Las Reliquias del Hombre Ave por: Dr Adán Echeverría García

El cambio en México lo tiene que gestionar el mismo Andrés. Los términos Honestidad, Esperanza, Corrupción, Amor y Paz, Respeto, Conservadores, Adversarios, no pueden ser dichas tan a la ligera. Las palabras tienen un peso real, un peso específico y retumban en todo lector, en todo escucha al que llega el mensaje. Cuando este mensaje termina por decodificado, todo lector se vestirá de su experiencia para analizar qué significan las palabras que acaba de escuchar/leer, y cuál ha sido la intención que se percibe en quien las ha lanzado al canal de comunicación. El cinismo, el rencor, el odio, la revancha, la respuesta airada contra quien las ha emitido terminan siendo de la misma, o con mayor fuerza de quien las escupió primero. No puedes pedir Amor y Paz si incitas todos los días a la guerra, y a la injuria. No puedes decir “con todo respeto” si tras dicha fórmula elaboras un insulto, una calumnia, producto de tu forma de ver el mundo que te rodea. Andrés ha llamado una y otra vez a un Pacto de Reconciliación, y al mismo tiempo mantiene un discurso de odio irracional hacia aquellos que buscan oponérsele.

Para que se consiga la paz, para que esta división en dos o cien bandos, entre los 30 millones que apoyan a Andrés y los 96 millones que no lo apoyamos, los continuos ataques de Andrés y sus cortesanos y sus seguidores tienen que parar. Andrés tiene que cambiar, tiene que reconocer sus errores, tiene que apelar a la inteligencia de los otros, de los que le son ajenos, porque es Presidente de los Mexicanos, no Presidente solo de sus Partidarios.

Tiene que desmarcarse de los corruptos que lo rodean. Correr a Ackerman, a Sandoval, a Bartlett, a Ana Gabriela, a Gatell, a Álvarez-Buylla, a Luisa María Alcalde, para empezar, aunque no los meta a la cárcel, simplemente hacerlos a un lado del Servicio Público. Desafanarse de ellos, porque se han convertido en un lastre que no le aportan a su gestión, y si han enrarecido su relación con los mexicanos. Salir de ellos, y poner en su lugar a personas que hayan estudiado los temas que les desee encargar; no tener en el gabinete ni a su alrededor solo a incondicionales aduladores que roban en sus narices bajo la premisa de devolverles los favores que por tantos años le hicieron.

Tiene que dejar de usar las Mañaneras para insultar y calumniar a sus adversarios, o presentar pruebas de sus dichos, establecer demandas contra las personas que considera que han hecho daño al país, no solamente decirlo. Debe hacer el ejercicio de no volver a mencionar las palabras: Conservadores, las frases de Antes era, Así era antes, En el pasado.

Si no vuelve a hablar nunca más de Felipe Calderón, el pueblo mexicano lo agradecería. Estamos hartos de los supuestos culpables, hartos de que Andrés siga culpando al pasado por el país que ha recibido, y ponerse a trabajar. Le quedan poco más de 4 años, y el país no tiene rumbo, ni objetivo, ni estrategia. Andrés debe comenzar a pensar en el futuro. En cómo solucionar los problemas que aquejan al país, en planes, en estrategias de acción. La reconciliación del país debe venir de él. Olvidarse de su Derecho de Réplica, porque un Presidente no la necesita, y tener dignidad y aplomo para dejar pasar los insultos de sus contrincantes. Que le digan de todo hasta cansarse, y jamás responder a los insultos. Pero igual debe, y esto es insoslayable, siempre responder a los cuestionamientos que se le hagan con acciones, actos, hechos, planes, resultados.