Discurso en la ceremonia de entrega del facsímil de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

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Mérida, Yucatán, 15 de marzo de 2017

Muy buenos días. Saludo al señor Enrique de la Madrid Cordero, secretario de Turismo del Gobierno de la República y representante personal del licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Sea usted bienvenido, señor secretario, y quiero pedirle a nombre de todo el pueblo de Yucatán, le transmita al señor Presidente nuestro saludo cálido, afectuoso, y nuestra gratitud y reconocimiento por todo el gran apoyo que Yucatán siempre ha recibido de su Gobierno. Bienvenido, señor secretario.

Maestra en Derecho Celia Rivas Rodríguez, presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del honorable Congreso del Estado; distinguidas, distinguidos diputadas, diputados al honorable Congreso del Estado; distinguidas, distinguidos diputados federales, muchas gracias por su presencia.

Saludo, de igual manera, al doctor en Derecho Marcos Celis Quintal, presidente del honorable Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado; distinguidas, distinguidos magistrados del Poder Judicial de nuestro Estado; abogada María Dolores Fritz Sierra, representante del honorable Ayuntamiento de Mérida; distinguidas, distinguidos presidentes municipales aquí presentes, muchas gracias.

Saludo al general de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Miguel Hurtado Ochoa, comandante de la XXXII Zona Militar; señor vicealmirante Cuerpo General Diplomado de Estado Mayor, Rosendo Jesús Escalante Ilizaliturri, comandante de la IX Zona Naval.

Distinguidas funcionarias, funcionarios, representantes de la sociedad civil, organizaciones, colegios de profesionistas, cámaras empresariales. Saludo con mucho afecto a esta digna representación del pueblo de Yucatán aquí presente, señoras y señores.

“En los Estados Unidos Mexicanos, todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución”. Estas son las primeras 15 palabras que han sostenido un siglo de la historia de nuestro país, 15 palabras que dan fundamento a la convivencia de la diversidad de nuestra nación, palabras que dan orden al ser y el deber ser de México.

Por eso, en nombre de los habitantes de Yucatán, recibimos con honor este ejemplar facsímil de nuestra Constitución Política, de acuerdo al compromiso expresado por el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, durante la ceremonia conmemorativa de su Centenario.

Le pido, de igual manera, al señor secretario, le transmita al señor Presidente de la República nuestro reconocimiento porque ha sido con su liderazgo firme y decidido, desde el Gobierno de la República, que se han impulsado reformas estructurales que hoy ya se encuentran plasmadas en nuestra Carta Magna y que son esenciales para el presente, pero fundamentalmente, para el futuro de la gran nación mexicana.

Recibir este ejemplar tiene un enorme valor para Yucatán. A partir de hoy, en nuestra tierra, este ejemplar será un vehículo que nos permita ampliar el conocimiento de su valor histórico entre nuestra niñez y juventud. No será guardado ni alejado de la vista de la población; por el contrario, durante el Año de la Constitución, este 2017, será dignamente exhibido para mantener presente su vigencia y actualidad.

Esto es así, porque tenemos la plena convicción de que apoyar la formación de mejores ciudadanos, va de la mano de la ampliación de nuestra conciencia histórica; conocer nuestra Constitución, contar con un ejemplar facsímil de su original y acercarlo a la población, acrecienta su valor histórico.

Los clásicos nos enseñan que una constitución es la suma de los factores reales de poder, es decir, la suma de la correlación de fuerzas en un momento histórico dado, y esa versión escrita, el resultado de las discusiones y debates de los constituyentes de hace 100 años, una vez que quedó impresa, se convirtió en Derecho y en instituciones.

Pero además, nuestra Constitución, su vigencia e importancia, se derivan también del hecho de que, desde su origen, contenía un sólido Programa Social, una visión social que respondía a las demandas de justicia social que quedaron expresadas en disposiciones constitucionales en materia educativa, laboral o agraria, disposiciones que, a lo largo del tiempo, se convirtieron en acciones concretas de políticas públicas, en leyes reglamentarias y en la fundación de Instituciones.

En el transcurrir del tiempo, la actualización de esas políticas, leyes e instituciones, ha hecho posible que el movimiento de la sociedad marche históricamente a la par de nuestra Constitución. Nuestras necesidades y nuestros escenarios de los factores reales de poder, han hecho posible contar con una constitución centenaria, pero vigente a la vez.

La tercera más antigua en el mundo y, sin embargo, plenamente actual para responder a las necesidades y demandas sociales que a 100 años de distancia se requieren. Ese proceso continuo de vigencia mantiene íntegra una constitución que a todos los mexicanos nos organiza y unifica, aún en la diferencia de visiones y opiniones.

La lucha armada iniciada en 1910, encontró en 1917, con la Constitución, el paso, el tránsito de movimiento militar a movimiento político. Sin duda, el papel de los constituyentes fue fundamental para expresar los anhelos y demandas de la conciencia colectiva del pueblo mexicano, conciencia surgida de una sociedad lastimada por las desigualdades y luchas armadas.

Y en este punto, nuestro reconocimiento siempre pleno al yucateco Héctor Victoria Aguilar, ferrocarrilero sindicalista, elegido para formar parte del Congreso Constituyente; su voz obrera en la tribuna, una voz que reivindicaba que, cito, «se legisle radicalmente en materia laboral», fin de la cita, dio forma a uno de los pilares de la Constitución, el artículo 123. Y así como el líder obrero, también es preciso recordar a los constituyentes yucatecos Antonio Ancona Albertos, Enrique Recio, Manuel González y Miguel Alonzo Romero.

Los mexicanos debemos a nuestra Constitución, orden político y progreso social, sin embargo, reconocemos que aún tenemos pendientes en materia de igualdad e inclusión para sectores de la población, pendientes que deberán ser atendidos sobre la base de los preceptos constitucionales que habrán de seguir vigentes como constitución real, respondiendo así a la conciencia colectiva del pueblo mexicano.

Así, la vigencia de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la encontramos de nuevo en el principio, en el origen del acuerdo de nosotros, los mexicanos, los que redactaron el vivir histórico del pasado, los que en el presente tenemos la obligación de cumplir su espíritu y los mexicanos del futuro, a quienes corresponderá honrar el primer artículo de la Constitución, ese que garantiza ser un pueblo de derechos para alcanzar igualdad, libertad, justicia, democracia y paz. Muchas gracias.