Discurso: Sesión del Consejo de la Comisión para la Cooperación Ambiental

Discurso pronunciado por el Gobernador del Estado, Rolando Zapata Bello, en la inauguración de la sesión del Consejo de la Comisión para la Cooperación Ambiental

Mérida, Yucatán, 8 de septiembre de 2016.- Sean ustedes bienvenidos al estado de Yucatán, que es la casa de todos ustedes. Permítanme saludar al secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Gobierno de la República Mexicana, el ingeniero Rafael Pacchiano Alamán, dándole la más cordial bienvenida; de la misma manera, saludo con mucho respeto a la ministra Gina McCarthy, administradora de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, welcome; a la ministra Catherine McKenna, ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá, welcome.

A los titulares de los Poderes Públicos de nuestro estado, maestra en Derecho Celia Rivas Rodríguez, presidenta del honorable Congreso del Estado; doctor en Derecho Marcos Celis Quintal, presidente del honorable Tribunal Superior de Justicia; al maestro César Chávez Ortiz, director Ejecutivo de la Comisión para la Cooperación Ambiental; así como a la señora Lindsay Brumwell, presidenta del Comité Consultivo Público Conjunto de la Comisión para la Cooperación Ambiental, y a todas y todos ustedes, quienes estarán participando en este Consejo para la Cooperación Ambiental, reitero, sean todas y todos ustedes bienvenidos a nuestro estado.

Yucatán se enorgullece de ser un punto de diálogo, en especial en temas relevantes a nivel global, como lo es la preservación y el cuidado del medio ambiente. Sabemos que para abordar de manera exitosa los objetivos que plantea la agenda verde, resulta indispensable establecer lazos de cooperación entre distintos países y regiones.

Y ese es el caso de Norteamérica, donde México, Estados Unidos y Canadá mantienen una estrecha relación de cooperación. Relación en la cual los gobiernos subnacionales también tenemos mucho que aportar. Por eso agradezco al Gobierno de la República, en particular al secretario Rafael Pacchiano, por impulsar espacios para que las entidades mexicanas seamos parte de este diálogo internacional.

Las riquezas naturales de México son reconocidas en todo el orbe, en especial las de la región sur-sureste, donde Yucatán se ubica. Así, el 25 por ciento del territorio mexicano, concentra más del 70 por ciento de la biodiversidad de Norteamérica.

Sólo en Yucatán se encuentran 17 por ciento de las especies de mamíferos, 23 por ciento de corales duros, 26 por ciento de moluscos y 60 por ciento de insectos registrados en México, así como el 91 por ciento de las especies de microalgas de agua dulce. Asimismo, la riqueza hídrica de nuestra región es notable, al poseer casi la mitad de los ríos y los litorales de México.

En el caso local, en Yucatán, el ejemplo de esta riqueza son los 99 ojos de agua pertenecientes al Anillo de Cenotes de Yucatán, que fueron declarados Humedales de Importancia Internacional a través del convenio Ramsar. Y si bien hay dos mil 500 registrados, en Yucatán existen alrededor de siete mil cenotes, cuya compleja red subterránea fue creada hace 65 millones de años con el impacto en Chicxulub.

La península de Yucatán emergió del mar hace millones de años y su riqueza hídrica subsiste como testigo de su origen oceánico. La riqueza natural de Yucatán y de la región representa un enorme potencial ambiental, pero también cultural, científico, demográfico y económico. Sin embargo, a pesar de dicho potencial, nuestra región es muy vulnerable en materia ambiental.

Más del 40 por ciento de los municipios vulnerables al cambio climático se encuentran en los ocho estados que conformamos la región sur-sureste del país, según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático. Estamos conscientes de esta realidad y ya estamos tomando acciones preventivas.

Los estados pertenecientes a la región sur-sureste estamos definiendo una estrategia conjunta de adaptación y mitigación ante el cambio climático. Dicha estrategia regional estará alineada con los esfuerzos del Gobierno de la República y tendrá puntos de vinculación con las acciones de carácter global.

Podemos tomar como símbolo para la cooperación entre México, Estados Unidos y Canadá, el proceso migratorio del pato cerceta ala azul. Un ave, que como otras 226 especies, empieza a llegar a los humedales y selvas de Yucatán en septiembre, para regresar al norte del continente al final del invierno.

Y así como la cerceta azul encuentra aquí su zona de regeneración, confío que nuestra tierra será el espacio ideal para que en esta sesión del Consejo de la Comisión para la Cooperación Ambiental, se fortalezca el compromiso de todos por la protección y conservación de los recursos naturales y la biodiversidad.

De ello depende el presente y el futuro del bienestar social y la prosperidad económica de nuestras sociedades. La región de América del Norte tiene que ser la más competitiva e innovadora del mundo y a la vez la más sustentable. Por eso, estoy convencido de que estas jornadas de trabajo, sin duda, serán de gran provecho. Espero, ante todo, que disfruten su estancia en México y particularmente en Yucatán.

De nueva cuenta sean todos ustedes bienvenidos a Yucatán, esta es su casa. Muchas gracias.