El IV Simposio sobre Patrimonio Cultural, un repaso al legado de Mérida

Visión profunda para promoción y rescate de nuestras tradiciones

Mérida, Yucatán, sábado 16 de enero de 2016.- Desde palabras y frases propias del español yucateco –con influencias sirio-libanesas, españolas, cubanas, pasadas por nuestro peculiar acento-, reminiscencias de los albores del ferrocarril, la riqueza natural y cultural de los cenotes, hasta la planeación de la primera unidad habitacional de su tipo, allá por el rumbo de Cordemex,fueron parte del contenido de las conferencias que abrieron el Simposio sobre el Patrimonio Cultural de Mérida y despertaron el interés de los asistentes, quienes salieron satisfechos al poder también intercambiar puntos de vista con los ponentes.
El simposio, que se realizó del 11 al 13 de este mes en el Centro Cultural Olimpo, fue inaugurado la mañana del lunes por el alcalde Mauricio Vila Dosal.
El primer ponente, maestro Miguel Antonio Güemes Pineda, llevó de la mano al auditorio por un recorrido de palabras y frases típicas de Yucatán, en una mezcla de maya, español y hasta inglés (“ponme old spice en mi xic”).
De manera amena, aclaró que algunas voces consideras tan nuestras, no son sino una herencia española, de un español ya en desuso. De esta forma, algunos de los asistentes tuvieron conocimiento por primera vez que fo, xo y uay provienen del español y no del maya; que el modo de omitir la d por ejemplo en “estás cansao” es propio de la región de Andalucía y que aquello de decir “porquerilla” sí se deriva de la pronunciación de nuestros ancestros.
El especialista habló de la riqueza del habla nuestra, de la amalgama fonética y de la lingüística que le dan el sabor tan especial. Aclaró también que muchos historiadores han insistido en llamarle Th´ó a la ciudad origen de Mérida, cuando lo correcto en el habla maya es hó.
Señaló, entre otras cosas, que el aislamiento de la Península con respecto al centro del país es una de las causas de que sus influencias sean mayormente del Caribe y países de Centro y Sudamérica que de otras partes de México.
—Lo curioso es que nosotros no nos comemos la “s” como los otros caribeños y eso se debe a nuestra fuerte influencia maya —dijo.
Recordó que la mayor unión de Mérida con el resto del país ocurrió en los albores del ferrocarril, alrededor de 1950.
—Eso sí, en 1928 comenzaron los viajes por avión a Yucatán y sólo viajaba la clase pudiente, que del extranjero, principalmente de Europa, trajo voces que poco a poco se incorporaron al habla local —puntualizó.
Invitó a los yucatecos a conservar su forma de hablar característica, sin trata de disfrazarla imitando el “cantadito” del centro del país, como lamentablemente hacen algunos locutores y empleados de tiendas departamentales y de autoservicio, a quienes irremediablemente “se les va” el acento yucateco en alguna ocasión.
La conferencia arrancó más de una carcajada en los presentes, que al final premiaron con cálido aplauso la intervención del especialista, integrante de la Academia Mexicana de la Lengua y autor del diccionario del español yucateco. Es coordinador académico de la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”
Posteriormente se ofreció la plática del Profr. Carlos Evia Cervantes, sobre historia y cultura del subsuelo de Mérida, con importantes datos sobre la abundancia de cenotes e historias sobre dos que se hicieron muy famosos por albergar centros nocturnos hace décadas: el Yanaal Luum y Tulipanes.
Luego de esta plática siguió el maestro Ricardo Wan Moguel, con “El Ferrocarril en Mérida”, conferencia en la que hizo hincapié de la relación  entre los trenes y el henequén, ya que en el auge henequero esa forma de transporte fue de vital importancia.
En la última ponencia del día, Ángel Arceo Turriza, habló de la Unidad Habitacional Revolución, más conocida como Cordemex, que en su planeación incluyó características especiales que le dan un valor importante como patrimonio de la ciudad.
Carlos Evia Cervantes (1)